Por Cambio16
09/12/2016
No hace falta evidencia más allá de lo visual para saber que el cuerpo cambia conforme pasa el tiempo. El funcionamiento de los órganos no es el mismo a los 20 que dos décadas después; sin embargo, al interior también ocurre una revolución que se acelera con cada década, un desgaste natural se presenta en el organismo y es responsabilidad de cada persona aprender a dotar a su cuerpo de lo que más necesita para mantenerse sano.
A inicios del siglo XX, la esperanza de vida a nivel mundial apenas superaba los 50 años. Pasar la barrera de los cuarenta significaba el inicio de una curva dramática y descendente que mermaba las condiciones físicas, mentales y la calidad de vida de cualquier persona relativamente sana.
En la actualidad, los países más desarrollados disfrutan índices de más de 80 años siempre y cuando se cumplan dos factores esenciales: la persona en cuestión debe mantener una actividad física constante y sobre todo, que lleve una alimentación balanceada. ¿Cuáles son los alimentos más importantes que debes comer o evitar en cada etapa de tu vida para mantenerte en forma?
De los 20 a los 30
La adultez joven es el mejor momento para empezar a cuidar el organismo, pues será el único vehículo para expresar tus sentimientos, pensamientos y acciones por el resto de tu vida. El cuerpo deja de producir somatotropina, la sustancia que lo hace crecer durante las primeras dos décadas de vida. Es tiempo de aprender a llevar una dieta sana que responda al ajetreo constante entre el fin de la universidad, el comienzo de la vida laboral y disfrutar de las pocas responsabilidades que tienes. Lo más importante durante este periodo son las proteínas, que aumentan la masa muscular y se encuentran en los alimentos de origen animal, especialmente pescados.
Las grasas vegetales también son indispensables y algunos lácteos un par de veces a la semana aún están permitidos. La vitamina C contenida en cítricos y el hierro en verduras verdes formará un sistema inmunológico cuya importancia será mayor conforme el paso de los años.
De los 30 a los 40
El estrés en la mayoría de las personas por una vida con distintas responsabilidades comienza a surtir efectos adversos en el cuerpo. Ya no podrás desvelarte como antes y estar fresco al día siguiente, pues tu cuerpo sentirá los estragos como nunca antes. Es el momento crucial para decidir qué tipo de persona serás durante la adultez: aquella que aprovecha al máximo su vida madura y se divierte o quien desperdició su vida y ahora enfrenta problemas de salud y nutrición.
El aumento de peso en esta edad es casi un hecho, por eso es recomendable eliminar las grasas saturadas, aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra y aprender a cocinar sanamente. Los empanizados y todo lo frito, los lácteos en exceso, la carne roja y el alcohol deben reducirse exponencialmente para evitar problemas crónicos en el futuro cercano.
De los 40 a los 50
Gracias a una alimentación balanceada, es posible retardar la etapa del envejecimiento y gozar a plenitud de los que para muchos, son los mejores años de la vida. Es fundamental mantener la actividad física al menos un par de veces por semana, una alimentación balanceada por sí mismo no podrá hacer lo mismo por el organismo que dos décadas atrás.
En las mujeres, los niveles de estrógeno caen en picada y el metabolismo entra en una fase de aletargamiento. El hierro es esencial, especialmente en quienes han sido madres o tienen problemas hormonales. Las verduras verdes siempre serán un gran aliado. El brócoli, espárrago y espinacas, salteadas o al vapor son la mejor opción. Además del hierro, los antioxidantes son fundamentales en esta etapa, consume frutos rojos, arándanos, té verde, legumbres y otras frutas tropicales.
De los 50 en adelante
En esta década los cambios hormonales pueden tomar control de tu cuerpo, independientemente de tu sexo y crear un sube y baja de peso que sólo perjudicará a tu piel. Mantener una rutina de ejercicio con menor impacto beneficiará sobremanera a tus músculos, huesos y articulaciones.
Al igual que en los cuarenta, el hierro será tu gran aliado y deberás evitar a toda costa la comida irritante o picante en exceso, pues los problemas de digestión son más comunes en esta época. Si te gustan los lácteos, consume productos deslactosados para aumentar tu nivel de calcio sin comprometer al estómago y ante todo, aumenta tu cantidad de fibra a través de cereales y verduras.