Desde 2018 se desarrolla un proyecto minero en la sierra del Aramo, en Asturias. Lo que se pretende con su ejecución es la búsqueda de recursos como el oro, plata, bario, bismuto, cobalto, cobre, fluorita y níquel bajo tierra. Desde entonces varias organizaciones ecologistas junto a la Coordinadora Ecologista de Asturias ya han mostrado su preocupación con el Gobierno asturiano por el plan que, supone un elevado impacto ambiental.
A principios de 2021, la Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica dio el visto bueno definitivo al permiso de investigación en la sierra del Aramo. Con el plan en marcha, permitirán la ejecución de dos proyectos diferentes. Saint David y Saint Andrew se llevarán a cabo sobre una superficie aproximada de 61.200.00 metros. Pero lo más importante y que parece no ser mencionado es que afectan a los concejos colindantes a la zona montañosa. Sobre todo a Morcín, Ribera de Arriba y Mieres; pero también a zonas de Oviedo, Santo Adriano, Proaza y Quirós.
Repercusiones en el ambiente
El presupuesto de ambos proyectos de investigación supera el millón de euros. Sin embargo, apenas destina 3.850 euros a la restauración ambiental. Para la Coordinadora Ecologista de Asturias el Gobierno ha estado otorgando todos los permisos mineros que le solicitan de espaldas a los vecinos de las zonas. Esto, a pesar de los riesgos que suponen para sus vidas. Además de un claro quebranto de su patrimonio si se lleva adelante el proyecto minero que se pretende investigar. Señalan que esta investigación inicial es la puerta a una actividad extractora con un impacto definitivo.
El Paisaje Protegido Sierra del Aramo es el lugar elegido para llevar a cabo el plan, una zona de gran valor arqueológico. También en la zona se sitúan varias minas peligrosas abandonadas, como son las de mercurio de Soterraña, Brañalamosa y Marramuñiz en Lena; además de la antigua explotación de Texeo, en Riosa.
Deficiencias del proyecto minero
Los ecologistas ya han detallado sobre las numerosas deficiencias del proyecto minero. Comenzando porque no se detallan las principales alternativas estudiadas para la explotación minera en caso de su desarrollo, ni la forma de realizar el seguimiento que garantice el cumplimiento de las indicaciones y medidas protectoras y correctoras contenidas. Tampoco se sabe sobre el impacto para los vecinos de las zonas afectadas en esta amplia extensión de terreno. Además, no describen las características bióticas de la zona, ni se cita las especies más destacadas como es el caso del oso, que ni se menciona.
La promotora no ha identificado, explicado y evaluado las incompatibilidades urbanísticas en las zonas afectadas de los cinco concejos. Tampoco se valora el impacto de sondeos en los numerosos cauces en el entorno de la Sierra del Aramo, destacando los ríos Caudal, Riosa, Xuncar, Grandiella. Desde la Coordinadora Ecologista de Asturias alegan que la realización de los sondeos significa un nuevo deterioro en el estado de las masas de agua que está prohibido en el artículo 92 bis del Real Decreto Legislativo 1/2001, sin que se den las circunstancias excepcionales establecidas en el artículo 39 del Real Decreto 907/2007.
Un proyecto a tres años
Asturmet Recursos, quienes impulsan el proyecto minero, argumentan que el terreno posee un gran potencial para albergar mineralización económica. La empresa, asociada a un fondo de inversión y vinculada a la minería de oro, quiere desarrollar un programa de investigación a tres años. Se centrarán inicialmente en analizar el horizonte mineralizado en toda la superficie del derecho minero. También se recogerán muestras de las rocas para estudiar sus características.
En el segundo ejercicio se hará el estudio geoquímico de arroyos y suelos. Ahí se utilizará la técnica de la teledetección para definir los sectores con mayor posibilidad de albergar yacimientos. Además, se realizarán estudios geofísicos para localizar las zonas con mayor potencial de cara a las futuras fases de investigación.
Al final del tercer ejercicio, una vez definidos los objetivos de perforación, se realizará la evaluación mediante sondeos en base a los estudios previos y se realizarán estudios de recursos y metalúrgicos. Una vez concluidos estos trabajos, y en caso de ser favorables tanto en lo relativo a las condiciones técnicas como económicas de la operación, se podrá solicitar la concesión de explotación.
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