El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo. En 2020 se atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones, es decir, casi una de cada seis de las registradas. En la población femenina, el cáncer de ovario no es tan frecuente como el de mama o de cuello uterino, pero su tasa de supervivencia es la más baja. Se prevé que los casos aumentarán un 42% para 2040.
Este domingo 8 es el Día Mundial del Cáncer de Ovario. Una fecha para dar visibilidad a este tipo de tumor del que cada año se diagnostican a casi 250.000 mujeres en el mundo, de las cuales mueren alrededor de 140.000, cerca del 56%. Esto depende de distintos factores de pronóstico, como el estadio y el tumor residual tras la cirugía, siendo el principal la extensión de la enfermedad al diagnóstico,
La tasa de probabilidades de sobrevivir cinco años luego del diagnóstico es de 45%. Mientras que la de las mujeres con cáncer de mama es el doble (89%). Sin embargo, cuando se diagnostica en un estadio temprano (cuando el tumor se encuentra localizado), aproximadamente 94% de las pacientes viven más de cinco años después del diagnóstico.
En España se diagnostican al año alrededor de 3.600 nuevos casos. Es el sexto más frecuente y el quinto más mortal entre las mujeres en el país. Por detrás del cáncer de mama, pulmón, colon y útero, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). En tanto, la World Ovarian Cancer Coalition proyecta que los casos aumentarán un 42 % para 2040.
Datos y características del cáncer de ovario
Los síntomas que presenta el cáncer de ovario son inespecíficos, tales como la hinchazón abdominal, frecuente necesidad de orinar, estreñimiento o diarrea. Así como sensación de plenitud continua o falta de apetito. Por lo que se pueden confundir con otras patologías, ocasionando un retraso en su detección. De hecho, el 75% de los casos se diagnostican en fases avanzadas, conllevando un peor pronóstico.
En cuanto a los factores de riesgo en la aparición del cáncer de ovario, la edad puede ser un factor determinante. No es habitual que una paciente sea diagnosticada de un cáncer de ovario a edad temprana.
Advierten el SEOM que lo habitual suele ser en una franja de edad de entre los 45 y los 75 años. Asimismo, hay otra serie de factores de riesgo en la detección del cáncer. En el de ovario está asociado con la enfermedad pélvica o la terapia hormonal sustitutiva que podrían estar asociados al cáncer de ovario.
El atlas del genoma “nos ha enseñado que al menos existen 5 subtipos histológicos de cáncer de ovario. Cada uno de ellos con diferentes alteraciones moleculares y diferente evolución y respuesta a los tratamientos”, dijo la doctora María Jesús Rubio Pérez.
Confió la Oncóloga Médica en el Hospital Reina Sofía de Córdoba que esto hizo que “comenzáramos a tratar a nuestros pacientes de manera individualizada. En un claro ejemplo de medicina de precisión. Dar el tratamiento correcto a la paciente adecuada y en el momento oportuno”.
Asimismo, explicó que la llegada de nuevas dianas terapéuticas como son los inhibidores de la PARP (enzima que repara el daño de las células y que se inhibe para que no repare las células cancerosas y éstas mueran). Y su importante impacto en la supervivencia, está cambiando el pronóstico de las mujeres con esta enfermedad.
Detección temprana y estudios
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario, la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario (ASACO) realizará una jornada para dar a conocer el alcance de la enfermedad y las últimas investigaciones.
La ciencia ha proporcionado mejores formas de detectar genes de alto riesgo y de evaluar el riesgo de cáncer de ovario que puede tener una mujer. Entender mejor cómo es que los factores genéticos y hormonales (como el uso de anticonceptivos orales) interaccionan también y puede dar lugar a mejores formas de prevenir el cáncer de ovario.
Descubrir tempranamente el cáncer de ovario podría tener un gran impacto en el índice de curación. Los investigadores están probando nuevas maneras para detectar el cáncer de ovario en las mujeres. Uno de los métodos consiste en analizar el patrón de las proteínas en la sangre (proteómica) para detectar temprano el cáncer de ovario.
También se utilizan nuevas técnicas de imagen, como resonancia magnética funcional, que están siendo evaluadas en cánceres de ovario. Igualmente se están evaluando los estudios PET/CT para saber cómo se pueden utilizar mejor para combatir el cáncer de ovario.
Para las mujeres que tienen un tumor ovárico, una prueba llamada OVA1 puede medir los niveles de 5 proteínas en la sangre. Los niveles de estas proteínas al ser analizadas en conjunto se utilizan para determinar si el tumor de una mujer debe considerarse de bajo o alto riesgo.
Una vez que la paciente ha culminado su tratamiento, quedan algunas secuelas. María Noguera, fisioterapeuta experta en suelo pélvico, indicó que “el 70% de estas pacientes sufren disfunciones sexuales debido a los tratamientos. Y raramente reciben información sobre ello, pero la fisioterapia especializada puede ayudarlas en el proceso de recuperación”.
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