La población de abejas está en peligro. Sin embargo, los científicos estadounidenses están usando tácticas aprendidas de la conservación de aves para proteger a las abejas nativas de Estados Unidos. En los últimos 20 años, la población de abejorros con parches oxidados disminuyó en un 87% debido a la pérdida de hábitat, uso de pesticidas y enfermedades.
Estos abejorros son muy importantes. Polinizan las frutas y verduras que consumen los humanos, a diferencia de la abeja solitaria de la costa del Golfo que recolecta polen de una sola planta. Se podría decir que son especialistas, mientras que los abejorros y abejas melíferas con parches oxidados son generalistas.
Las abejas –una importación europea a las Américas– y sus problemas de colapso de colonias reciben mucha atención. Sin embargo, las abejas nativas que tienen su propio papel ecológico enfrentan amenazas similares y hasta adicionales.
S. Hollis Woodard, entomóloga de la Universidad de California, Riverside, declaró que no ha habido un «esfuerzo coordinado nacional para monitorear estos polinizadores». Con sus colegas explica el problema y ofrece un enfoque para monitorear abejas nativas.
Abejas en riesgo: un nuevo enfoque para salvarlas
La Dra. Woodard y sus colegas en un artículo que se publicó en la revista Biological Conservation proponen un nuevo enfoque para monitorear las abejas nativas. Tratan de recopilar mejores datos sobre las poblaciones de abejas nativas y los esfuerzos para conservarlas. La Red Nacional de Coordinación de Investigación de Monitoreo de Abejas Nativas de Estados Unidos, n proyecto que apoya el Departamento de Agricultura, capacitará al público para buscar y rastrear abejas silvestres.
Zach Portman, taxónomo del Laboratorio de Abejas de la Universidad de Minnesota, participa activamente en el programa de monitoreo de abejas y ha insistido en que que se necesita otra metodología para el seguimiento de las abejas. Los programas existentes muchas veces son obstaculizados por un gran número de especímenes que son difíciles de distinguir las poblaciones de especies individuales.
«Hay muchas posibilidades que incluyen monitorear hábitats, plantas focales para detectar cambios en los ecosistemas o monitorear un subconjunto más pequeño de especies como los abejorros», dijo Portman.
Red de monitoreo de abejas para su conservación
La red de monitoreo de abejas da la bienvenida a los científicos y ciudadanos a participar y los asocia con expertos que identificarán las fotos y datos que recopilen colaboradores. La Dra. Woodard espera que se eviten los problemas que señaló Portman. Es un sistema parecido al de Great Backyard Bird Count, donde los observadores de aves de todas las edades realizan un conteo cada febrero para recopilar datos de las poblaciones.
«Hemos aprendido mucho de los científicos de la comunidad de observación de aves», declaró la Dra. Woodard.
Esperan que personas de todas las edades y procedencias participen en el seguimiento de las abejas en sus áreas. El conteo se extenderá hasta 2023, alienta a los participantes a registrarse en su sitio web o enviar un correo electrónico a nationalnativebees@gmail.com. Una vez que la persona se inscriba recibirá un correo electrónico de un coordinador en su área y una aplicación para cargar fotos e información básica de dónde se tomaron.
Otros proyectos para el monitoreo y conservación de abejas
Un equipo de investigadores ha creado el primer mapa mundial sobre la distribución de las más de 20.000 especies de abejas que hay en el mundo. Es un avance para la compresión y protección de unos polinizadores de los que dependen fuentes de alimentos y ecosistemas.
Los científicos, que publicaron su investigación en la revista Current Biology, elaboraron el mapa global más completo de especies de abejas. Cuentan con casi seis millones de registros públicos sobre la aparición de tipos de abejas en el planeta. Son hallazgos que respaldan la idea de que hay más especies de abejas en el hemisferio norte que en el sur; y más en ambientes áridos y templados que en los trópicos.
John Ascher, profesor asistente de Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Singapur, explicó el proyecto. «La gente piensa que las abejas son solo abejas melíferas, abejorros y tal vez algunas otras; pero hay más especies de abejas que de aves y mamíferos combinados», aseguró.
Su distribución
Estados Unidos registra la mayor cantidad de especies de abejas. Sin embargo, hay áreas vastas del continente africano y de Oriente Medio con altos niveles de diversidad por descubrir. «Más que las áreas tropicales», agregó Ascher.
El caso de las abejas es diferente al de muchas plantas y animales que siguen un patrón conocido como gradiente latitudinal de biodiversidad. La diversidad aumenta a medida que se aproxima a los trópicos y disminuye hacia los polos.
Lo que ocurre es que las abejas son una excepción de la regla. Concentran sus especies fuera de los polos. Van escaseando a medida que se aproximan al ecuador. Científicos explican que hay muchas menos especies de abejas en bosques y selvas que en ambientes áridos porque los árboles tienen a proporcionar menos fuentes de alimentos. Contrario a las plantas y flores bajas.
Esenciales polinizadores
Alice Hughes, miembro de la Academia China de Ciencias y también coautora de esta investigación, da una explicación breve sobre la gran importancia de las abejas.»Muchos cultivos, especialmente en los países en desarrollo, dependen de especies de abejas nativas, no de abejas melíferas».
Los especialistas creen que esta investigación es un paso de importancia hacia una comprensión más completa sobre la diversidad global de abejas. Además de una línea de base para investigaciones más detalladas.
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