POR ANDRÉS TOVAR
13/08/2017
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La ciudad de Charlottesville (Virginia, EEUU) fue el foco este sábado de fuertes enfrentamientos entre los supremacistas blancos que protestaban contra la demolición de un monumento confederado y activistas que salieron en contramanifestación para hacer frente a los primeros.
Durante esos enfrentamientos, amen de la golpiza colectiva y los enfrentamentos con la policía, un conductor embistió a los manifestantes con su vehículo. Los incidentes han dejado tres muertos y 34 heridos. Debido a escalada de tensión, la Policía declaró el estado de emergencia en la ciudad.
Video of fascist driving through crowd of protesters in #Charlottesville
Video by @Rebelutionary_Z #Antifa #UniteTheRight pic.twitter.com/ruT4V1kMdw— Anarcho-Khomeinist? (@NthRepublic) 12 de agosto de 2017
Horas después, en mitad de los enfrentamientos, un helicóptero cayó sobre Charlottesville, falleciendo sus dos tripulantes.
BREAKING: Helicopter crash in Charlottesville pic.twitter.com/9FDZSMxxpv – @Simon_Rader
— Shawn McKenzie 🇺🇸 (@SMcK17) August 12, 2017
A state police helicopter crashed near Birdwood Golf Course, witnesses say. https://t.co/I1XqO4X1j1 pic.twitter.com/FCc0xwvYqM
— The Daily Progress (@DailyProgress) August 12, 2017
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó el odio “de muchos lados” en respuesta a las violentas protestas, apuntando que «un despliegue de odio, fanatismo y violencia de muchos lados, de muchos lados” ha estado ocurriendo en su país por mucho tiempo en nuestro país, «no con Donald Trump, no con Barack Obama. Ha estado ocurriendo por mucho, mucho tiempo, en Estados Unidos».
Condolences to the family of the young woman killed today, and best regards to all of those injured, in Charlottesville, Virginia. So sad!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 12, 2017
«Condolencias a la familia de la joven muerta hoy y saludos cordiales a todos los heridos, en Charlottesville, Virginia. ¡Muy triste!»
Durante esta declaración, Trump evitó mencionar a los nacionalistas blancos ni al movimiento de ultraderecha en sus señalamientos, llamando a un «estudio de la situación».
Pero otras voces de peso en la nación norteamericana, encabezadas por la ex secretaria de Estado y candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, el senador republicano de Colorado, Cory Gardner, el senador republicano de la Florida, Marco Rubio, y el procurador general de Virginia, Mark Herring, presionaron por una mayor «claridad moral» por parte de Trump y culparon directamente a los supremacistas blancos reunidos en la coalición denominada Unite the Right, como responsables de los condenables sucesos del sábado.
Now is the time for leaders to be strong in their words & deliberate in their actions.
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) August 12, 2017
«Ahora es el momento para que los líderes comiencen a ser fuertes en sus palabras y deliberados en sus acciones«.
Mr. President – we must call evil by its name. These were white supremacists and this was domestic terrorism. https://t.co/PaPNiPPAoW
— Cory Gardner (@SenCoryGardner) August 12, 2017
«Señor Presidente-hay que llamar al mal por su nombre. Éstos eran supremacistas blancos y ésto fue terrorismo interno».
Very important for the nation to hear @potus describe events in #Charlottesville for what they are, a terror attack by #whitesupremacists
— Marco Rubio (@marcorubio) August 12, 2017
«(Es) muy importante para la nación a escuchar a @potus describir eventos en #Charlottesville como lo que son, ataques de #whitesupremacists -supremacistas blancos-«
The violence, chaos, and apparent loss of life in Charlottesville is not the fault of "many sides." It is racists and white supremacists.
— Mark Herring (@MarkHerringVA) August 12, 2017
«La violencia, el caos y la aparente pérdida de la vida en Charlottesville no es culpa de «muchos lados». Es de los racistas y supremacistas blancos».
Pero, ¿Quiénes son estos tipos del Unite the Right, qué defienden y por qué los condenan -y por qué Trump evita hacerlo-? Acá, algunas respuestas.
Unite the Right: ¿La ‘nazificación’ de la Alt-Right?
El «desembarco» de la protesta Unite the Right en Charlottesville tuvo lugar el viernes, reuniendo a un grupo de unos 100 supremacistas blancos, nacionalistas blancos y neonazis marcharon en el campus de la Universidad de Virginia llevando antorchas, dando el saludo nazi y cantando consignas como la nazi “Sangre y tierra” y eslóganes como “Un pueblo, una nación, fin a la inmigración”, “No nos reemplazaréis”, “Las vidas blancas importan”, entre otras.
En un momento dado, el grupo de mayor parte de hombres blancos rodeó a un grupo más pequeño de contraprotesta que estaba de pie en la base de una estatua de Thomas Jefferson, y estalló una pelea que tuvo que ser dispersada por la policía.
De acuerdo con la declaración jurada de la policía de Charlottesville emitida antes de la manifestación, los asistentes al Unite the Right incluyeron a miembros del Ku Klux Klan; del «Militia Movement» (un movimiento de derecha que ganó fuerza en la década de 1990, cuyos miembros incluyen a los activistas que se hicieron cargo de una reserva natural federal a principios de 2016) y de los Alt-Knights, un «club de lucha» del Alt-Right, entre otros grupos nacionalistas estadounidenses.
https://twitter.com/JackSmithIV/status/896178257615351813
Lo sucedido este fin de semana en el Unite the Right -el nombre con el que fue bautizada una agenda de actividades que busca reunir en varios puntos de EEUU a una amplia coalición de grupos conservadores y el movimiento «pro-blanco» del país - refleja lo que ha estado sucediendo dentro del Alt-Right (abreviatura de Alternative Right o Derecha Alternativa, una etiqueta acuñada recientemente para agrupar a un movimiento difuso de internautas blancos y ultranacionalistas que consideran al Partido Republicano demasiado moderado).
Los líderes del movimiento se han vuelto cada vez más dispuestos a meterse en la retórica y los tropos blanco-nacionalistas, como que Estados Unidos «está perdiendo su identidad» o que las élites políticas, económicas y mediáticas no están interesadas en defender «su patrimonio».
Entre algunas personas más jóvenes y con más conocimientos de Internet, el odio a la «corrección política» se ha emparejado perfectamente con la cultura del trolleo en línea, en la que empujan los límites y ofenden a la gente a través de las redes.
En 2015 y 2016, la alt-right fue una presencia ineludible en línea -en la acera del frente del Black Live Matters, el movimiento político internacional, que se originó dentro de la comunidad afroamericana y que realiza campañas contra la violencia hacia las personas negras- con algunos de sus miembros acreditando la «magia del meme» del movimiento con la inesperada popularidad de Donald Trump en las primarias presidenciales republicanas y, más tarde, en las elecciones generales.
Con la elección de Trump, algunos de sus líderes se han involucrado más seriamente en política, a través de organizaciones pro-Trump como los Proud Boys y los Alt-Knights.
David Duke, uno de los líderes actuales del Ku Klux Klan, manifestaba este sábado sin ambigüedades lo que la reunión en Charlottesville significa para él: el «cumplimiento» de la visión del presidente Trump para Estados Unidos.
«Estamos decididos a recuperar nuestro país», dijo Duke desde el mitin, calificándolo de «punto de inflexión». «Vamos a cumplir las promesas de Donald Trump. Eso es lo que creíamos. Por eso votamos por Donald Trump, porque dijo que va a recuperar nuestro país «.
David Duke now here in #charlottesville for #altright #unitetheright rally @USATODAY @RbtKing pic.twitter.com/au69sTiTlR
— Mykal McEldowney (@mykalmphoto) August 12, 2017
«David Duke en #Charlottesville «#UniteTheRight cumplen las promesas de Trump«.
Al igual que Trump, los líderes de la alt-right no empezaron alineándose explícitamente con el tipo de grupos y movimientos de derecha que casi todos en 2017 están dispuestos a aceptar son racistas, como los nazis o el Ku Klux Klan. Pero la retórica racista se ha convertido en un sello distintivo del movimiento, incluyendo el acoso vía Twitter de los periodistas judíos mediante «memes» en cámaras de gas nazis.
Eso cruza la línea en las ideologías que la mayoría de los americanos convienen es tabú. La gente puede creer que los partidarios de Donald Trump no son necesariamente racistas, pero están dispuestos a aceptar que los miembros del Klan y los nazis son racistas.
¿La «shoah» norteamericana?
Muchas figuras públicas y políticos de izquierda, centro y centro-derecha en EEUU han argumentado que la alt-right está definido por estas acciones violentas e incluso han argumentado que el mismo término «alt-right» era «un intento de rebrandecer la reconquista de la supremacía blanca de la época de la Reconstrucción como una moda de Internet fresca, nueva e inofensiva.
En lugar de responder deliberadamente distanciándose del nacionalismo blanco, sin embargo, los líderes de la alt-right han tomado a la ligera la distinción y han dicho que algunos de los gestos de sus miembros relacionados con el nazismo por los críticos no son más que una broma que entra en la provocación, «irónicamente», pues.
Pero también hay dentro de ese movimiento un montón de gente cuyo nazismo no es borroso en absoluto. Y en un evento como el rally Unite the Right, es imposible distinguir entre alguien que lleva un pin de una esvástica y da un saludo nazi con convicción que alguien que lo hace «por provocar». Y las personas que dicen que lo están haciendo «irónicamente» no parecen tener ningún problema con esa confusión.
Ante ello, comienzan a surgir las reacciones: AirBnb cerró las cuentas de los usuarios que buscaban alojamiento en Charlottesville para el Unite the Right, citando su «compromiso comunitario» y los gobiernos locales han tomado la iniciativa de cerrar las manifestaciones de derecha antes de que sucedan, forzándolos en la difícil posición de decidir la línea entre la actividad de libertad de expresión protegida y la violencia física.
Pero ya el mundo fue testigo de lo que sucedió este sábado. Y el movimiento Unite the Right continúa su agenda en otras ciudades. Parece que ya es un poco tarde para impedir que el grupo se vuelva violento; para algunos, su concepto era intrínsecamente violento, y pocos parecían invertidos en detener la violencia física que, al parecer, seguirá su ascenso a la erupción.