Gwyneth Morgan /bonaona@bonaona.org
La Unión Europea y el Estado del Reino de España nos quieren hacer creer que el 5G es imprescindible para acometer un Nuevo Pacto Verde para Europa, mientras hacen oídos sordos a la creciente evidencia acerca de la no sostenibilidad de la transformación digital 5G.
“El Pacto Verde y la transformación digital son los dos grandes retos a los que se enfrenta Europa. …la economía verde y la economía digital son dos vectores esenciales a los que Bruselas ha puesto especial énfasis… Bruselas estudia un presupuesto global cercano a los 2 billones de euros”.
Según el “reglamento”[2] del Pacto Verde Europeo[3] los objetivos medioambientales serán siguientes: mitigación y adaptación al cambio climático; adaptación al cambio climático; uso sostenible y protección del agua y los recursos marinos; la transición a una economía circular; prevención y control de la contaminación; y la protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.
Las alertas
Sin embargo, en 2018, el Comité Científico de Salud, Medio Ambiente y Riesgos Emergentes (SCHEER), asesor de la Comisión Europea, declaró como máxima prioridad y urgencia sanitaria y ambiental (3 sobre 3), estudiar los «efectos potenciales sobre la vida silvestre de los aumentos en la radiación electromagnética» (interacción con otros ecosistemas y especies) ante el despliegue de redes 5G para impulsar el Internet de las cosas (IoT). Citando a Roussell: “Con todo, la expansión de banda ancha con radiación de radiofrecuencia de onda más corta resalta la preocupación de que los problemas de salud y seguridad sigan siendo desconocidos”.
El defensor del Pueblo confirmó en 2019 la ausencia de la evaluación ambiental del Plan Nacional 5G y sus proyectos pilotos, así como la ausencia de la “aplicación del principio de precaución en el uso de la banda de 26 GHz”. Entre otras cosas, recordó la obligación del Estado de seguir las recomendaciones de la Resolución 1815 del Consejo de Europa sobre los peligros potenciales de los campos electromagnéticos y sus efectos sobre el medio ambiente”: aplicar los principios de precaución y ALARA (mantener los niveles de exposición tan bajos como sea posible); y adoptar todas las medidas razonables para reducir la exposición a los CEM.
Las directrices actuales[4] sólo contemplan efectos térmicos a corto plazo en las personas, no sobre el medio ambiente.
Los problemas ambientales del 5G son los creados directamente por las radiaciones de antenas y dispositivos: efectos biológicos sobre los organismos vivos y numerosos impactos ambientales en la fabricación de dispositivos e instalación de las infraestructuras, que hemos escrito en otros artículos[5] (recomendamos encarecidamente la lectura del artículo de Antonio Aretxabala[6]):
“Detrás de la energía consumida por un teléfono inteligente de una sola persona hay toda una red de minería extractiva, transporte, generación de residuos y su gestión casi nunca limpia, urbanismo, planificación y construcción. Una constelación de torres, cables, minerales y servidores. Para ser rigurosos y exactos, están aumentando las enormes cantidades de energía fósil utilizada en la construcción de la propia red y gestión de sus residuos”.
Los impactos directos de las radiaciones sobre el medio ambiente
La evidencia sigue acumulándose respecto al daño de las tecnologías inalámbricas 2G, 3G y 4G actuales. Las tecnologías 5G están mucho menos estudiadas, sobre todo respecto a sus efectos ambientales. No solo es una cuestión moral o de sensibilidad hacia la naturaleza, sino que como seres vivos dependemos de los procesos naturales y nuestra supervivencia depende de ello.
Al igual que los seres humanos, los animales, plantas y demás organismos vivos tienen fisiologías muy susceptibles a las influencias disruptivas de los campos y radiaciones electromagnéticas artificiales. En un ambiente alterado electromagnéticamente los seres vivos más complejos, con ciclos vitales largos, se debilitan; mientras que los microorganismos oportunistas y patógenos con ciclos muy cortos y metabolismos muy adaptables se aprovechan de esa debilidad.
Los sistemas vivos tienen una gran diversidad y variedad de actividades eléctricas y bioquímicas oscilatorias que resultan afectadas. Se sabe que existen preocupantes efectos de las radiofrecuencias sobre la capacidad de las aves de orientarse y de las abejas para comunicarse entre ellas, así como el efecto estresante que les producen.
Sin embargo, la relación directa entre la radiación electromagnética artificial y la salud de la vida silvestre siguen siendo las grandes desconocidas[9], [10]. A pesar de la falta de financiación y el desinterés institucional existe evidencia de que la radiación de microondas tiene efectos en pájaros, abejas, polinizadores, árboles y plantas. Estos son algunos ejemplos:
La desaparición de los gorriones en las ciudades
Entrevista con Alfonso Balmori[11]
Un excelente programa que señala la naturaleza multifactorial en el declive de las poblaciones de gorriones en las ciudades, un indicador de que nuestra calidad de vida humana también empeora.
Alfonso Balmori, biólogo e investigador, asegura a Jalis de la Serna, durante tres años y medio estuvo estudiando 30 puntos donde contaba el número de gorriones y medía la radiación electromagnética. «Lo trabajé estadísticamente y se veía claramente que hay una correlación en muchos puntos entre el nivel de radiación electromagnética y el descenso de gorriones»
Ha realizado numerosos estudios sobre el impacto de las radiofrecuencias sobre la vida silvestre, entre los que se encuentran el siguiente artículo:
Posibles efectos de campos electromagnéticos de antenas de telefonía móvil sobre la población de cigüeña blanca. (Circonia Circonia) [12].
Los resultados parecen compatibles con la posibilidad de que los microondas estuvieran interfiriendo en la reproducción de la cigüeña blanca.En la productividad de crías obtenida se muestran niveles muy bajos con respecto a los censos realizados previamente. La mayoría de las parejas afectadas no pudieron construir el nido, tuvieron disputas por la colocación de los palos y los palos cayeron al suelo.
El “ruido” electromagnético produce una disrupción de la orientación magnética de un ave migratoria.[13]
Aquí se muestra que las aves migratorias no pueden usar su brújula magnética en presencia de ruido electromagnético urbano. Cuando los petirrojos europeos, Erithacus rubecula, fueron expuestos al ruido electromagnético de fondo presente en cabañas de madera no protegidas no pudieron orientarse. Sus capacidades de orientación magnética reaparecieron en cabañas con apantallamiento de aluminio con toma de tierra.
Exposición de las abejas a radiofrecuencias de 2 a 120 GHz, efectos térmicos[14]
Se simuló el impacto de diferentes frecuencias de radiofrecuencias y microondas asociadas al 5G, sobre 4 tipos de insectos reales incluyendo la abeja melífera europea. A 12–24 GHz, los campos penetran más y más en el insecto a medida que la longitud de onda se vuelve comparable al tamaño de los insectos y la conductividad también aumenta. Los 26 Ghz previstos en las antenas de “pequeñas áreas” literalmente “cuecen” a las abejas, esto tiene implicaciones directas para la agricultura y el suministro mundial de alimentos.
Colapso de colonias de abejas melíferas causado por radiación de campos electromagnéticos (CEM)[15]
Existen razones importantes para el trastorno del colapso de las colonias de abejas, como los pesticidas, las enfermedades y el cambio climático. Estudios recientes revelan que una torre de telefonía móvil y un teléfono móvil también causa efectos secundarios a las abejas por la emisión de radiación.
Efectos de la radiación electromagnética de radiofrecuencia (RF-EMF) en el desarrollo de la reina de las abejas melíferas y el éxito del apareamiento[16]
Electromagnetic pollution risks to bees.[17]
Las garrapatas infectadas de Ixodes ricinus son atraídas por la radiación electromagnética de 900 MHz)[18]
Evaluación del comportamiento de las garrapatas en presencia de CEM de radiofrecuencia.
Se utilizaron 160 garrapatas Ixodes ricinus macho, sin alimentar y 140 hembras adultas. Los individuos fueron expuestos a CEM de 900 MHz en el tubo blindado contra la radiación (RST). Las garrapatas fueron atraídas al área irradiada. Este efecto fue significativamente más fuerte para las garrapatas infectadas con Rickettsia spp.
Este hallazgo sugiere que los patógenos pueden alterar la respuesta de las garrapatas a los estímulos ambientales. Estos resultados llevan a la pregunta de si los CEM artificiales puede tener un impacto en la actividad de I. ricinus y, como tal, ser un factor contribuyente a los cambios que se observan en la distribución de la garrapata y sus agentes patógenos observados en Europa y en otros lugares.
¿Ocurrirá algo similar con la Enfermedad de Lymes, frecuentemente asociada a las coinfecciones con Rickettsia ssp?
La exposición a un campo electromagnético de 50 Hz induce la activación del genoma del virus de Epstein-Barr en células linfoides humanas infectadas de forma latente[19]
La exposición de células linfoides humanas infectadas de Epstein-Barr de forma latente, expuesto a un campo electromagnético de 50 Hz resultó en un mayor número de células que expresan los antígenos tempranos del virus.
Influencia de las radiaciones electromagnéticas de microondas (GSM y WLAN) sobre la emisión de terpenos y el contenido de plantas aromáticas: Petroselinum crispum, Apium graveolens and Anethum graveolens[20]
Los datos presentados en conjunto sugieren que la irradiación de microondas constituye un estrés para las plantas y resultan en emisiones aumentadas de componentes volátiles de las hojas verdes… La irradiación de frecuencia WLAN resultó en un estrés más severo que la irradiación de frecuencia GSM, pero el efecto de la irradiación de frecuencia WLAN fue un inhibidor del aceite esencial.
Nota:Cabe destacar que los terpenos son componentes volátiles, el aumento del contenido de estas sustancias podría sugerir una mayor inflamabilidad de la planta. ¿Podría ser este un estresor que empeora la gravedad de los incendios?
Reflexión:
Como dice elocuentemente Antonio Aretxabala:
¿Contribuimos así, de la mano de la tecnología digital al desarrollo sostenible? ¿Vamos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero? ¿Vamos a salvar los suelos y por tanto, la agricultura y la biodiversidad de la desertización y el empobrecimiento? ¿Vamos a frenar de una vez la extinción de especies en masa? ¿Vamos a garantizar el acceso universal al agua y reconstruir las barreras biológicas que perdimos al arrasar selvas, bosques, marismas, que nos preservaron por milenios de los virus? ¿Vamos a acabar de una vez con la pobreza, el paro, la exportación de basuras y miseria o el neocolonialismo y sus guerras por los recursos?[21]
Las bonitas imágenes del “ecomarketing” para unas “Smart Islands” esconden los costes reales del desarrollo desenfrenado de las TICS. ¿No sería más inteligente abogar por unas “Healthy Islands”?
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