Brasil está colmado de grandes riquezas. En su amplio territorio se anidan, el Amazonas y Pantanal, el humedal tropical más grande del mundo. En los últimos años ha sido acechado por el desarrollo agrícola, la sequía y los incendios. Ahora, un nuevo proyecto busca convertir el Pantanal en una hidrovía para barcazas cargadas de soja. Una amenaza más para alterar los flujos naturales de este ecosistema referente en el planeta.
En el Pantanal habita uno de los ecosistemas más ricos del globo en biodiversidad de flora y fauna. Ubicado en la región del Mato Grosso del Sur brasileño, alcanza en sus extremos al Paraguay y Bolivia, con una extensión total de 340.500 km2. Este vasto humedal, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está formado por más de 1.200 ríos y arroyos que llegan a la región desde los Andes orientales.
Una nueva amenaza está en el horizonte, además de los incendios inclementes y recurrentes. Con el rápido crecimiento del cultivo industrial de soja en el Pantanal, se ha reactivado una propuesta para construir una vía fluvial comercial, con tres puertos. Junto con importantes proyectos de dragado y alteración del curso, planificados para el río Paraguay. Uno de esos puertos, conocido como Barranco Vermelho y situado en Cáceres, ya recibió una licencia preliminar del Consejo Ambiental del estado de Mato Grosso. El primer paso en el proceso de permisos que permitiría construir el puerto.
También está prevista la construcción de un segundo puerto en Cáceres y otro en la cercana ciudad de Corumbá. Los tres están siendo financiados de forma privada, reseñó la revista estadounidense dedicada al medioambiente Yale Environment 360 (E360). Publicación de la Universidad de Yale, pero es editorialmente independiente.
Hidrovía para el Pantanal, una nueva amenaza
La construcción de estos puertos en el Pantanal, abriría la puerta a la aprobación del gobierno de la construcción de la hidrovía. Todo diseñado para acomodar barcazas que transportarían millones de toneladas de soja desde las muchas granjas del gran humedal.
Señalan los críticos que el alcance del proyecto propuesto para el río Paraguay es tan extenso que dañaría irremediablemente el Pantanal.Al margen está la actividad intensiva de la soja que ha golpeado duramente al Amazonas, pero que afectan el medio ambiente de Brasil y del mundo.
Actuando como una esponja gigante, la parte alta de la cuenca del Pantanal, donde se encuentra Cáceres, retiene las crecidas de octubre a marzo. Y luego se drena lentamente entre abril y septiembre. Ese pulso de agua, un ascenso y descenso estacional, brinda protección natural contra inundaciones para quienes viven río abajo. Es lo que permite la diversidad y la gran biodiversidad del humedal.
Durante la temporada de lluvias, los ríos se desbordan, inundando las tierras bajas y creando un rico paisaje de vibrantes azules y verdes. Salpicado de charcos de agua poco profundos, ricas marismas, extensas praderas y densos bosques. Repleto de todo, desde jaguares y cigüeñas jabiru hasta caimanes y nutrias gigantes, el Pantanal alberga miles de especies de flora y fauna. Muchas de las cuales están en peligro de extinción o son endémicas de la región.
El Pantanal también alberga la Reserva Ecológica Taiamã y el Parque Nacional Pantanal Matogrossense. Ambos importantes refugios para la biodiversidad y ambos ubicados en el Tramo Norte, donde se proponen los tres puertos. Las dos áreas albergan una de las densidades más altas de jaguares en el mundo, así como varias otras especies vulnerables. Incluido el oso hormiguero gigante, el armadillo gigante y el guacamayo jacinto.
Los expertos afirman que si se draga el río, los peces, una de las principales fuentes de alimento de los jaguares, se verían directamente afectados.
Tribunales e intereses tras la hidrovía en el Pantanal
El Pantanal es un tremendo recurso para las personas que viven allí, incluidos los ribeirinhos, aquellos que se sostienen de la pesca y las comunidades indígenas. A menudo mantienen a sus familias pescando o iniciando pequeños negocios en la tierra. Vendiendo miel de sus propias colmenas y frutas cosechadas de sus árboles.
Sin embargo, si se construyera la vía fluvial planificada o hidrovía en el Pantanal, mucho de eso cambiaría.
A principios de este año, un juez federal otorgó una medida cautelar solicitando que se detuviera el proceso de licenciamiento del Puerto de Barranco Vermelho. El juez dictaminó que el informe de impacto ambiental del proyecto era muy inadecuado. Estaba plagado de errores y carecía del conocimiento geográfico adecuado de la región y del análisis de expertos calificados. Esa medida cautelar fue suspendida más tarde, dejando a los que estaban a favor y en contra del puerto esperando que los tribunales decidieran si el proyecto proseguía.
No está claro qué camino tomarán los tribunales. Pero a los expertos les preocupa que las políticas antiambientales del presidente Jair Bolsonaro, junto con el poder de los intereses de la soja, puedan filtrarse en las decisiones judiciales.
La porción del río Paraguay conocida como Tramo Norte, entre Cáceres y Corumbá, fue dragada en la década de 1990 para acomodar barcazas. Pero una orden judicial detuvo el dragado en 2000 por preocupaciones ambientales.
En 2021 se lanzó un proyecto mucho más grande, con el Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte. Y bajo la presión de los productores de soja a lo largo del río Paraguay, se aprobó aumentar el dragado. Este proyecto amenaza con convertir el Tramo Norte, el tramo más frágil del río. En la sección norte de una vía fluvial comercial conocida como Hidrovía Paraná-Paraguai, o HPP.
Alto impacto ambiental a su amplísima biodiversidad
Según GPG Serviços Portuários, la empresa encargada de la construcción de Barranco Vermelho, el proyecto del puerto ahora en consideración costará aproximadamente $ 20 millones. Pero los especialistas aseguran que tendrá muchos impactos colaterales. Y afectará una franja mucho más amplia del Pantanal porque es solo el comienzo del proyecto Hidrovía.
“Crea la presión para que se apruebe el resto de la empresa”, dice Philip Fearnside ecologista del Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía (INPA) de Brasil, sobre la posible aprobación de la construcción del puerto inicial. “Una vez que haya invertido en estos puertos, esta vía fluvial es solo el siguiente paso. Es una parte de este problema más amplio del debilitamiento progresivo del sistema de licencias en Brasil. Transferido del gobierno federal a los gobiernos estatales. Esto hace que sea mucho más fácil, barato y rápido obtener la aprobación de estos proyectos”.
Paula Isla Martins, analista ambiental e investigadora de la organización sin fines de lucro Ecology and Action, está de acuerdo. La planificación de varios puertos y la solicitud de licencias individuales para construirlos, dice, crea una laguna. Es decir, permite que se construya toda la vía fluvial sin las licencias e inspecciones ambientales adecuadas que analicen el impacto acumulativo más amplio de los proyectos individuales.
El Pantanal ha estado bajo ataque durante décadas, con sequías y una creciente actividad agrícola que ha provocado una pérdida del 68% del área de agua desde 1985. También del agua del río Amazonas. En los últimos años, la situación ha empeorado. Incendios sin precedentes quemaron casi un tercio de la superficie terrestre del Pantanal. Se estima que 17 millones de vertebrados murieron en los incendios de ese año.
Daño irreparable a los hábitats de miles de especies
La mayor parte del Pantanal, ahora con un proyecto de hidrovía, se encuentra en Brasil, uno de los países productores mundiales de soja. Con un cultivo anual de aproximadamente 120 millones de toneladas métricas de la leguminosa. Se espera que el puerto de Barranco Vermelho tenga una capacidad de 360.000 toneladas en su primer año de operación. Y alcance los 3,5 millones de toneladas dentro de tres décadas.
Lo que hace que el río Paraguay sea difícil de navegar para las barcazas son sus constantes recodos y curvas y sus numerosos bancos de arena. Para que el Barranco Vermelho y otros puertos operen, el río tendría que ser dragado extensivamente en 17 sitios, según la Universidad Federal de Paraná, responsable del estudio ambiental.
Profundizar el río, dice la organización sin fines de lucro SOS Pantanal, haría que el agua fluya más rápido y cambiaría la dinámica natural de inundación del humedal. También bajaría el nivel freático, “con efectos en todos los humedales del Pantanal”, según una carta de Fearnside y otros cinco expertos publicada en Nature. Los científicos pidieron al gobierno del estado de Mato Grosso que revoque su decisión de iniciar el proceso de concesión de licencias para el puerto de Barranco Vermelho. Y garantizar que “la toma de decisiones se base en el asesoramiento científico”.
Eliminar sus curvas en lugares estratégicos, para que las barcazas puedan viajar en línea recta, es otra parte del plan para poner en funcionamiento los puertos y el resto de la vía fluvial. La reingeniería de las curvas ahorraría tiempo y dinero a las agroindustrias. Pero causaría un daño irreparable a los hábitats de miles de especies, cambiando el curso del río.
El fin del Pantanal
La hidrovía que se proyecta adelantar en el Pantanal tiene más desaciertos que aciertos. Enderezar forzosamente las curvas de sus ríos limitaría la capacidad de la vida silvestre de regresar a los mismos lugares para reproducirse, descansar y alimentarse, según SOS Pantanal.
Y para los pueblos indígenas y ribeirinhos significaría la interrupción de su forma de vida centenaria. La cantidad de botes que están en el río debido a la creciente actividad agrícola y de desarrollo ha comenzado a afectar la capacidad de los pescadores para mantener a su familia. El ruido asusta a los peces y los barcos enredan sus líneas. Si las barcazas comienzan a surcar regularmente el río Paraguay, “será el fin de nuestro Pantanal”, dice Lourenço Pereira Leite, pescador por tercera generación de su familia.