Por Cambio16 | Fotos: Reuters
09/03/2018
Un racionamiento eléctrico en Venezuela vuelve a mostrar las costuras de la deficiencia energética del país. El país caribeño ha impuesto un racionamiento de electricidad esta semana en seis estados occidentales. El argumento desde el Gobierno es que la sequía redujo los niveles de agua en depósitos clave necesarios para operar generadores de energía hidroeléctrica. Las interrupciones formales comenzaron el jueves. Pero muchos residentes se burlaron del anuncio. Con ironía señalaron que han estado sufriendo apagones mucho más prolongados durante la última semana.
Más allá de la mencionada sequía, el racionamiento eléctrico en Venezuela va de la mano con una infraestructura eléctrica desmoronada y la falta de inversiones. El tema no es nuevo en el país caribeño. Las afecciones eléctricas azotan al suministro de energía de Venezuela durante años. Al no cumplirse oportunamente con los requerimientos de ampliación, modernización y construcción de subestaciones, centros de trasformación, circuitos, dotación de medidores, formación de personal calificado y mantenimiento, la situación de racionamiento eléctrico en Venezuela se ha convertido casi en una norma. Por consiguiente, deja al descubierto la implosión del servicio eléctrico en el país.
El nuevo racionamiento eléctrico en Venezuela se estableció en los estados de Táchira Mérida, Trujillo, Portuguesa, Barinas y Apure. Todos en el occidente del país y cercanos a la frontera con Colombia. En esas zonas, las empresas casi se paralizaron. Un panorama nada alentador para un país que ya sufre una hiperinflación y una profunda recesión. Muchos venezolanos no pueden comer adecuadamente con salarios de apenas un par de dólares al mes a la tasa del mercado negro, lo que provoca desnutrición, emigración y visiones frecuentes de venezolanos que escarban en la basura o mendigan frente a los supermercados.
El racionamiento eléctrico en Venezuela ronda lo humanitario
Varios encargados de negocios comerciales han manifestado la afectación a sus ventas. Ésto porque los puntos de venta dejan de funcionar durante los apagones. Pero, en los casos más dramáticos, el racionamiento eléctrico en Venezuela trasciende las fronteras de lo humanitario. En el estado occidental de Táchira, por ejemplo, su gobernadora dijo que esta semana tres personas, entre ellas una bebé de cuatro meses, murieron esta semana porque no recibieron asistencia durante un corte de energía. «Debido a fallas eléctricas, las máquinas no pudieron revivir a la gente y murieron», dijo Laidy Gomez.
Las autoridades han reconocido que las interrupciones continuarán durante al menos dos semanas, pero no han dicho si se extenderán a otros estados.
«De los 1.100 megavatios posibles, solo estamos generando 150 en este momento», dijo a los periodistas el ministro de Energía, Luis Motta, refiriéndose a la presa Fabricio Ojeda, en el estado andino occidental de Mérida.
La capital Caracas y otras ciudades importantes aún no han sido afectadas por el racionamiento. Hace dos años, el racionamiento duró cinco meses cuando una sequía golpeó la represa Guri, la represa hidroeléctrica más grande del país.