Los paisajes de la geografía española están intervenidos por miles de molinos de viento. Aspas que generan electricidad limpia y sostenible, no en vano, la eólica se posicionó como la principal fuente de energía en el país en 2021. Cada día surgen nuevos proyectos y se agilizan fondos para su instalación. Pero ¿qué hacer con los aerogeneradores cuando llegan al final de su vida útil? ¿Lanzarlos a vertederos o reciclarlos?
Resultaría un contrasentido botarlos en basureros, generando contaminación, cuando su objetivo ha sido aminorar el impacto ambiental. Pero todo es posible. A mediados del año pasado Bloomberg publicó unas impactantes fotos de un vertedero repleto de palas de aerogeneradores en Estados Unidos. Los fabricantes, contratistas y gobiernos deben idear qué hacer con esos desechos.
Actualmente cerca del 85-90% de los materiales de una turbina eólica se pueden reciclar, el desafío de la industria eólica se centra en el reciclaje de las palas. Están fabricadas de materiales compuestos (fundamentalmente, la fibra de vidrio, fibra de carbono y resinas), especialmente difíciles y caros de separar para un correcto reciclaje.
Pese a que compañías como Siemens Gamesa ya ha mostrado las primeras palas completamente reciclables, el problema está ahí. En España, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) cifra en 1.265 los parques eólicos. En total, hay 21.419 aerogeneradores, cada uno con tres palas. Por lo tanto, se calcula que hay 64.257 palas que durante los próximos años se convertirán en residuos, a no ser que se reciclen.
En cuanto a la antigüedad de los aerogeneradores, según la AEE, de los más de 27.000 MW eólicos con los que cuenta España alrededor de 11.000 MW tienen más de 15 años. Mientras que unos 3.500 MW tienen una antigüedad superior a los 20 años, reseña Xataca.
Aerogeneradores y después de su vida útil
En Europa, se eliminan alrededor de 3.800 palas al año de aerogeneradores una vez que alcanzan su vida útil. Se estima que en EE UU son más 8.000 las que se descartan. Estas palas se amontonan bajo tierra porque sale más barato que reciclarlas, pero este es un problema ecológico para una energía limpia como la eólica.
Muchas palas de los aerogeneradores que han tenido que cambiarse hasta ahora han pasado al mercado de segunda mano. Pero a medida que el número de palas sustituidas aumente, será más difícil que el mercado de segunda evite que acaben acumulándose en vertederos.
El español Álex Costa es el cofundador de Ventos Metódicos, una empresa portuguesa nacida en 2019 que convierte las palas de molinos de viento en lámparas, sillas o estanterías. El objetivo es aprovechar absolutamente todo el material sin recurrir a procesos químicos que puedan ser contaminantes. Por ejemplo, una opción es convertir las palas de molinos de viento que tienen que modernizar en mobiliario de oficina.
Señala la empresa que “cuando las palas del aerogenerador terminan su ciclo en el sector eólico, empieza nuestro trabajo. Los componentes y las estructuras de estos elementos se extraen -aprovechándose de manera íntegra- para su posterior desmontaje. Sin desperdiciar ningún material, se procede a su traslado gracias a una técnica de corte que permite un transporte sencillo. Gracias a ella, los llamados residuos eólicos, se transforman en exclusivo mobiliario industrial, urbano, de oficina o doméstico. Se trata de un proceso físico y completamente sostenible, donde el impacto de la huella de carbono es inexistente”.
Varias alternativas europeas
La AEE y WindEurope solicitaron a la Comisión Europea que prohíba el vertido de palas de aerogeneradores con el fin de su vida útil en Europa.
La prohibición debería entrar en vigor en 2025 y aplicarse también a otros grandes componentes compuestos de las góndolas de los aerogeneradores modernos. Con esta solicitud, la industria eólica europea se compromete a reutilizar, reciclar o recuperar el 100% de las palas desmanteladas. Al mismo tiempo, el sector eólico se compromete a no enviar las palas desmanteladas de Europa a otros países fuera de Europa para su vertido.
Pero muchos gobiernos aún no están del todo concienciados con este tema porque todavía no lo ven como un problema. En 2050 el número de desechos en el mundo por parte de la industria eólica podría superar las 43 millones de toneladas. Es importante fomentar la gestión de residuos eólicos antes de que se sea demasiado tarde.
Sin embargo, algunos países como Alemania, Austria, Países Bajos y Finlandia prohíben que los materiales compuestos se depositen en vertederos o se incineren. Francia, por su parte, está considerando introducir un objetivo de reciclaje para aerogeneradores en su legislación.
A nivel europeo está el proyecto europeo FiberEUse en el que participan empresas españolas como Tecnalia, Siemens Gamesa o Maier, y que se centra en la demostración a gran escala de nuevas cadenas de valor de economía circular. Basadas en la reutilización de materiales compuestos reforzados con fibra al llegar al final de su vida útil.
El proveedor mundial de soluciones para la energía eólica Vestas anunció que para 2040 produciría turbinas eólicas sin residuos, es decir, reciclables al 100%. Y se ha propuesto aumentar la tasa de reciclabilidad de bujes y palas del 44% actual al 50% para 2025, y al 55% para 2030.