El Parlamento Europeo apoyó una propuesta de reglamento para establecer las normas de comportamiento en materia de emisiones de dióxido de carbono (CO2) para vehículos pesados nuevos, con lo que acordaron que se reduzcan en un 35 por ciento para 2030.
La votación fue aprobada en la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo con 47 votos a favor y seis en contra.
De acuerdo con el parlamentario Bas Eickhout, que dirige la tramitación del proyecto de ley en el Parlamento Europeo, la votación envió una «clara señal» sobre las intenciones del bloque por frenar el calentamiento global.
En efecto, la propuesta de reglamento establece objetivos climáticos más duros que los propuestos por el ejecutivo de la Unión Europea, que fijaba un recorte en las emisiones de CO2 para vehículos pesados del 30 por ciento para 2030.
Esta sería la primera restricción de emisiones de CO2 para vehículos pesados. Hasta ahora, circulan sin ningún tipo de límites, a pesar de que su contaminación representa casi una cuarta parte de la generada por el transporte terrestre en toda la Unión Europea.
La intención del bloque con esta propuesta de reglamento es imponer límites y perseguir progresivamente un panorama con cero emisiones. «La ambición de la Estrategia europea a favor de la movilidad de bajas emisiones es clara: de aquí a mitad de siglo, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte deberán ser, como mínimo, un 60 por ciento inferiores a las de 1990 y estar claramente encauzadas hacia un nivel de cero emisiones», expone el texto de la comisión.
Esta medida se produce después de que los miembros de la Unión Europea apoyaran un recorte de 35 por ciento en las emisiones de vehículos convencionales, también con plazo a 2030.
Camino por recorrer para la propuesta de reglamento
El Europarlamento debe aprobar la posición de la asamblea mediante una votación que se realizará el próximo mes. Acto seguido, las negociaciones con los 28 gobiernos que componen el bloque iniciarán su fase final y se espera que sean más complicadas.
Los países con grandes industrias del sector automotor temen las consecuencias que tendrá esta medida en la producción de vehículos. Algunos gobiernos argumentan que una ley demasiado estricta obstaculizará el crecimiento y perjudicará una gran cantidad de puestos de empleo.
Alemania es uno de los principales actores que se oponen a una reducción alta. A pesar de que este país tiene uno de los proyectos pro-ambientales más ambiciosos del bloque, preocupa que su industria automotriz esté en riesgo.
El grupo de Visegrado, conformado por Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia, también apoya la postura alemana y presionaron para que el acuerdo de reducción de emisiones en vehículos se redujera desde el 40 por ciento inicial hasta 35 por ciento.
Medidas insuficientes
La propuesta de reglamento intenta promover políticas más férreas para reducir la contaminación y el calentamiento global. Sin embargo, la poca factibilidad de que las mejores previsiones se cumplan sin entorpecer el crecimiento económico y la estabilidad política del bloque, complican el panorama en materia medioambiental.
Un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) pronostica que, de seguir el ritmo actual de contaminación, será imposible cumplir con los objetivos trazados en el Acuerdo de París, que buscan mantener el incremento de temperatura terrestre por debajo de los 2°C con respecto a su nivel preindustrial.
De acuerdo el estudio del IPCC, los 2°C se alcanzarían para 2030. Por esta razón, hicieron un llamado a los organismos mundiales para multiplicar esfuerzos en aras de desacelerar el calentamiento global y evitar situaciones caóticas que se podrían generar por el deshielo y la extinción masiva de especies.
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