Por David A. Gonçalves Luzio y Juli Amadeu Àrias
La cultura del vino es una tradición muy arraigada en la sociedad Española. Una de las regiones más características de la producción y elaboración del vino es La Rioja, reconocida como Denominación de Origen Calificada (DOCa) en abril de 1.991. Este hecho supuso un antes y un después en la calidad de los vinos riojanos. En primer lugar, porque reconocía el trabajo y el esfuerzo de los viticultores de la época y, en segundo lugar, otorgaba a estos vinos una etiqueta de calidad de la que siempre parten los vinos resultantes de las vides y cepas que se cultivan en sus tierras.
A partir de ahí, lo único que había que hacer era mejorar e intentar superar cada año las metas de calidad establecidas; buscando siempre la excelencia en cada añada y vendimia. Con este objetivo, de buscar la excelencia en la elaboración de sus vinos, llegaba Carlos Moro (viticultor, enólogo, bodeguero y fundador de Bodegas Familiares Matarromera en 1988 en Valbuena de Duero) a la DOCa Rioja en 2014.
Entonces, hace hoy cinco años, decidió dar un paso más en su trayectoria vitivinícola al levantar la Bodega Carlos Moro en la localidad de San Vicente de la Sonsierra, Rioja Alta. Un municipio rodeado de un paisaje idílico de viñedos y característico por la fortaleza histórica que se alza en lo más alto del pueblo. Un castillo que se constuyó bajo la dirección de Ferrant Moro.
Tres viñedos icónicos
De la zona de la Rioja Alavesa, concretamente en la localidad de Labastida, Álava, y en la zona de la Rioja Alta, San Vicente de la Sonsierra, nacen los vinos más cualitativos de Bodegas Carlos Moro. Dos atractivos turísticos para los amantes de la cultura del vino.
Gracias a su localización geográfica, la uva tempranillo es la más destacada. Los viñedos Las Ginebras y El Acueducto son dos parcelas situadas a los pies de la Sierra de Cantabria. Un sistema montañoso que corta los fríos vientos que provienen del norte y suaviza las temperaturas a las que se ven sometidas las vides. Asimismo, el terreno en el que se encuentran cultivadas permiten un buen drenaje de la tierra en caso de acumulación de cantidades elevadas de agua en épocas de fuertes lluvias. Por lo que la uva será de mayor calidad y tendrá una concentración superior de antocianos y polifenoles, proporcionando una mayor intensidad aromática al producto final.
Viña Garugele es una de las más prestigiosas de Carlos Moro. Recientemente reconocida como ‘Viñedo Singular’ por el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación; gracias a sus setenta y nueve años de longevidad, un cultivo responsable, exento de químicos, y un labrado de tracción animal. Al tratarse de un territorio inclinado, igual que sucede en Las Ginebras, no habrá acumulaciones de agua que dañen el viñedo; por lo que la uva tinta estará más concentrada. La vendimia de esta parcela proporciona el vino más premium de Carlos Moro: Viña Garugele.
El esfuerzo de seis denominaciones de origen
Carlos Moro y, por consiguiente el grupo Bodegas Familiares Matarromera, cuenta con viñedos y producción en seis denominaciones de origen: Ribera del Duero, Rioja, Rueda, Toro, Cigales y Ribeiro, donde ha adquirido una bodega situada en el municipio Castrelo de Miño, llamada Casar de Vide.
Cambio16 ha podido constatar de primera mano el esfuerzo, el tesón y la pasión por elaborar un buen vino de muchas familias y profesionales como Carlos Moro. Este es el secreto más importante que se esconde tras una copa de vino.
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