Los fenómenos climáticos extremos impactan en la economía de los países, como consecuencia de los desastres naturales, el desplazamiento de poblaciones y la afectación de cultivos. En Estados Unidos, las plantaciones de algodón en Texas se desplomaron por una intensa sequía. Sus productos derivados, como tampones, pañales de tela, gasas almohadillas muestran un considerable aumento de precios y por tanto, un alza de la inflación.
Cuando el Departamento de Agricultura terminó sus mediciones en enero, sobre el comportamiento de esa actividad, los hallazgos fueron sorprendentes. 2022 fue un desastre para el algodón americano (upland) en Texas, el estado donde la fibra gruesa se cultiva en grandes cantidades. Luego se vende a nivel global en forma de tampones, pañales de tela, gasas almohadillas y otros productos.
Texas produce casi la mitad del algodón de Estados Unidos, el tercer mayor proveedor del mundo, detrás de India y China.
Según esa dependencia federal, el año pasado se registró una pérdida devastadora. Los agricultores de Texas abandonaron el 74% de sus cultivos sembrados (casi 24.281kilómetros cuadrados) debido al calor y al suelo reseco. Características de una sequía extrema que empeoró por el cambio climático.
Ese desplome impulsó el alza en el precio de los tampones en EE UU un 13% durante el último año. El precio de los pañales de tela se disparó un 21%. Las bolas de algodón aumentaron un 9% y las vendas de gasa aumentaron un 8%. Todo eso estuvo muy por encima de la tasa de inflación general del país del 6,5% en 2022, según datos proporcionados por las firmas de investigación de mercado NielsenIQ y The NPD Group.
Sequía en Texas impactó producción de algodón
En el noroeste del estado, donde el algodón es el sustento de la economía local y el agua escasea, la cosecha de 2022 «podría ser una de las peores en 30 años», dijo a France24, Darren Hudson. Profesor de economía agrícola en la Universidad Tecnológica de Texas.
Esto tendrá consecuencias en cascada para la industria textil mundial. En una economía que se tambaleó por la pandemia, Hudson calculó el impacto económico probable para la región en 2.000 millones de dólares.
Es un ejemplo de cómo el cambio climático y, en este caso, la sequía, está remodelando el costo de la vida diaria en formas que los consumidores podrían no darse cuenta.
El oeste de Texas está la la principal fuente de algodón americano (upland) en EE UU y la sequía golpeó duro su producción. Es, a su vez, es el tercer mayor productor y exportador de la fibra del mundo. Eso significa que el colapso de la cosecha de algodón americano se extenderá más allá de las fronteras, estiman los analistas.
“El cambio climático es un motor secreto de la inflación”, señaló Nicole Corbett, vicepresidenta de NielsenIQ. “A medida que el clima extremo continúa afectando los cultivos y la capacidad de producción, el costo de las necesidades seguirá aumentando”.
Al otro lado del mundo, en Pakistán, el sexto mayor productor mundial de algodón americano (upland) también se ha visto afectado. Las graves inundaciones, empeoradas por el cambio climático, destruyeron la mitad de la cosecha de algodón de ese país, reseñó The New York Times.
Ha habido otros obstáculos en el suministro mundial de algodón. En 2021, Estados Unidos prohibió las importaciones de algodón de la región china de Xinjiang. Una importante zona productora de algodón, debido a la preocupación por el uso de trabajo forzoso.
Cambio climático impactará más a cultivos de algodón
Pero los expertos dicen que el impacto del calentamiento global sobre el algodón se está expandiendo por todo el planeta, con consecuencias que pueden sentirse en las próximas décadas.
Para 2040, la mitad de las regiones del mundo donde se cultiva algodón enfrentarán un “riesgo climático alto o muy alto” por sequía, inundaciones e incendios forestales, según el grupo sin fines de lucro Forum for the Future.
El algodón de Texas ofrece una mirada al futuro: los científicos proyectan que el calor y la sequía exacerbados por el cambio climático continuarán reduciendo los rendimientos en el suroeste. Esto aumentará aún más los precios de muchos artículos esenciales.
Un estudio de 2020 encontró que el calor y la sequía empeorados por el cambio climático también redujeron la producción de algodón americano (upland) en Arizona. Y proyectó que los rendimientos futuros de algodón en la región podrían caer en un 40% entre 2036 y 2065.
El algodón es “un cultivo pionero”, indicó Natalie Simpson, experta en logística de la cadena de suministro de la Universidad de Buffalo. “Cuando el clima lo desestabiliza, se ven cambios casi de inmediato”, añadió. “Esto es cierto en cualquier lugar donde se cultive. Y el suministro futuro del que todos dependen se verá muy diferente de cómo se ve ahora. La tendencia ya está ahí”.
Durante décadas, la cosecha de algodón del sudoeste ha dependido del agua bombeada del acuífero Ogallala, que se extiende por debajo de ocho estados del oeste, desde Wyoming hasta Texas.
Pero el Ogallala está disminuyendo, en parte debido al cambio climático, según la Evaluación Nacional del Clima de 2018, un informe emitido por 13 agencias federales. “La mayor parte del acuífero de Ogallala ahora debe considerarse un recurso no renovable”, refirió el texto.
Más calor, menos agua
Ogallala es la misma región que fue abandonada por más de dos millones de personas durante el Dust Bowl de la década de 1930, causado por una severa sequía y malas prácticas agrícolas. John Steinbeck hizo una famosa crónica del trauma en su epopeya «Las uvas de la ira», sobre una familia de agricultores de algodón expulsada de su hogar en Oklahoma. La novela ha estado pesando en la mente de Mark Brusberg, meteorólogo del Departamento de Agricultura.
“La última vez que sucedió esto hubo una migración masiva de productores de donde no podían sobrevivir más a un lugar donde iban a intentarlo”, dijo Brusberg a The New York Times. “Pero tenemos que descubrir cómo evitar que eso vuelva a suceder”.
En los años posteriores, las tierras de cultivo sobre el Ogallala volvieron a florecer a medida que los agricultores extraían agua del acuífero para regar sus campos. Pero ahora, con el aumento del calor y la sequía y la disminución del acuífero, esas tormentas de polvo están regresando, encontró la Evaluación Nacional del Clima. Se prevé que el cambio climático aumente la duración y la intensidad de la sequía en gran parte de la región de Ogallala en los próximos 50 años, según el informe.
Barry Evans, un productor de algodón de cuarta generación cerca de Lubbock, Texas, no necesita un informe científico para saberlo. La primavera pasada plantó 9,7 kilómetros cuadrados de algodón y cosechó solo 2,0. “Este es uno de los peores años de agricultura que he visto”, afirmó. “Hemos perdido gran parte del acuífero Ogallala y no va a volver”.
Se disparan precios de los jeans
El algodón Upland es más corto y grueso que su primo más famoso, el algodón Pima. También se cultiva mucho más y es el ingrediente básico en ropa barata y productos básicos para el hogar y la higiene.
En EE UU, la mayor parte del algodón cultivado es upland, y se concentra en Texas, estado que ha sido golpeado por la sequía prolongada. Eso es inusual para un importante cultivo de productos básicos. Mientras que otros cultivos, como el maíz, el trigo y la soja, se ven afectados por el clima extremo, están dispersos geográficamente. Por lo que un evento importante que afecte a algunos de los cultivos puede salvar al resto, dijo Lance Honig, economista del Departamento de Agricultura.
“Es por eso que el algodón realmente se destaca, con esta sequía que tiene un impacto tan grande en la cosecha nacional”, agregó.
Sam Clay, de Toyo Cotton Company, un comerciante de Dallas que compra algodón americano (upland) a los agricultores y lo vende a las hilanderías, asentó que el colapso de la cosecha lo había puesto en aprietos. “Los precios se han disparado y todo esto se está pasando a los consumidores”, explicó con preocupación.
Relató que compró seis pares de Wranglers hace un año y medio a $35 el par. Estoy pagando $58 el par ahora.
Al menos el 50% de la mezclilla en cada par de jeans Wrangler y Lee está tejido con algodón cultivado en EE UU. Y el costo de ese algodón puede representar más de la mitad del precio, confió Jeff Frye, vicepresidente de sustentabilidad de Kontoor Brands. Sin embargo, comentó que otros factores han hecho subir el precio. Incluida la prohibición de importar algodón de Xinjiang, los altos costos del combustible y la complicada logística del movimiento de materiales.
Todos a usar poliéster
Los cultivadores de algodón dicen que Washington puede ayudar aumentando la ayuda en la ley agrícola, legislación que el Congreso está renovando este año. Los contribuyentes han enviado a los productores de algodón de Texas un promedio de mil millones de dólares anuales. Durante los últimos cinco años en subsidios de seguros de cosechas, según Daniel Sumner. Economista agrícola de la Universidad de California, Davis.
Agricultores como Evans dicen que les gustaría una mayor financiación para los programas de ayuda en casos de desastre. Para cubrir el impacto de sequías cada vez más severas y para pagar a los agricultores por plantar cultivos de cobertura que ayuden a retener la humedad del suelo. También dicen que esperan que los avances en semillas genéticamente modificadas y otras tecnologías puedan ayudar a sostener el algodón de Texas, hoy venido a menos por la sequía.
Pero algunos economistas creen que puede no tener sentido continuar apoyando un cultivo que ya no será viable en algunas regiones a medida que el planeta continúa calentándose.
“Desde la década de 1930, los programas gubernamentales han sido fundamentales para el cultivo del algodón”, sostuvo Sumner. “Pero no hay un argumento económico particular para cultivar algodón en el oeste de Texas a medida que cambia el clima. ¿Tiene algún sentido económico que un proyecto de ley agrícola en Washington, D.C. diga: ‘El oeste de Texas está ligado al algodón?’ No, no lo tiene”.
A la larga, podría significar que el algodón ya no es el ingrediente principal en todo, desde tampones hasta textiles, resaltó Sumner, “y todos usaremos poliéster”.