Por Juan Emilio Ballesteros
30/06/2018
Francisco González (Chantada, Lugo, 1944), que fue nombrado presidente de la entidad pública Argentaria en 1996 y de BBVA en el año 2000, nunca se ha doblegado ante ningún poder fáctico, ya fuera económico o político, una actitud que ha podido incomodar a algunos, pero que ha contribuido a fortalecer el banco que gestiona, líder en el proceso de transformación digital de un sector que afronta el futuro con el objetivo de reinventarse para adaptarse a un nuevo modelo de negocio. Hay que redefinir los objetivos y orientarse hacia la creación de un impacto positivo en la vida de las personas de una manera transformacional y masiva. “Estamos compitiendo por ser los Amazon, Google o Netflix de la banca”, suele decir, consciente de que cuando cumpla 75 años, en 2019, dirá adiós definitivamente y serán otros los que sigan su estela y culminen un proceso de cambio tecnológico que nunca le fue ajeno. Este corredor de comercio, que fue número uno de su promoción en 1980, y agente de cambio y bolsa de la Bolsa de Madrid, inició su carrera profesional en 1964 como programador de una empresa informática.
Atrás quedan unos años convulsos marcados por la crisis financiera, que durante una década ha vapuleado el sector bancario. La mayoría de los operadores no logró sobrevivir (solo 12 de 56 entidades), pese a que hoy se ha recuperado la senda de la rentabilidad y el beneficio. No fue una tarea fácil. Mucho menos cuando inciden factores ajenos al negocio. Ciertas relaciones entre empresarios y políticos desembocan en prácticas poco éticas. Adoptar decisiones comprometidas en una coyuntura salpicada de escándalos de corrupción, comisiones de investigación y mala praxis no contribuye a la cuenta de resultados. Francisco González nunca cedió ante los que quisieron tomar el banco al abordaje. Tampoco implicó a la entidad en asuntos demasiado complejos, como la privatización de Bankia, ni entró en el capital de Sareb, el banco malo creado en 2012 para ayudar al saneamiento del sector financiero español y a las entidades que arrastraban problemas debido a su excesiva exposición al sector inmobiliario, ni quiso participar en la resolución de urgencia de Banco Popular. Siempre asumió la responsabilidad corporativa en primera persona. Su coherencia y firmeza han agrandado con el paso del tiempo su figura. Los resultados avalan su gestión.
Así, en los tres primeros meses de 2018, la fortaleza de los ingresos, la contención de los costes y unos saneamientos por debajo de lo esperado certifican unas cuentas que superan ampliamente las expectativas de mercado. El beneficio crece en todas las geografías, principalmente en España y Estados Unidos, un mercado de calado en el que la entidad está dispuesta a jugar fuerte. Entre enero y marzo, el Grupo BBVA obtuvo un resultado atribuido de 1.340 millones de euros, un 11,8% superior al beneficio del mismo periodo de 2017 (+22,3% en términos constantes). Supone el mayor resultado trimestral de los últimos tres años.
Estos datos evidencian el éxito de la estrategia. BBVA quiere ser catalizador de los cambios que se avecinan, tanto desde el punto de vista tecnológico como de sostenibilidad medioambiental. González hace suyas las palabras de Ban Ki-moon, el ex secretario general de Naciones Unidas que dijo que “somos la primera generación que podemos erradicar la pobreza y la última que puede dar pasos decisivos para evitar los peores impactos del cambio climático”. Gran parte de la riqueza que se va a crear se va a concentrar en muy pocas manos y eso es negativo para la sociedad. Según el presidente de BBVA, “vivimos una revolución sin precedentes que puede crear una era de bienestar sin igual si avanzamos en una nueva arquitectura legal. La regulación digital actual a menudo tiene enfoques divergentes entre sectores en temas críticos como ciberseguridad, infraestructuras en la nube, privacidad de datos e inteligencia artificial: quien controla los datos controla el mundo”.
La mitad de los clientes totales de la entidad interactuará por canales digitales con el banco este año y la misma cifra se relacionará con BBVA a través del móvil en 2019. Los gigantes de Silicon Valley serán las empresas con las que BBVA se medirá en ese futuro digital. Para González, «no son competidores directos ahora mismo, pero lo serán. Por lo tanto, tenemos que ser tan eficientes como ellos».