El presidente Vladimir Putin se refirió por primera vez en público a la crisis en Bielorrusia, un país que es “muy cercano” a Rusia, aseguró. Informó que enviará fuerzas policiales en caso de que se descontrole la situación por las protestas que exigen la salida del poder de Alexander Lukashenko. La declaración la hizo un día después de que la escritora bielorrusa, Svetlana Alexiévich, premio Nobel de Literatura, pidiera la mediación del jefe del Kremlin.
«Alexandr Grigórevich (patronímico de Lukashenko) me pidió formar un contingente de miembros de fuerzas del orden. Y lo hice. Pero no será utilizado mientras la situación no se descontrole», dijo Putin este jueves al canal estatal Rossiya 24, en las primeras declaraciones públicas que hace desde que estalló la crisis en Bielorrusia.
Contó que Lukashenko le pidió ayuda tras el estallido de las protestas en rechazo a los resultados electorales del 9 de agosto. «Planteó que le gustaría que le ofreciéramos ayuda, en caso de necesidad. Yo le dije que Rusia cumplirá con sus obligaciones», dijo. Refirió que esos compromisos derivan de tratados multilaterales que “obligan a sus Estados miembros a ayudarse mutuamente en defensa de la soberanía, las fronteras exteriores y la estabilidad». «No hay necesidad de ocultar nada. Allí está así escrito», añadió.
Las autoridades electorales dieron el triunfo a Lukashenko con un 80% de los votos, lo que le permitiría gobernar por un sexto período. Pero la oposición, encabezada por Svetlana Tijanóvskaya, rechazó los resultados y ha llamado a la población a exigir un nuevo proceso comicial “limpio y transparente”.
Putin prefiere no enviar fuerzas, pero…
En su declaración, Putin indicó que dichas fuerzas policiales no serán desplegadas a menos que «elementos extremistas» promuevan desórdenes e intenten tomar edificios públicos, por ejemplo. «En la conversación llegamos a la conclusión de que por ahora no hay necesidad y espero que no la haya. Y por eso esa reserva no la utilizamos», precisó, al opinar que la situación en la exrepública soviética tiende a normalizarse.
Putin dijo que espera que la crisis en Bielorrusia “se solucione en el marco del terreno constitucional y legal, y por medios pacíficos”. «Hay problemas, por supuesto, si no la gente no saldría a la calle, eso es algo totalmente evidente”, comentó.
“A nosotros no nos es indiferente lo que pasa allí. Es un país muy cercano, puede ser que sea el país más cercano para nosotros”, aseguró. Aun así, dijo, Rusia ha mantenido una conducta más “moderada” y “neutral” que las potencias occidentales, a las que acusó de intentar influir en los actuales acontecimientos en Bielorrusia.
La comunidad internacional, empezando por la Unión Europea y Estados Unidos, también desconoce los resultados electorales. Por ello, ha unido su voz a la de la oposición bielorrusa para que se realicen nuevas elecciones y terminar con el régimen del “último dictador de Europa”, como es conocido Lukashenko, en el poder desde 1994.
Las protestas no cesan
Diversos tipos de manifestaciones tienen lugar a diario en Bielorrusia en apoyo al llamado de la oposición. No son solo las concentraciones multitudinarias como las del domingo 23 en la capital, Minsk, la “más grande de la historia” de Bielorrusia, según Tijanóvskaya, con una asistencia estimada de 200.000 personas.
El grupo de monitoreo voluntario Gente honesta, que denunció el fraude electoral, emprendió una campaña para revocar a los diputados de la Cámara baja del Parlamento bielorruso. “109 de los 110 diputados de la Cámara de Representantes observan lo que ocurre en el país y no hacen nada”, dijeron voceros del grupo.
Esta iniciativa se suma a la de miembros de la Academia Nacional de Ciencias. Durante su hora de almuerzo, protestan cada día en la entrada principal al edificio en solidaridad con los trabajadores que se han declarado en huelga.
Este miércoles despidieron a 56 actores y empleados del Teatro Académico Nacional, el más importante del país, por apoyar las protestas. De allí fue expulsado también, y por el mismo motivo, el exministro de Cultura, Pavel Latushko. Hoy es uno de los integrantes del comité organizador para el traspaso pacífico del poder en Bielorrusia.
Persecución contra opositores
La escritora bielorrusa y premio Nobel de Literatura, Svetlana Alexiévich, atendió este miércoles la citación a comparecer ante un tribunal por integrar el mencionado comité. Lukashenko ordenó abrir un proceso al comité, al que acusa de intentar despojarlo del poder.
Darya Buryakina / Tut. A través de REUTERS
El comité “no pretende dar un golpe de Estado para tomar el poder sino propiciar un diálogo con las autoridades”, aseguró Alexiévich, de 72 años. “Y puede que para ello haga falta la ayuda de otros países”, pues la sociedad bielorrusa no es lo suficientemente fuerte para lograrlo sola, añadió.
“Por eso necesitamos ayuda del mundo, puede que también de Rusia, si somos capaces de hacer que participen unidos”, prosiguió. “La ayuda del mundo es muy importante para nosotros, pero no lo lograremos sin Putin”, porque “Lukashenko solo habla con Putin”.
La autora indicó que no declaró al tribunal, acogiéndose a su derecho a no testificar en su contra. Además “no me siento culpable. Creo que lo hicimos todo legalmente. El objetivo del comité es unir a la sociedad, ayudar a superar la crisis política, no dar un golpe de Estado”, insistió.
Olga Kovalkova, mano derecha de Tijanóvskaya, y el dirigente sindical Serguéi Dilevski, también integrantes del comité, fueron detenidos el lunes. A los dos los condenaron a 10 días de prisión menor acusados de organizar la manifestación del domingo.
Tijanóvskaya, en el exilio, propuso organizar el comité, integrado por unas 60 personalidades bielorrusas, con el fin de unir esfuerzos para lograr poner fin a la crisis en Bielorrusia.
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