La demanda mundial de carne sigue en aumento y cada vez más consumidores buscan alternativas de proteínas que además de saludables sean ecológicas. Muchas empresas invierten en lograr la producción masiva de «carne artificial» a partir de células cultivadas de animales. En este contexto, las empresas israelíes se mantienen pioneras en una gran cantidad de sustitutos veganos mediante técnicas innovadoras.
Una de las compañías es Future Meat Technologies, que ha encontrado una manera de producir masivamente carne cultivada en laboratorio y «asequible para todos», según su fundador y director científico, el profesor Yaakov Nahmias. Recientemente anunció la creación de la planta de producción de carne de cultivo en la ciudad de Rehovot, Israel. A 20 kilómetros al sur de Tel Aviv.
Nahmias señala que su objetivo es expandirse a Estados Unidos el próximo año y vender a través de servicios de alimentos. La compañía están en proceso de recibir aprobación en múltiples áreas de agencias reguladoras paras la planta de producción. “Buscamos activamente involucrar a los clientes y construir una marca global para la carne cultivada”, dice.
Carne saludable y sostenible
La producción de esta carne basada en células es «más limpia y eficiente», afirma Future Meat. Con la entrada en operaciones en la nueva sede en Rehovot intentan una producción escalable de carne artificial: hasta 500 kilogramos, tanto como unas 5.000 hamburguesas diarias.
Para que la producción de carne artificial sea rentable, la compañía quiere asegurarse de que «elaboren alimentos deliciosos, pero saludables y sostenibles para asegurar el futuro de las generaciones venideras».
Además, esperan que su proceso de producción libre de crueldad genere un 80% menos de emisiones de efecto invernadero, use un 99% menos de tierra y un 96% menos de agua dulce que la producción tradicional de carne.
La planta actualmente puede producir pollo, cerdo y cordero cultivados sin el uso de suero animal o modificación genética (no transgénicos) y próximamente carne de res. Todo esto con una huella 20 veces más pequeña que la agricultura tradicional y con una fracción de los recursos ambientales, según su fundador. Por ahora, Future Meat es la única empresa que puede producir grasa animal sin cosechar animales y sin modificación genética.
“La apertura de esta instalación marca un gran paso en el camino hacia el mercado de Future Meat, y sirve como un habilitador crítico para llevar nuestros productos a los estantes para 2022”, ha señalado Rom Kshuk, CEO de Future Meat Technologies.
Más países se unen a la producción de carne artificial
En Estados Unidos se está invirtiendo mucho dinero en este tipo de tecnología. Las compañías Finless Foods, BlueNalu y Memphis Meats se mantienen en competencia para ser los más exitosos en producir carne de cultivo. Producen pollo, cordero, ternera, crustáceos y moluscos.
En diciembre de 2020 Singapur aprobó la comercialización de este tipo de carne y la producción ahora se mantiene en crecimiento. Se estima que actualmente hay un total de 50 compañías desarrollando carne de cultivo en el mercado.
Los riesgos de la carne artificial
Lanzar este tipo de productos tan masivamente puede provocar una reacción adversa en el público, según los críticos, quienes además dudan de que la industria consiga de manera artificial compuestos que se producen en los animales de manera natural como hormonas y factores de crecimiento.
El sector cárnico «natural» ha denunciado que se pretende presentar la «cultivada» como una alternativa más saludable. «Y no lo es. Es un producto de laboratorio con un precio desorbitado y que, frente a la imagen que se quiere transmitir, no está exento de elementos de origen animal ni de impacto medioambiental. Además, plantea dudas sobre su seguridad y efectos para la salud», señalan desde la plataforma Carne y Salud.
La comunidad científica ha insistido en que la carne es un alimento insustituible. Contiene proteínas y aminoácidos fundamentales para la dieta del ser humano, «lo que por ahora no ocurre con las de origen vegetal».
Los nutriólogos insisten que la carne es fuente de minerales como hierro, potasio, fósforo y zinc. Además, aporta vitaminas, especialmente B1, B3, B6 y B12, esenciales para tener una buena salud. Lo ideal sería combinarla con otros alimentos para obtener un plato más nutritivo y cubrir las necesidades de nuestro organismo.
No es tan «limpia» como dicen
Aunque los defensores de la carne artificial aseguran que es una alternativa más sostenible, desde la oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos recuerdan que estas afirmaciones positivas sobre los impactos en el medioambiente, el bienestar de los animales o la salud humana no tienen fundamento hasta que se establezcan los métodos de producción comercial y los productos finales.
Varios estudios demuestran que la carne in vitro tiene un impacto medioambiental igual o incluso mayor que la producción ganadera. Algunos señalan que la carne artificial es más contaminante que la producción de pollo y la carne de cerdo. Un informe de 2019 de la Universidad de Oxford apunta que la carne artificial emite más gases de efecto invernadero. Y en una investigación de los franceses Sghaier Chriki y Jean-François Hocquette titulada El mito de la carne cultivada dudan sobre si la ingesta de este alimento sea tan saludable como dicen sus productores.
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