La producción mundial de vino se recuperó en 2018. El repunte se produjo gracias a una mejora en las cosechas respecto al año previo. De esta manera, la industria se recupera de mínimos históricos. Sin embargo, el consumo mostró un estancamiento. Así lo informó la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
En 2017, la producción global de la bebida llegó a su peor nivel en los últimos 60 años. Esta crisis ocurrió cuando las cosechas se vieron afectadas por un clima extremo en Europa, que incluyó sequías y tormentas.
España aporta a este repunte
Tras el pobre desempeño de 2017, la producción mundial aumentó un 17 por ciento el año pasado. Alcanzó los 292,3 millones de hectolitros, de acuerdo a la OIV.
El incremento ocurrió mayormente por una importante recuperación en Italia, Francia y España -tres de los principales productores del mundo-. Cada uno de estos países presentó volúmenes de 13 por ciento por encima de sus promedios de los cinco años previos.
Sin embargo, la cuota de mercado mundial del trío (España, Italia, Francia), disminuyó el año pasado. Se ubicó en 50,7% del volumen total vendido en todo el mundo. Una caída significativa, frente al 55,1% en 2017.
En cuanto a los mercados, España se mantuvo como el primer país exportador en volumen. Se ubicó en 20,9 millones de hectolitros, lo que corresponde al 19,4% del mercado mundial.
Por su parte, Francia conserva el título de primer exportador mundial en valor, con 9.300 millones de euros (+2,8%).
La producción de vino también escaló en el Hemisferio Sur el año pasado. En Argentina ganó 22,8 por ciento, para ubicarse en 14,5 millones de hectolitros. Por su parte, Chile avanzó 35,9 por ciento, hasta 12,9 millones de hectolitros.
En 2018 la producción de vino sube mientras se estanca el consumo
La OIV estimó además que, mientras la producción mundial de vino subió en 2018, el consumo se mantuvo estable. El año pasado, el planeta consumió 246 millones de hectolitros, prácticamente sin variaciones, si se compara con los 246,7 millones del 2017. China presentó el mayor declive en la demanda entre 20 países que registran un consumo elevado.
Las cifras confirmaron la tendencia inicial proyectada en octubre pasado por la organización con sede en París.
Se nota un «estancamiento en la progresión» del consumo mundial de vino, debido «principalmente a una caída del consumo en China y en Reino Unido», señaló la OIV en un comunicado.
Un hectolitro representa 100 litros de vino, o el equivalente a 133 botellas tamaño estándar.
Europa: entre el estancamiento y la baja
En Europa, varios países mostraron una muy ligera caída. Tal es el caso de Francia (26,8 millones de hectolitros, -0,7%) e Italia (22,4 MMhl, -0,9%).
Por otro lado, la demanda creció fuertemente en Portugal (+5,4% / 5,5 millones de hectolitros) y Rumania (+8,7%, hasta 4,5 MMhl).
En cambio, algunos países mostraron un leve incremento. Por ejemplo, Alemania (19,7 millones de hectolitros, +1,3%) y España (10,7 MMhl, +1,8%).
Así mismo, en el caso de los británicos, la caída fue de 3,1%, hasta llegar a apenas 12,3 millones de hectolitros en 2018.
América Latina y Asia consumen menos
En América Latina el consumo cayó. Por ejemplo, en Argentina, uno de los grandes productores de vino de la región, presentó una caída en el consumo de 8,4 millones de hectolitros, (-6,3%).
En China se registró una caída de 6,6% del consumo de vino, con respecto a 2017. El total se ubicó en 18 millones de hectolitros. La ralentización de la economía en el gigante asiático podría haber pesado en este descenso.
Por el contrario, Estados Unidos registró un aumento de la demanda interna. Se situó en 33 millones de hectolitros de vino, un incremento de 1,1% en relación a 2017. Este país es el primer consumidor mundial de vino desde el año 2011.
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