Por Cambio16
04/02/2018
El periodismo sigue siendo una profesión de alto riesgo a nivel internacional. Y es incluso una actividad más peligrosa que hace un año. Las condiciones para ejercer como periodista empeoraron a lo largo de 2017. Un periodo en el que fueron asesinados 54 periodistas, 336 fueron encarcelados y otros 54, secuestrados.
Son algunos de los datos hechos públicos esta semana por la ONG Reporteros sin Fronteras (RSF). Asia ha sido el territorio más mortífero para los informadores, en 2017. Allí el periodismo ha sido una profesión de alto riesgo, un año más. En ese continente fueron asesinados más de una veintena informadores.
Según denuncia RSF, los atentados talibanes y del Estado Islámico (ISIS) continúan sacudiendo Afganistán. Mientras que la impunidad y virulencia de los crímenes en India y Filipinas hacen cada vez más imperiosa la necesidad de nuevas medidas de protección para la prensa. En Asia se produjo la muerte del Premio Nobel de la Paz 2010, Liu Xiaobo. Y allí se ha dificultado la información sobre el éxodo y limpieza étnica de la comunidad rohingya.
Profesión de alto riesgo también en Europa
Asimismo, el régimen de Corea del Norte impone a periodistas la pena de muerte. Y en Vietnam, se está produciendo una guerra sin cuartel por parte del régimen vietnamita contra sus blogueros. Además, año tras año se producen asesinatos de periodistas en países como la India, Filipinas o Afganistán.
Pero los problemas no se circunscriben únicamente al continente asiático. En Europa el periodismo también es cada vez más una profesión de alto riesgo. Como denuncia RSF, «legitimar el espionaje de las comunicaciones de los periodistas lleva tiempo siendo un objetivo del poder en Europa». Ha sido el caso del Reino Unido, Alemania y Francia. Todos ellos «han encabezado en 2017 una ofensiva legislativa con gravísimas consecuencias para el periodismo».
Estos países han estudiado medidas que van «desde los intentos británicos de criminalizar la mera consulta de contenidos extremistas». O incluso «convertir legalmente a los informantes en “espías”. A obligar al bloqueo inmediato de contenidos en las redes sociales, como contempla la ‘Ley de Facebook’ alemana.
Asimismo, según RSF, Rusia «sigue siendo un país mortífero» para la prensa. La organización recuerda los asesinatos de los periodistas Nikolai Andrushchenko y Dmitry Popkov. Y lamenta que el país «sigue destacando de forma preocupante por su participación en la propagación de fake news«. Para ello usa las ya famosas “granjas de noticias falsas” implantadas en la ex República Soviética de Macedonia.
El auge de los nacionalismos
Alertan, además, de «las graves intromisiones del Gobierno que llevan años produciéndose en la prensa polaca». A juicio de RSF, son «solo un síntoma de que el auge de los nacionalismos en Europa afecta a la propiedad de los medios«. Y a la presión que se ejerce sobre ellos, como ilustra también el caso de Hungría.
En Estados Unidos, apunta RSF, «la llegada de Donald Trump al poder ha confirmado los peores augurios sobre su inquina contra una prensa libre». Y es que la organización denuncia «ataques constantes de Trump a los medios de comunicación«. Además, asegura que el uso que la administración de EEUU hace del término “hechos alternativos” ha instalado al país «en un clima hostil contra el periodismo propio de regímenes totalitarios».
En España RSF percibe que el conflicto catalán ha pasado factura al ejercicio del periodismo. RSF considera que los profesionales de los medios catalanes y enviados a Cataluña se han visto ante situaciones «tan problemáticas, como intolerables». Ya tras los atentados yihadistas del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils, Reporteros Sin Fronteras tuvo que lamentar el linchamiento en las redes del director de El Periódico, Enric Hernàndez. Fue por una información del diario en la que se afirmaba que la CIA había alertado a los Mossos de un posible ataque.
Acoso a los periodistas en Cataluña
Pero además ha proliferado el fenómeno del “ciberacoso” en el conflicto catalán. Sobre todo hacia los periodistas de medios no alineados editorialmente con el procés. RSF denuncia agresiones a periodistas y reporteros gráficos durante la cobertura del referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre. O la intimidación que supuso el registro del diario El Vallenc. Así como la entrega de citaciones judiciales por parte de la policía a los medios Nació Digital, El Nacional.cat, Vilaweb, Racó Català, Llibertat.cat y El Punt Avui.
Periodistas de todas las cadenas de televisión españolas fueron abucheados e interrumpidos en sus directos al grito de “prensa española, manipuladora”. Y reporteros de televisiones y emisoras catalanas de radio han sido amenazados también en sus conexiones por ultras españolistas. Por todo ello RSF «constata con preocupación la dificultad de ejercer con la mayor libertad posible la profesión periodística en Cataluña». Sea cual sea la línea editorial del medio, el periodismo ha sido una profesión de alto riesgo.