Por Ángel A. Giménez (Efe)
08/05/2016
«Los que bloquearon el reloj del cambio lo pagarán en las urnas», ha dicho Sánchez en el acto del Día de la Rosa, celebrado en Mérida (Badajoz). No obstante, Sánchez, que aunque tiene que ser ratificado ya es candidato a las elecciones generales del 26 de junio, es consciente de que en el horizonte de ocho comunidades una nube amenaza tormenta. En Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Navarra, Murcia y La Rioja la llegada de la coalición Podemos-IU añadiría incertidumbre a un duelo que se dirimiría entre el «sorpasso» y la resistencia por un puñado de votos.
Los resultados de las pasadas elecciones del 20 de diciembre colocaron a Podemos muy por delante del Partido Socialista en Cataluña, Galicia, Madrid, Comunidad Valenciana y País Vasco, en donde la formación de Pablo Iglesias bien concurrió en solitario, o bien en alianzas o en confluencias.
El «sorpasso» se dio en todas ellas por una diferencia que se elevó por encima de los 100.000 votos, y hasta por encima de los 300.000 como en Cataluña, aunque en Galicia la ventaja fue más baja: 60.428 papeletas.
Pero en otras ocho autonomías el 20D dejó a ambos partidos separados por una franja estrecha, por lo que una hipotética coalición de Podemos e IU arrojaría más inestabilidad a un mapa electoral que puede acabar en tormenta para el PSOE o en nube pasajera. Las dudas, o la borrasca, se despejarán el 26 de junio.
Cantabria es una de las comunidades en las que la tormenta del voto de la izquierda puede que descargue con fuerza, pues los 78.217 votos que registró en diciembre la candidatura socialista pueden no ser suficientes para contener el acecho de Podemos (62.219 votos en diciembre) y de IU (15.428). La diferencia queda a favor del PSOE, pero con tan exiguo margen, 500 papeletas, que se prevé una encendida disputa.
En Aragón, el 20D, las distancias se estrecharon al conseguir el Partido Socialista 168.635 votos y Podemos 135.763, una separación que pudiera ser holgada de no ser por los votos que IU aportaría en caso de coalición. En diciembre logró poco más de 45.000, por lo que también se vaticina una pelea encarnizada.
Situación similar se avecina en Asturias. Los socialistas alcanzaron hace cinco meses unos 144.000 votos y Podemos, 132.000. IU podría ayudar mucho no sólo a cubrir la distancia, sino a superarla: el 20D lo terminó con más de 52.300 votos.
Canarias vio cómo en las pasadas elecciones Podemos doblegaba a los socialistas. Sus 231.000 votos, por los 218.241 del PSOE, no se tradujeron en más escaños (los socialistas lograron 4, uno más), pero sí reflejaron que las fuerzas están igualadas. IU, aquí, contribuiría a agrandar la distancia.
Lo mismo en Baleares, donde Podemos también pasó por delante de los socialistas al llegar a los 111.416 votos, unos 23.000 más. El partido morado ocupó así la segunda posición, que vería reforzada si se mantienen en junio los resultados de diciembre de IU (más de 11.400) y del MÉS, formación que atrajo a 34.000 ciudadanos y que está dispuesta ahora a concurrir conjuntamente.
O en Navarra, comunidad en la que Podemos puso de por medio unos 26.261 votos para alcanzar la segunda posición, sólo superado por UPN-PP. A la espera de que cuaje la coalición con IU, y quizá con otros partidos, Pablo Iglesias y los suyos aspiran a consolidar su «sorpasso» a los socialistas navarros.
No puede haber relajación ni distracciones en el PSOE murciano. Si bien sacó a Podemos unos 37.400 papeletas en diciembre, la llegada de IU de la mano de la formación morada podría acortar mucho la ventaja, pues el 20D obtuvo más de 22.700 votos. Tampoco en el PSOE de La Rioja, pues en diciembre la suma de votos de Podemos e IU casi les coloca a rebufo de los socialistas: les separó casi 14.000 papeletas.
En definitiva, ocho comunidades en las que PSOE y Podemos, Podemos y PSOE, se miran por debajo de 50.000 votos. La entrada en juego de IU no invita a apuestas seguras, o como ha declarado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, «cambia bastante el ambiente». Pedro Sánchez, Susana Díaz, Antonio Hernando y hasta Felipe González han negado el riesgo del «sorpasso», posibilidad que la presidenta andaluza ha llegado a calificar como «una broma».
Más allá de las encuestas de los medios, o del CIS de esta misma semana, fuentes socialistas consultadas por Efe calculan que hay dos millones de votantes de Podemos disgustados con Iglesias, lo que abre tres vías de fuga: a la abstención, a IU y al propio PSOE. Votantes, añaden, que han visto en Podemos no una «nueva política», sino «el comportamiento de un partido viejo».
Por otra parte, «está por ver si los electores de Izquierda Unida quieren votar unas listas con Podemos», puntualizan. El presidente de la empresa demoscópica Gad3, Narciso Michavila, en declaraciones a Efe, refrenda las previsiones del PSOE, pero avisa: «Tanto PP como PSOE tienen un suelo sólido, un voto tradicional, pero, juntos, Podemos e IU pueden optimizar la coalición con ganancia en escaños», explica Michavila.