El régimen ruso atiende en simultáneo, tensiones internas y externas, que precipitan las decisiones del Kremlin. Por un lado, Vladimir Putin ha movilizado a la policía para reprimir las protestas sociales. Por el otro, ha desplegado su poderío militar al oeste y suroeste del país, exasperando los ánimos en Ucrania y en sus aliados en Europa y Estados Unidos. Hace apenas horas, ordenó el retiro parcial de las tropas en la frontera.
La detención y juicio del líder opositor Alexéi Nivalvi, ahora en huelga de hambre, mantiene en agitación social a al menos, veinte ciudades de Rusia. Pese a las prohibiciones del régimen y a episodios reiterados de opresión, miles de personas salen a las calles para pedir su libertad.
Navalni se encuentra internado en un hospital para presos. Cumple su tercera semana en huelga de hambre, en contra de Vladimir Putin y de su encarcelamiento que considera injusto. Las protestas en apoyo al líder opositor acumularon esta semana, más de 1700 detenidos, según la organización de monitoreo OVD-info.
Las manifestaciones ocurrieron en momentos en que Putin ofrecía su discurso sobre el estado de la nación. Mientras, los organismos de seguridad arrestaban en Moscú, a los colaboradores de Navalni, la abogada Liubov Sobol y, a su portavoz, Kira Yarmiysh. Al mismo tiempo, le cortaron la luz al canal de la oposición y en algunas universidades avisaron de que a la hora de la manifestación pasarían lista en el aula.
Con el opositor preso y en delicado estado de salud, según sus aliados, el Kremlin ha tratado de disuadir a la ciudadanía de que participe en manifestaciones. Entretanto, la UE, EE UU y la ONU han pedido al régimen que permita a Navalni recibir la visita de un médico de su elección.
Putin reprime protestas y agita las fronteras
El régimen de Putin intenta frenar la escala de protestas internas, y los conflictos de amplio espectro en su frontera con Ucracia.
Desde este martes el ejército ruso inició maniobras militares a gran escala en Crimea. Decenas de barcos de la Armada, cientos de aviones de combate y miles de tropas en una demostración de fuerza en medio de las tensiones con Ucrania. El despliegue fue calificado como la más grande desde que Rusia anexó la península del Mar Negro de Ucrania en 2014.
La acción militar activó las alarmas en Occidente, pues se han reportado crecientes maniobras navales en el Mar Negro. Ucrania acusa a Moscú de provocar una escalada de tensión en la zona. En particular en el Donbás, al incrementar su presencia militar en la frontera entre ambos países.
Los acontecimientos coincidieron, en parte, en un momento en que un grupo de buques de guerra estadounidenses supuestamente se dirigían al Mar Negro. Al divisarlos, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia les advirtió que se alejaran «por su propio bien».
En adición, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, acusó a EE UU y la OTAN de «continuar actividades provocadoras» en el espacio aéreo y las aguas del Mar Negro”. Y dijo que “la situación política y militar en la zona estratégica suroeste sigue siendo complicada».
Asimismo señaló que «eso está relacionado, en gran medida, con los intentos de una serie de Estados extranjeros de aumentar su presencia militar en las fronteras sur y occidental de Rusia».
Según informaciones oficiales, Rusia limitó entre el 20 y 24 de abril los vuelos sobre parte de la península de Crimea y el Mar Negro. Y declaró esta zona «peligrosa para la navegación aérea». Además, Moscú anunció que limitará del 24 de abril hasta el 31 de octubre el tránsito de buques de guerra extranjeros en aguas territoriales rusas del mar Negro.
Kremlin recrudece las amenazas a Occidente
El régimen de Putin intenta disuadir las protestas con detenciones, allanamientos y censura en el plano interno. Y amenaza a los países de Occidente de proceder con “actos inamistosos contra Rusia”.
Afirmó que hay “intentos por cualquier motivo o incluso sin motivo de acusar a Rusia. Esto, se ha convertido entre algunos países en una especie de deporte». Occidente, agregó, «lamentará» cualquier provocación contra los intereses de su país. La respuesta será «asimétrica, rápida y dura».
Putin llamó a las potencias occidentales a no cruzar «la línea roja» y a no confundir «las buenas intenciones» del Kremlin con «debilidad».
«Se arrepentirán de sus actos más de lo que lo han hecho en mucho tiempo», indicó ante la Asamblea Federal.
Asimismo, acusó abiertamente a Occidente de organizar un golpe de Estado en Bielorrusia y que el plan incluía el asesinato de su líder, el autoritario Alexandr Lukashenko.
Retiro parcial de las tropas
El Ministerio de Defensa de Rusia ordenó un retiro parcial de las tropas en la frontera con Ucrania, lo que indica una posible disminución en las tensiones con el vecino país y sus aliados.
La orden se produjo después de que Putin descargara unas amenazas en contra de los países occidentales y reprimiera protestas internas. Les advirtió de una “dura respuesta” si pasaban la «línea roja» rusa con presión adicional sobre Moscú.
El ministro Sergei Shoigu dijo que las unidades desplegadas en el área fronteriza habían demostrado sus capacidades y ahora deberían regresar a sus posiciones regulares. «Creo que los objetivos de la prueba de preparación se lograron por completo», añadió según la agencia de noticias oficial rusa Tass.
La orden indica que las tropas deben regresar a sus cuarteles antes del 1 de mayo. Sin embargo, se especificó que deberían dejar sus vehículos blindados allí hasta el otoño. Las imágenes de satélite muestran cientos de camiones y tanques estacionados en los campos de la zona.
La prohibición rusa sobre el tráfico aéreo civil cerca de la frontera con Ucrania hasta este sábado también sigue en vigor.
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