Por Cambio16
18/04/2018
Las previsiones 2018 para España del FMI elevaron el martes el pronóstico de crecimiento del país en cuatro décimas. Por consiguiente, del 2,4% que había calculado en enero pasado ha pasado a un 2,8%. Es una gran noticia para la economía española. Primeramente, la revisión coloca al país entre las economías avanzadas más dinámicas en el escenario mundial. El pronóstico del PIB es más alto que Alemania o Francia. Algo especialmente relevante después de unos meses de incertidumbre sobre la crisis política catalana, que no se ha desvanecido en el horizonte, pero ha dejado de sacudir la actividad en el corto plazo.
La revisión de cuatro décimas lograda por España es mayor que la que otorga el FMI a otras economías avanzadas. (A Alemania, Francia, Italia o Estados Unidos mejora dos décimas y al Reino Unido, una). Sin embargo, a pesar de la mejor perspectiva, el FMI advierte sobre varios desequilibrios que enfrenta España. Principalmente la carga de la deuda pública. A la que se suman el freno a la inversión extranjera y el problema endémico de la temporalidad en el empleo.
Las previsiones 2018 para España del FMI ponen de relieve varios retos a sortear. La tasa de desempleo supera el 16%, el doble que el promedio de la zona euro. La deuda pública sigue en 98% del producto interno bruto (PIB). Y los precios de las viviendas comienzan a evocar recuerdos terribles de burbuja inmobiliaria. Dichas vulnerabilidades se manifiestan explícitamente en las previsiones 2018 para España del FMI.
Las «nubes grises» de las previsiones 2018 para España del FMI
El fondo también advierte sobre el alto endeudamiento público. Una carga que, combinada con las malas previsiones demográficas, exige una reducción del lastre. Este problema, que también afecta significativamente a Italia, se combina en ambos países con una tendencia preocupante. Un menor peso de la inversión internacional que, según el informe, puede caer a 20 puntos porcentuales en relación con el PIB.
Pero es el mercado laboral la principal nube gris de la economía española, independientemente del ciclo. Las previsiones 2018 para España del FMI son más generosas que las del Gobierno español (su predicción de octubre pasado fue anterior a 2018 en un 2,3%) o las de la Comisión Europea (2,6%, calculada en febrero). Sin embargo, la agencia con sede en Washington aprovecha el informe para insistir en la dualidad del mercado laboral en España, «que considera la protección excesiva del empleo fijo en relación con el empleo temporal sin protección».
Una historia conocida
La Comisión Europea o el Banco de España, también han advertido de la escasa recuperación que los salarios han experimentado durante los años posteriores a la crisis. Bruselas ha subrayado que incluso en aquellos sectores donde la productividad ha mejorado, ha sido una alegría equivalente en los salarios.
El fondo no se refiere a este asunto. Hace unas semanas señaló dos problemas ya conocidos. Menos personas nacen y el flujo migratorio no tiene nada que ver con el anterior a la Gran Recesión, por lo que el grupo de españoles en edad y capacidad de trabajo disminuirá ostensiblemente si el guión no se altera.
Según algunos cálculos del fondo y las previsiones demográficas de Naciones Unidas, la tasa de participación laboral (equivalente a lo que en España se llama tasa de actividad) caerá al 50% en 2050, en comparación con el 58% con el que finalizó el año pasado.
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