El cambio climático y el calentamiento global han ocupado los titulares de la prensa mundial. En Europa, por ejemplo, muchas ciudades han experimentado temperaturas similares al desierto árabe. La meta es descarbonizar y limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius que significa abandonar lo más rápido posible los combustibles fósiles y abrazar las “energías verdes». En un acto digno del mejor prestidigitador los árabes quieren convertirse en líderes de la descarbonización sin reducir la producción de hidrocarburos, salvo cuando desean elevar los precios.
Una muestra de esa paradoja es que ete año los Emiratos Árabes Unidos organizan la Exposición y Conferencia Internacional del Petróleo de Abu Dhabi, conocida por las siglas ADIPEC, y el COP28. La ADIPEC reúne anualmente a los principales actores de las industrias del petróleo y el gas. Precisamente en el marco de la ADIPEC, Sultán al-Jaber presidente emiratí designado para las próximas conversaciones sobre el clima de la COP28, afirmó que las compañías de petróleo y gas son «parte central de la solución» para el cambio climático, no el problema
Una declaración que se produce precisamente cuando la industria aumenta su producción para disfrutar de los crecientes precios mundiales de la energía. Al-Jaber reclama a las petroleras que “aceleren su descarbonización » (…) “satisfaciendo las necesidades energéticas de la creciente población del planeta». Sus comentarios se produjeron en el evento de la industria petrolífera en el que se destacó la compañía estatal de petróleo que supervisa. Esto agudizó las inquietudes de los ambientalistas quienes ya cuestionaban su designación al frente del COP28.
A cambio, sus palabras fueron recibidas con aplausos por las mismas compañías de energía que buscará atraer en las próximas conversaciones de la COP28 en noviembre.
La visión de Al-Jaber
El discurso del Sultán al-Jaber ilustra la discrepancia entre los activistas climáticos, quienes desconfían de sus conexiones con la industria, y su propuesta para disminuir las emisiones globales casi a la mitad en siete años. Este objetivo busca limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) en contraste con el periodo preindustrial.
«El abandono de los combustibles fósiles es inevitable. De hecho, es esencial», afirmó al-Jaber de acuerdo al cable de la agencia de noticias AP. «Pero debe formar parte de un plan de transición energética global que sea justo, rápido, ordenado, equitativo y responsable». Según el funcionario emiratí durante demasiado tiempo, la industria petrolera ha sido vista como parte del problema. “Que no hace lo suficiente y en algunos casos incluso bloquea el progreso. Esta es nuestra oportunidad de demostrar al mundo que, de hecho, somos fundamentales para la solución», dijo al-Jaber en la conferencia. Por tanto la industria puede «cambiar el debate global, el resultado global». «Es hora de silenciar a los escépticos» con la aplicación del capital tecnológico para desarrollar «resultados tangibles y reales».
Como era de esperar inmediatamente después, el secretario general de la OPEP, Haitham al-Ghais, elogió su discurso y defendió la industria petrolera. «Vemos llamamientos a dejar de invertir en petróleo. Creemos que esto es contraproducente. La piedra angular de la prosperidad económica mundial es hoy la seguridad energética”, declaró al-Ghais.
Entre petroleros
Al-Jaber es el director ejecutivo de la compañía estatal Abu Dhabi Oil Co., que tiene la capacidad para extraer 4 millones de barriles de petróleo por día y aspira a llegar hasta 5 millones de barriles diarios. También es el anfitrión de la Abu Dhabi International Petroleum Exhibition & Conference (ADIPEC). Este año logró reunir a numerosos ministros de Energía del mundo y a representantes de 2.200 empresas del sector.
A pesar de que el lema de la conferencia de este año es «acelerar juntos la descarbonización», la esencia del evento está principalmente en la exploración, procesamiento y venta de los mismos combustibles que emiten carbono. Precisamente los responsables del cambio climático. Con sus secuelas de fenómenos extremos cada vez más intensos y recurrentes, como tormentas, sequías, inundaciones e incendios forestales. El mismísimo al-Jaber reconoce que, a corto plazo, el mundo debe depender del petróleo y gas.
En cuanto al ámbito corporativo, la industria petrolífera está en auge. Tras un breve período en el que los precios llegaron a ser negativos debido al paro por la pandemia de coronavirus, el crudo Brent de referencia se cotiza actualmente alrededor de los 92 dólares por barril. Además, se espera que los precios de los combustibles sigan subiendo, especialmente los del diesel, ya que Rusia interrumpió sus exportaciones. Lo que probablemente empeorará la inflación mundial al disparar los precios del transporte. Algo que repercutirán en los consumidores.
Petroleros ambientalistas
Sultán al Jaber es además un experimentado representante climático de 50 años, ha impulsado la inversión de decenas de miles de millones de dólares en energías renovables por esta federación de siete emiratos en la península arábiga. Sus partidarios -entre ellos el representante climático estadounidense y exsecretario de Estado, John Kerry, argumentan que este hecho refuerza la idea de que al Jaber puede asumir satisfactoriamente el liderazgo en las conversaciones de la COP28.
La conferencia puso en evidencia el desafío que enfrentan los Emiratos Árabes Unidos en su intento de persuadir a científicos, activistas y otros críticos del clima de que son capaces de organizar la Conferencia de las Partes de la ONU, también conocida como COP. Aunque el ambiente en la conferencia fue cordial, al-Jaber reconoció abiertamente las críticas severas que ha recibido. Al-Jaber les salió al paso y declaró que 20 compañías de petróleo y gas se habían comprometido a alcanzar «cero emisiones netas» antes de 2050 y a eliminar la quema rutinaria de gas antes de 2030.
No obstante, la industria continuará con la producción de petróleo y gas. Lo que libera dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, a la atmósfera. El emiratí defendió enfáticamente a su país como sede de las futuras discusiones que está previsto que lidere, refutando a los detractores que «critican sin entender, sin conocer quiénes somos».
El plan árabe para descarbonizar
Como suele ocurrir los países árabes productores de petróleo han tenido posturas diferentes con respecto a la agenda de la ONU para reducir el consumo de hidrocarburos y reducir las emisiones de carbono.
Los que más han avanzado en ese sentido son Arabia Saudita, EAU y Kuwait. Los cuales han presentado planes para reducir sus emisiones de carbono y aumentar el uso de energías renovables. Por ejemplo, Arabia Saudita se comprometió a alcanzar las “emisiones cero” netas para 2060 y a reducir a la mitad su dependencia de los hidrocarburos, además de plantar 40.000 millones de árboles en Oriente Medio. También se espera que reduzca sus emisiones de carbono incorporando el 50% de energías renovables para 2030.
Por su parte los Emiratos Árabes Unidos ha anunciado una iniciativa nacional para lograr emisiones cero netas en 2050 y fijó como objetivo reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030.
Kuwait se comprometió en la cumbre COP26 a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 7,4% para 2035 y a producir el 15% de la energía a partir de fuentes renovables para 2030. Kuwait se comprometió en la cumbre COP26 a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 7,4% para 2035 y a producir el 15% de la energía a partir de fuentes renovables para 2030.
¿Y la producción?
El seguimiento de las estadísticas de producción de combustibles demuestra que los recortes que se han realizado desde que se firmara el Acuerdo de París, obedecen más a razones de protección de los precios que al apego a la Agenda 30. El ejemplo más palpable es que la caída de la demanda luego de la pandemia de Covid19, llevó a un recorte de la producción.
Y hay países como Irak e Irán que proyectan un aumento colectivo de la producción mundial de petróleo y gas a lo largo de las próximas dos décadas. Pese a que se comprometieron en el Acuerdo de París. Sin perder de vista a Rusia, que pese a las sanciones que enfrenta por la invasión a Ucrania, apuesta a subir su producción. Gazprom, la empresa estatal de gas natural que es un pilar de la economía rusa, tuvo un importante stand en la conferencia a pesar de enfrentarse a sanciones estadounidenses por la guerra de Moscú contra Ucrania.
EUA trata de dar el ejemplo
Pero los EAU con una capacidad de 5 millones de barriles diarios, bajó en casi un millón su producción entre los años 2018 y 2022. Además, han tomado medidas para reducir sus emisiones de carbono y avanzar hacia la descarbonización. Algunas de las medidas instrumentadas incluyen:
- Plan para reducir las emisiones netas de carbono a cero para 2050.
- Anuncio de una iniciativa nacional para lograr emisiones cero netas en 2050.
- Reducción de las emisiones de metano en un 30% para 2030.
- Reducción de las emisiones de carbono a un 30% para finales de 2030.
- Desarrollo de un programa de energía nucleoeléctrica civil para reducir la huella de carbono de su sistema energético.
- Promoción de la innovación en «agritech» para reducir el uso de agua y energía en la agricultura.
- Plantación de 40.000 millones de árboles en Oriente Medio.
- Dependencia del 50% de energías renovables para 2030.
En general, pareciera que los Emiratos Árabes Unidos viene demostrando su compromiso con la lucha contra el cambio climático y la reducción de emisiones de carbono. Se entiende entonces que Sultán al Jabar, como presidente designado de la Cumbre del Clima COP28, le pida a «todo el mundo» que se adhiera a este compromiso y fije sus «mayores ambiciones» en la celebración de la COP28. La cual tendrá lugar en Dubái desde el próximo 30 de noviembre hasta el 12 de diciembre. Habrá que esperar a que haga su magia para que el encuentro de este año genere menos frustración entre los ambientalistas que las conferencias de los últimos años.