A raíz del cambio climático, en los lagos de todo el mundo se está produciendo un fenómeno muy dañino llamado eutrofización. Un proceso de contaminación de las aguas que genera el crecimiento masivo de algas que consumen gran cantidad del oxígeno. Las consecuencias son aterradoras, el agua dulce de los lagos queda prácticamente inservible ya que no se puede beber, no se puede pescar porque los peces desaparecen, tampoco se puede utilizar como un agua de baño y el ecosistema que rodea los lagos queda gravemente afectado.
Los científicos aseguran que la eutrofización aumentará hasta en un 390% para finales de siglo en los peores escenarios de cambio climático, poniendo en peligro el agua dulce del planeta y la misma atmósfera planetaria. Por ello, para evitar este fenómeno muchos gobiernos han invertido grandes cantidades de dinero, incluso superando los beneficios económicos que se obtendrían manteniendo la calidad de las aguas.
Así lo refleja una nueva investigación publicada en la revista científica Nature. “Cuando se cuantifican los beneficios económicos de limitar la contaminación del aire se tienen en cuenta parámetros que van desde las emisiones, concentraciones e, incluso, posibles impactos en la salud de las personas. Con el agua no ocurre lo mismo, quedando los vínculos entre los beneficios y la buena calidad del agua más limitados”, señalan los autores.
El fenómeno de la eutrofización amenaza los lagos
Con la eutrofización y la contaminación de las aguas dulces, se pueden ocasionar pérdidas económicas y aún más grandes problemas en la salud. Su consumo también puede ocasionar problemas sanitarios a las personas de la zona. También puede afectar a la producción piscícola de una zona, ya sea esta extracción o mediante el cultivo.
La mayor presencia de algas puede generar que un cauce anteriormente navegable deje de serlo. Algunos de los brotes de algas producen tóxicos. Estas sustancias pueden ocasionar la muerte de animales al ser consumidas. Los animales afectados pueden actuar como vector afectando a otras especies y alcanzar a los humanos.
La eutrofización además, da lugar al crecimiento de bacterias que producen toxinas letales para pájaros y mamíferos que no se ven directamente afectados por la falta de oxígeno de las aguas. Así, las especies invasoras pueden aprovechar las nuevas condiciones para desplazar a los organismos locales.
Evitar la eutrofización para conservar las aguas dulces
De cumplirse el escenario de los científicos, los lagos afectados se convertirían en una potencial fuente de metano (CH4), lo cual podría generar un impacto en el cambio climático equivalente a aproximadamente el 38-53% de las emisiones actuales de combustibles fósiles. “Si la eutrofización aumenta a estas tasas proyectadas, es probable que las futuras emisiones de metano de los lagos y embalses compensen la totalidad del entierro de carbono marino o todo el entierro de carbono terrestre en el presupuesto global de carbono”, advierten los expertos.
Por otro lado, los científicos señalan que si se pudiera limitar los aumentos de las emisiones de metano de los lagos a un escenario donde la eutrofización aumente como mucho un 100% y un mínimo del 20% para 2050, el ahorro podría situarse hasta en 24 mil millones de dólares. De no hacerlo, el coste se elevaría hasta los 81 mil millones de dólares. Estas estimaciones consideran solo el costo de las emisiones de CH4. Pero los lagos y embalses también emiten CO2 (dióxido de carbono) y N2O (óxido nitroso).
Lo expuesto anteriormente es el problema de asumir erróneamente que proteger las aguas cuesta más de lo que vale. Por ello, la investigación demuestra que existe un valor local y global significativo para proteger la calidad del agua local, según los autores. «Aunque no hayan grandes beneficios económicos, hay otros igual de valiosos, tanto a nivel local como mundial, como el incremento de la salud de los ecosistemas limítrofes. Incluso, de la salud de las personas», aseguran.
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