Recientemente la Audiencia Nacional estimó de manera parcial el recurso de un hombre que estuvo casi dos años en prisión preventiva. El caso: se le acusó de agresión sexual, pero la Audiencia provincial lo absolvió por falta de pruebas.
El hombre es noticia este 30 de agosto por el hecho de que la Audiencia Nacional estableció que se le tendrá que indemnizar. Sin embargo, la cifra que piden dista mucho de la aprobada.
El acusado estuvo preso desde el 18 de julio de 2014 hasta el 18 de mayo de 2016. En enero de 2017 reclamó una indemnización de 341.769 euros por responsabilidad patrimonial debido a prisión indebida.
“El Ministerio de Justicia desestimó la pretensión. Ahora la Audiencia Nacional le reconoce el derecho a recibir una compensación de 16.000 euros por el tiempo pasado en prisión”, informó Europa Press.
Después de un examen que se hizo de las pruebas testificales, periciales y de reconocimiento del lugar de los hechos, el tribunal determinó que no eran suficientes para condenar al acusado como autor del delito y terminar, así, con la presunción de inocencia.
A su vez, el tribunal consideró que había contradicciones en las pruebas que se hicieron, las declaraciones de la acusadora y las del acusado. Incluso, que hasta se podía ver un ánimo de venganza de la víctima. Al parecer, esto se evidenció en las pruebas examinadas.
Por otro lado, el artículo 294 de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que “tendrán derecho a indemnización quienes, después de haber sufrido prisión preventiva, sean absueltos o haya sido dictado auto de sobreseimiento libre, siempre que se le hayan irrogado perjuicios”.
La Audiencia, no obstante, concluyó que el hecho de que el hombre estuvo preso no implicó la pérdida de trabajo, puesto que no laboraba para cuando fue detenido. Por el contrario, mientras que estuvo en la cárcel, laboró y cotizó a la Seguridad Social hasta poco antes de salir libre.
“De ahí que los únicos daños indemnizables sean los que derivan del auto de prisión del 2 de julio de 2014, que se extendió hasta el auto de libertad del 2 de mayo de 2016, a los que hay que añadir los días de detención con privación de libertad que le precedieron, en total 669 días”, indicó la sentencia.
Sin embargo, quedan los daños morales, psicológicos, económicos y físicos. También la estigmatización y, en general, las consecuencias psicosociales como la discriminación por los antecedentes penales de los considerados presos inocentes.
Para mayo había 48.184 reclusos en las cárceles dependientes del Ministerio del Interior.
Este trabajo aborda, pues, casos y causas, daños, de presos inocentes en el país y el mundo. Estas son consideradas víctimas de la injusticia de un sistema creado para, contrariamente, sancionar a los verdaderos culpables.
Un segundo caso: Robert DuBoise
Robert DuBoise fue noticia la semana pasada, luego de pasar cerca de 37 largos años preso, aun siendo inocente. Sin embargo, el 27 de agosto salió de la Institución Correccional Hardee, en el estado de Florida.
Primero había sido sentenciado a la pena de muerte y, después, a cadena perpetua. Lo acusaban de violación y homicidio de una chica de 19 años de edad en 1983, en Florida. No era para menos: lo declararon como inocente ante el mundo y recobró la libertad.
La ONG estadounidense Proyecto Inocencia (Innocence Project) lo defendió. En Estados Unidos ha habido más de 360 casos de presos inocentes.Todos recuperaron la libertad gracias a las pruebas de ADN. Lo mismo ocurrió con DuBoise.
Duboise sale de la cárcel con 56 años de edad, después de que una nueva prueba de ADN que se pensaba destruida lo libró de que lo consideraran como agresor y asesino.
“En octubre de 1983, a DuBoise lo arrestaron por la violación y el asesinato de una mujer de 19 años de edad, para lo que se basaron únicamente en pruebas poco fiables de marcas de mordidas. Ninguna otra prueba lo vinculó con el crimen. La acusación del estado durante el juicio fue que DuBoise, su hermano Víctor DuBoise y su amigo Raymond García agredieron sexualmente y mataron a la víctima. Solo DuBoise fue arrestado y procesado. La única prueba adicional que se presentó en el juicio fue una declaración que provino de un informante de la cárcel.
De persona de interés a culpable
En marzo de 1985 un jurado condenó a DuBoise por homicidio capital e intento de agresión sexual. Sugirió cadena perpetua, pero el juez anuló la recomendación y lo sentenció a muerte.
Cumplió tres años en el corredor de la muerte antes de que la Corte Suprema de Florida anulara la sentencia. Lo condenaron otra vez a cadena perpetua por el asesinato y 15 años después por el intento de agresión sexual consecutiva”.
DuBoise celebró su puesta en libertad, pero recordando que hay más personas inocentes pagando condena por un delito que no cometieron.
“Nunca perdí la fe en que este día llegaría (dijo el 27 de agosto). Ahora el mundo sabe que el ADN prueba que no cometí este delito. (…) Estoy agradecido de estar aquí, ahora con la oportunidad de seguir adelante. Pero sé que todavía hay más personas inocentes como yo tras las rejas”, afirmó.
El 19 de agosto de 1983 en la madrugada hallaron el cuerpo de Barbara Grams detrás de un consultorio odontológico en Tampa, Florida. La chica fue víctima de violación y homicidio.
A DuBoise, de 18 años de edad entonces, lo identificaron como una “persona de interés” luego de que un residente le dijera a la policía que había causado problemas en el lugar donde siempre se reunía. Sin embargo, al chico que nunca había sido condenado por un delito violento, lo arrestaron. Un doctor señaló que la muestra de la dentadura, que el mismo DuBoise proporcionó, coincidía con las marcas de las mordidas en el rostro de la víctima.
Ni coincidía la mordida ni era una mordida
Cuando trasladaron a DuBoise a la cárcel de Hillsborough, un informante, que estaba preso, declaró que este le había dicho que sí tenía que ver con el crimen. La ONG afirma que el informante recibió beneficios por su declaración.
El jueves pasado la prueba del caso, las marcas de la mordida, y el testimonio falso del informante, cobraron relevancia. Un abogado del Proyecto Inocencia y un abogado de la Unidad de Revisión de Sentencias del condado de Hillsborough hablaron en una audiencia judicial por Internet y presentaron las pruebas falsas que llevaron a la condena de DuBoise. Los expertos demostraron que la marca no se debía a un mordisco y que el informante de la cárcel no era de fiar.
El juez Christopher Nash ordenó que liberaran a DuBoise inmediatamente. La Fiscalía de Hillsborough informó que se hallaron muestras de ADN, que se creían perdidas desde 1983. El acusado y sentenciado salió libre después de que se cotejó el ADN con una muestra del kit de la violación.
La abogada Teresa Hall señaló que revisó 3.500 páginas del documento del caso. No obstante, vio que destruyeron buena parte de las pruebas. Aun así, encontró la prueba del kit de violación en una oficina del forense. La idea era que se procesara para buscar el ADN. En una semana esa prueba determinó que Robert DuBoise era inocente, pero que sí había el ADN de otros dos hombres.
Hacer justicia a los inocentes en medio de la injusticia
El Proyecto Inocencia se fundó en 1992. La ONG se dedica a ayudar a exonerar de cargos a los condenados inocentes mediante pruebas de ADN. También contribuye a la reforma del sistema de justicia penal con el objetivo de evitar futuras injusticias en Estados Unidos. Así, lleva la cuenta de más de 360 presos inocentes que han sido liberados después de los resultados de las pruebas de ADN, pese a que en algunas jurisdicciones se prohíbe su aplicación.
Señala seis causas que inciden en que una persona vaya presa de manera injusta.
- El testimonio falso de un informante de la cárcel. Estos, asegura, reciben indulgencias por sus propios casos u otros beneficios a cambio de su testimonio falso.
“Este es considerado uno de los principales factores que contribuyen a las condenas injustas en el país. Tiene relación con casi uno de cada cinco de los 367 casos de liberación basados en el ADN”.
- Defensa inadecuada: “Los acusados, que son inocentes, son condenados o se declaran culpables en este país con una representación de la defensa menos que adecuada”.
Agregó que en algunos de los peores casos los abogados han dormido en la sala del tribunal durante el juicio. También que fueron inhabilitados poco después de terminar un caso de pena de muerte. Tampoco han investigado las coartadas, no han llamado ni consultado a expertos por asuntos forenses y no se han presentado a las audiencias.
- Mal empleo de las ciencias forenses: “El mal empleo de las ciencias forenses contribuyó al 45% de las condenas por error en Estados Unidos que fueron probadas a través de pruebas de ADN”.
Con base en el Registro Nacional de Exoneraciones, la prueba forense falsa o engañosa incidió en el 24% de todas las condenas injustas en ese país. Dicho registro lleva el control de las liberaciones de cargos tanto por las pruebas de ADN como por otras causas.
Una prueba no aceptada, todavía
Pese a la anomalía, algunos tribunales estatales no reconocen la evidencia científica
- El acceso a pruebas de ADN después de la condena. La ONG explicó que las 50 estados tienen estatutos que permiten el acceso a las pruebas de ADN. No obstante, existen algunas anomalías. Una de ellas tiene que ver con que varias leyes no aprueban que las personas que apelen las peticiones denegadas se puedan hacer dichas pruebas.
- Confesiones falsas y grabación de interrogatorios custodiados. Una buena parte de las condenas erróneas, que han sido anuladas por pruebas de ADN, implicaron confesiones falsas. Estas se deben, entre otros motivos, al agotamiento, estrés, hambre, limitaciones mentales o educativas de los sospechosos y a la intimidación real o percibida con respecto a los cuerpos de seguridad.
- Cambios en la identificación que hacen los testigos. La mala identificación que hacen los testigos de los sospechosos es considerada la principal causa de las condenas injustas.
“Las identificaciones erróneas de testigos oculares contribuyeron aproximadamente al 69% de las más de 360 condenas injustas anuladas después por pruebas de ADN”.
Proyecto Inocencia opera en varios países, entre ellos, España (específicamente, en Barcelona). También se encuentra en Irlanda, Brasil, Argentina. A su vez, existen otras ONG con el mismo fin: asistir a los presos inocentes. Tal es el caso de The Innocence Network y Red Inocente. Esta última está dirigida a América Latina.
Por otro lado, el Registro Nacional de Exoneraciones es el resultado de una labor conjunta de varias universidades estadounidenses; se fundó en 2012. Lleva el registro de cada una de las exoneraciones conocidas en ese país desde 1989. Hasta la fecha, dicen que ha habido 2.663 exoneraciones y más de 23.770 años perdidos.
En un trabajo interactivo se informa que, entre los delitos predominantes, sobresalen los asesinatos con 1.015 casos. Le siguen las agresiones sexuales con 338 y el abuso sexual de niños con 286 casos. Con respecto a las razas, sobresalen los negros con 1.310, los blancos con 977 y los hispanos con 306 casos.
Amnistía Internacional por los presos
“Todas las personas tienen los mismos derechos de los que nunca se les puede privar, independientemente de dónde estén o de lo que hayan hecho. (…) El mero hecho de que estén en prisión no significa que una persona sea culpable de un delito: si ha tenido la suerte de tener un juicio, quizás no haya sido un juicio justo”.
Amnistía Internacional habla, a continuación, de seis problemas fundamentales, que pueden perjudicar a gente inocente:
- Presos de conciencia. Personas que están presas por sus creencias, ideología, religión, raza, situación económica, color, orientación sexual.
- Detención arbitraria. No hay una razón legítima o no media un procedimiento legal.
- Detención en régimen de incomunicación. No se tiene acceso a los familiares, a la asistencia letrada, etc.
- Detención secreta. Se comete en un sitio secreto.
- Condiciones de reclusión inadecuadas. Hacinamiento o aislamiento durante largos periodos.
- Juicios injustos. Carecen de garantías judiciales.
- Torturas y otras formas de maltrato.
Calculan que hay alrededor de 10.000.000 de personas presas en todo el mundo. 3.200.000 están presos pero no han sido juzgados. Hay 1 abogado por cada 50.000 personas en la mayor parte de los países en desarrollo.
Dos casos más de presos inocentes
El 30 de julio, Amy Weirich, fiscal de distrito del condado de Shelby, Tennessee, anunció que su oficina se había opuesto a las pruebas de ADN en el caso de Pervis Payne; este será ejecutado el 3 de diciembre. De acuerdo con Proyecto Inocencia, Weirich dijo que la evidencia presentada a los abogados defensores de Payne en 2019 correspondía a otro caso.
No obstante, presentaron una petición legal para hacer pruebas de ADN, que nunca antes se había probado. A juicio de los abogados, podrían ayudar a demostrar la inocencia del defendido. Payne siempre ha dicho que es inocente del cargo de homicidio que lo ha hecho pagar más de 30 años de cárcel, pese a no tener antecedentes penales y, sí, una discapacidad intelectual.
En julio de 1983, Payne estaba esperando que su novia regresara a su apartamento en Millington, Tennessee, cuando vio que a la vecina, Charisse Christopher, y a sus hijos, los habían matado. Payne fue arrestado ese mismo día y en febrero del año siguiente fue declarado culpable de asesinato y condenado a muerte. Después de tres décadas, sigue aún en el corredor de la muerte.
Proyecto Inocencia está haciendo una campaña para, precisamente, dar a conocer su caso. También para que se acepte la realización de las pruebas en las que confían. El objetivo: que no sea ejecutado y que recobre su libertad.
El absurdo caso de un hombre de Girona
Un hombre de Girona tuvo que luchar por no pagar 14 años de cárcel por un delito que no cometió. Después de haber sido detenido injustamente, pasó un mes en la cárcel y luego debió enfrentar una batalla por mantenerse libre.
En agosto de 2018 fue al juzgado a ver cómo estaban sus tres hermanos acusados de haber participado en una pelea y en una presunta agresión sexual frente a una discoteca de Gerona. Ese día los Mossos le dijeron que participara en una ronda de identificación, a lo que accedió. Sin embargo, en vista del parecido con uno de sus hermanos, fue señalado por una chica, a la que habrían tocado y quien habría sido víctima de la presunta agresión sexual. El acusado no había salido de su casa la noche del incidente. La Audiencia de Girona lo absolvió este enero: se demostró que no había participado en el hecho y que había habido vicios en el procedimiento.
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