La recomendación médica durante décadas ha sido la de detectar a tiempo el cáncer, pues el margen de curación es mayor. La actuación temprana reduce el avance de la enfermedad y las complicaciones en la salud. Pero, un megaestudio encuentra que la detección de varios tipos de cáncer sólo tiene un pequeño efecto general en la prolongación de la vida y, por tanto, sus beneficios son limitados.
El equipo de investigación revisó dieciocho ensayos clínicos aleatorios a largo plazo que compararon la esperanza de vida de 2,1 millones de personas. Algunas de las cuales fueron examinadas para la detección temprana del cáncer y otras no, refiere el megaestudio publicado en JAMA Internal Medicine. Y liderado por Michael Bretthauer, profesor de medicina de la Universidad de Oslo en Noruega.
Los ensayos cubrieron la detección de los siguientes tipos de cáncer:
- Cáncer de intestino mediante pruebas de sangre oculta en heces (FOBT) y endoscopia.
- Cáncer de mama mediante mamografías; cáncer de próstata mediante prueba de PSA.
- Cáncer de pulmón en fumadores o exfumadores mediante tomografía computarizada.
Bretthauer y su equipo no encontraron diferencias significativas en la esperanza de vida después de realizar pruebas de detección de cáncer de mama, próstata y pulmón.
En cambio, para el cáncer de intestino, descubrieron que la detección mediante sigmoidoscopia (una cámara en un tubo que investiga la parte inferior del colon) agregaba un promedio de 110 días.
Los investigadores advierten que faltaban datos sobre las colonoscopias. Procedimientos que utilizan la misma tecnología que la sigmoidoscopia para investigar más arriba en el intestino. Pero sugieren que es probable que esta prueba de detección tenga al menos el mismo beneficio.
Detección del cáncer, ¿sirven o no las pruebas diagnósticas?
Sostienen los investigadores -procedentes de Noruega, Polonia, Japón, Suecia y Estados Unidos- que algunas personas se beneficiarán más de las pruebas de detección y otras menos. Pero a nivel poblacional, las pruebas de detección de estos tipos de cáncer ofrecen un beneficio limitado cuando se trata de prolongar la vida.
«Para cinco de las seis pruebas de detección investigadas aquí, los hallazgos sugieren que la mayoría de los individuos no obtendrán ningún aumento en la longevidad», indican los científicos.
Más aún, «los hallazgos de este metanálisis sugieren que la evidencia actual no fundamenta la afirmación de que las pruebas comunes de detección del cáncer salvan vidas al prolongarla. Excepto posiblemente para la detección del cáncer colorrectal con sigmoidoscopia».
Puede parecer que los resultados están en desacuerdo con los mensajes de salud pública, pero todo se reduce a cómo se cuentan los beneficios de las pruebas de detección. Según Paul Glasziou, profesor del Instituto de Atención Médica Basada en Evidencia de la Universidad de Bond, el método utilizado por los investigadores no era el típico para calcular la eficacia de la detección del cáncer.
Cuando los investigadores suelen juzgar la eficacia de las pruebas de detección del cáncer, observan la reducción de las muertes por el cáncer específico que se examina, indica Glasziou. Por ejemplo, en uno de los ensayos aleatorios de pruebas anuales de heces analizados por Bretthauer y sus colegas, 121 de 15.570 personas examinadas murieron de cáncer de intestino. Mientras que 177 de 15.394 personas no examinadas murieron.
Eso significó que hubo 56 muertes menos entre los que fueron examinados. «Así que aproximadamente un tercio de las muertes por cáncer que habrían ocurrido ya no ocurren en el grupo examinado», añade. «Se está evitando aproximadamente un tercio de las muertes».
El cuento de nunca acabar
Paul Glasziou adiciona que esta cifra de «reducción del riesgo relativo» plantea que la detección de cánceres comunes reduce el riesgo de muerte por ese cáncer entre un 20 y un 40%.
Pero esto no tiene en cuenta el hecho de que las personas puedan evitar morir de cáncer pero terminen muriendo de otra cosa.
Otros investigadores no lo ven tan claro. «Es el cuento de nunca acabar», comenta Josep María Borràs a El Español. Es epidemiólogo y coordinador de la estrategia en cáncer del sistema nacional de salud. «Llevamos 30 años haciendo cribados y 30 años discutiendo».
«Yo no estoy de acuerdo con mis colegas de epidemiología, que lo observan como si estuvieran mirando el tráfico de Barcelona», dice Borràs. «En la mortalidad general, es posible que el cribado tengo un beneficio modesto o ninguno. Pero esto es, el pronóstico, no la mortalidad total».
El experto recuerda que el cáncer no es como la obesidad, que si mejora redunda en muchas comorbilidades. Como diabetes, enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo, etc. Una mejora en el cáncer solo influye en el propio cáncer, lo cual ya es mucho.
Asimismo, Marina Álvarez, radióloga especializada en cáncer de mama de la Sociedad Española de Radiología Médica se refirió al megaestudio. «El cribado con mamografía ha demostrado ser efectivo para reducir la mortalidad por esta enfermedad. Y, algo muy importante, también es el impacto de estos programas en la calidad de vida de las mujeres diagnosticadas. Dado que el diagnóstico de tumores en estadios iniciales permite opciones de tratamiento menos agresivas».
Álvarez refiere que medir la efectividad de los cribados es muy complejo y por eso los estudios de este tipo deben mirarse e interpretarse con cautela.
No abandonar el cribado
Un portavoz del Real Colegio Australiano de Médicos Generales dijo a ABC de ese país, que los hallazgos «no eran sorprendentes».
Mientras, Joel Rhee, presidente de Cáncer y Cuidados Paliativos del RACGP, señala que «es bien sabido que los programas de detección del cáncer aún no han podido demostrar beneficios en términos de mortalidad por todas las causas». Pero adiciona que se necesita más investigación con muestras de mayor tamaño.
Rhee argumenta que la eficacia de las pruebas de detección del cáncer para prolongar la vida podría verse reducida por los posibles daños físicos y mentales de algunas pruebas diagnósticas, así como de los tratamientos asociados. Es posible que algunos de los que mueren incluso hayan sido diagnosticados y tratados por cánceres que, en primer lugar, nunca los habrían matado, subraya.
Parte de la razón de tal «sobrediagnóstico» y «sobretratamiento» es que los programas actuales se basan principalmente en la edad para determinar quién debe ser examinado y con qué frecuencia, agrega.
Observa además que los investigadores estaban desarrollando actualmente un enfoque más personalizado para la detección del cáncer, basado en el riesgo de un individuo. Alerta, no se debe abandonar el cribado.