Por Benito Guerrero
21/10/2017
Es posible que no exista un plan mejor para pasar una tarde de otoño. Nos referimos a una de las sesiones que Ron Diplomático organiza en Madrid de manera contínua. La última, celebrada a finales de septiembre, consistió en un taller para conocer el trabajo del madrileño Fernando García de la Calera, el primer sastre denim de España. Aquella tarde los asistentes aprendieron a cortar, troquelar, coser y rematar hasta conseguir un cinturón de cuero hecho con su propias manos y que todos estuvieron orgullosos de haber confeccionado guiados por el talento de Fernando y la energía de Ron Diplomático.
Este joven madrileño de 34 años comenzó su carrera en el mundo de la moda en 2007 tras formase en Londres. Entonces creaó su propia marca, The Concrete. Al principio concibió la firma como una extensión de su pasión por el skateboarding pero fue poco después cuando decidió reinventarse dejando a un lado el diseño de camisetas y tablas para convertirse en el primer sastre denim de España. El skate y la moda son dos destrezas que tradicionalmente han ido de la mano. A los skaters se les define como gente segura de sí misma, con una personalidad arrolladora y con la capacidad de conseguir aquello que se proponen. Y Fernando García de la Calera cumple punto por punto con las características de este prototipo.
Así es como nació The Concrete, una marca en la que prima el diseño, la durabilidad y la calidad de las prendas. En 2012, el sastre abrió su primer taller en el madrileño barrio de Malasaña, y hoy también está presente en Palma de Mallorca. Este artesano del algodón que transforma tejidos importados desde Japón, Italia y Estados Unidos en piezas únicas y llenas de personalidad, trabaja solo con cita previa, creando cada prenda según los gustos y necesidades del cliente. García de la Calera huye así de las producciones masivas, ya que cada prenda tarda en elaborarse entre diez y doce horas. El proceso de fabricación empieza con la elección de las telas y los detalles como botones y remaches. Después, se patrona según las medidas tomadas, se corta con tijera, se hilvana, se prueba y, por último, se cose a mano.
Entre puntada y puntada preguntamos al sastre sobre su trabajo. Nos cuenta que “la aceptación de la marca en el mercado ha sido bastante buena para tratarse de una firma que no es de producción masiva”. A diferencia de las cadenas tradicionales de textil, The Concrete produce entre 15 y 25 piezas al mes como mucho, y desvela que la prenda más demandada es el vaquero a medida. “La sastrería tradicional es más sencilla que la denim ya que las prendas vaqueras quedan mucho más ceñidas al cuerpo y eso hace más complicada la confección”, explica. Fernando García de la Calera tiene muy claro los valores de The Concrete: la calidad y la sostenibilidad. “Parto de la base de que esto es un negocio, pero yo no hago de ello un negocio. Es decir, no hago prendas con un coste bajo para luego obtener muchos beneficios.
Se trata de un intercambio entre el comprador y la marca que nos haga felices, entendiendo que yo les proporciono una prenda única y de calidad y él me devuelve un sustento que me permite vivir”, asegura. El cliente de la firma está fuera de tendencias, sabe muy bien lo que quiere, demanda exclusividad y un producto único. Según García de la Calera también tiene un nivel cultural mayor, algo que nada tiene que ver con el poder adquisitivo sino con la capacidad de valorar una prenda de calidad que va tener más duración y por la que merece la pena pagar un precio más alto ya que un vaquero a medida de The Concrete tiene un precio que ronda los 600 euros. El sastre asegura que no se deja influir por las tendencias pero que al final su trabajo es cubrir la demanda de un cliente que sí que suele llegar guiado por la moda.
Nuevos proyectos
“La firma se encuentra en un momento en el que lleva cinco años trabajando solo a medida. Ahora he lanzado una pequeña tienda online con productos made to order. Es decir, el cliente compra a través de la web pero no hay producción. Son diseños que empiezo a fabricar a partir de que alguien los demanda con un tiempo de entrega de cuatro a cinco semanas”, explica. Se describe como una persona inquieta y con una gran facilidad para aburrirse rápidamente, algo que le ha llevado a viajar por todo el mundo buscando tejidos y aprendiendo de otros artesanos. De cara al futuro quiere “seguir feliz, continuar creando, sintiéndose agusto con lo que hace y teniendo cierta estabilidad. Estoy desarrollando un producto purista en cuanto a los tejidos y la forma de confeccionar, con el que me siento cómodo y lo que quiero es seguir disfrutando”, cuenta a Cambio16.
Ron Diplomático, la bebida que lleva hasta el sastre madrileño, fue creada por Don Juancho y está pensada para gente ambiciosa, que persigue sus sueños y que tiene un objetivo claro en la vida, como ocurre con Fernando García de la Calera. Gracias a esta forma de trabajar, al estilo de vida que proyecta y a la personalidad de The Concrete, el sastre fue elegido por esta marca de bebida como uno de sus embajadores, a los que la compañía prefiere llamar Diplomats. Estos diplomáticos son personas que han elegido perseguir sus sueños, convirtiendo sus pasiones en éxito e inspirando a otros con sus historias. El Primero de ellos fue Enrique del Río, el fundador de WeCollet Club, la primera agrupación de coleccionismo de arte de España y, después, tras García de la Calera llegará Salvador Chanzá, conocido como Lord Jack Knife, uno de los barberos más prestigiosos del mundo.