Los primeros resultados de las elecciones generales de este domingo colocan al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al frente. Sin embargo, se quedaría lejos de la mayoría.
Estos datos provisionales apuntan a un resultado inconcluso. Sin embargo, las fuerzas de izquierda estarían más cerca de una mayoría parlamentaria que el bloque de derechas. Éste se encuentra muy fragmentado por el auge del partido de extrema derecha Vox.
Las cifras se corresponden a un 66,33 por ciento de votos escrutados, y fueron dadas a conocer por el Ministerio del Interior.
PSOE el más votado
El partido de Pedro Sánchez obtiene el 29,32% de los votos y 124 diputados.
Por su parte, Podemos-IU-Equo habría obtenido 11,94% de los votos. Este porcentaje le permitiría hacerse con 35 escaños. Una notable baja en comparación con los 45 que consiguió en 2016.
De mantenerse esta tendencia, los socialistas tienen al alcance de su mano mantenerse en el Gobierno. Ello sería posible con un pacto que sume a Unidas Podemos, contando con la abstención de los nacionalistas.
Fuerte caída del PP
El Partido Popular dejaría de ser el partido más votado. En estos primeros recuentos, obtiene un 16,68% de los sufragios. La organización de Pablo Casado pasaría de tener 137 escaños a sumar sólo 65.
Estos resultados suponen una fragmentación total en la derecha. Ciudadanos obtiene 15,31% de los votos. Con ese porcentaje, sube hasta los 57 diputados, en comparación con los 32 que tenía hasta ahora. Por otro lado, Vox surge con 23 escaños, producto del apoyo de un 10,03% de los electores.
Se cumplen los pronósticos de Cambio 16
Estos resultados van en línea con las predicciones hecha por la edición impresa de Cambio 16, en las cuales se auguraba el fin del bipartidismo y la llegada del «pentapartidismo». La publicación estimaba que «el PSOE recuperaría gran parte de los votos que le abandonaron en las últimas convocatorias electorales de los años 2015 y 2016.»
Del mismo modo, preveía que Pablo Casado «mantendría su liderazgo, pero tendría dificultad en repetir el pacto andaluz entre PP, Cs y Vox.»
Además, la revista refería que las tendencias apuntaban «a que la fragmentación del centro derecha y la aparición del fenómeno Vox provoca una sangría de votos que afecta principalmente al Partido Popular».
Participación histórica
Los españoles votaron con participación casi récord en las elecciones más disputadas del país en décadas. Ahora, es probable que éstas den lugar a meses de negociaciones para formar gobierno en un parlamento muy dividido.
Son las terceras elecciones generales en cuatro años. Las dos anteriores diluyeron el dominio que ejercieron durante décadas los dos grandes partidos tradicionales, PSOE y PP.
45.000 agentes de la @guardiacivil han velado en toda España para que la jornada electoral del #28A transcurra con total normalidad.
Muchas gracias a todos 👏 pic.twitter.com/iDyDKc22KZ
— Ministerio del Interior (@interiorgob) April 28, 2019
Un voto fragmentado sucedido por largas negociaciones para formar gobierno se está convirtiendo en algo recurrente en la política europea. Ello, debido a que los votantes rechazan los partidos tradicionales en favor de nuevos grupos. A menudo aquellos que se ubican en los extremos del espectro político.
Opinión pública muy fragmentada
Un dividido electorado español acudió a las urnas el domingo. Respondieron así a las demandas de participación lanzadas por sus líderes políticos en las que se han prometido como las elecciones potencialmente más determinante del país en décadas.
Temas como la inmigración o el euroescepticismo, dominantes en el discurso político de otros países, se han visto eclipsados por la cuestión de la unidad territorial. En particular, por la amenaza que representa el movimiento de independencia en Cataluña.
Éste ha sido el tema central durante la campaña. La cuestión ha abierto una división entre los tres partidos de derecha y los dos izquierda. La brecha se profundizó a medida que se acercaban las elecciones.
Cuando todavía está fresco en la memoria de la generación más antigua de españoles el trauma de la dictadura militar de Francisco Franco, fallecido en 1975, el país se ha mostrado contrario desde hace tiempo a la ola de nacionalismo y populismo que se extiende por otras partes de Europa.
Pero algunos no tuvieron dudas a la hora de pasarse a Vox, que pese a repudiar la ideología del dictador, abraza algunas ideas como anular las leyes que prohíben los símbolos fascistas de la era de Franco.
Ante la posibilidad, ahora más cierta, de que ninguno de los dos principales bandos obtendrá una mayoría parlamentaria clara, los legisladores independentistas de Cataluña podrían convertirse en un factor decisivo a la hora de formar gobierno.
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