Las compañías químicas reemplazaron los PFAS originales con otros compuestos de la misma familia. Los nuevos, como GenX, comparten similitudes estructurales. Más de 200 científicos han advertido que son igualmente peligrosos
Científicos y ambientalistas de Estados Unidos están alarmados. Mientras en el mundo hay una tendencia generalizada a restringir y eliminar las PFAS, el Senado estadounidense recibe fuertes presiones para excluir las sustancias químicas más lucrativas. Pareciera que se quiere apelar a la ancestral fórmula de cambiar para que nada cambie para preservar los intereses de la industria y del Pentágono con relación a las PFAS.
Las PFAS, sustancias per y polifluoroalquiladas (PFAS, siglas en inglés) son un grupo de unos 15.000 agentes químicos que incluye PFOA, PFOS, GenX, y muchos otros. Utilizados con mayor frecuencia para hacer que los productos sean resistentes al agua, las manchas y la grasa. Se les considera omnipresentes, las han encontrado en alimentos, agua, aire y hasta en la sangre. Además de ser dañinas para el medioambiente, también lo son para los humanos. Afectan el hígado, el desarrollo infantil, el sistema inmunitario y también pueden ser cancerígenos.
Utilizados en una variedad de aplicaciones industriales y productos de limpieza, han dejado una huella tóxica en todo el mundo. No es accidental que figuren entre los tóxicos «para siempre». Los científicos han identificado grupos inusuales de efectos médicos graves en comunidades con agua altamente contaminada por PFAS. Sorprendentemente, muchas de estas comunidades se encuentran cerca de bases militares.
Cautos avances regulatorios
Los PFAS de primera generación, extremadamente tóxicos, fueron ampliamente utilizados hasta 2015 en Estados Unidos. Aunque la ley no prohíbe su importación, los fabricantes estadounidenses redujeron su uso. En una decisión controvertida, las compañías químicas reemplazaron los PFAS originales con otros compuestos de la misma familia. Los nuevos, como GenX, comparten similitudes estructurales. Más de 200 científicos han advertido que son igualmente peligrosos.
La preocupación por los peligros de las sustancias per y polifluoroalquiladas (PFAS) ha impulsado a varios estados a tomar medidas. A la vanguardia se encuentran Wisconsin, que prohibió el uso de espuma contra incendios con PFAS, y Washington, que se prepara para prohibir los PFAS en los envases de alimentos. Nueva York ha restringido a administración la compra de envases con PFAS. Hay una creciente conciencia sobre la necesidad de regular las PFAS y proteger a las comunidades de sus efectos nocivos.
En el ámbito federal, el Departamento de Defensa ha sido objeto de nuevas restricciones en el uso de PFAS, gracias a la Ley de Autorización de Defensa Nacional orientada a la reducción de la contaminación en las bases militares. La Cámara de Representantes aprobó un paquete legislativo que exige a la Agencia de Protección Ambiental establecer un estándar nacional de agua potable para los PFAS y ordenar la limpieza de sitios contaminados.
Medidas lentas, gran alarma
La creciente presión de los estados Michigan, Nueva York y Carolina del Norte, donde la contaminación por PFAS ha generado gran alarma, ha obligado a la EPA a tomar medidas más cartas men el asunto. Los ambientalistas consideran que la EPA, a pesar de conocer los riesgos de los PFAS desde hace décadas, ha sido lenta en tomar medidas enérgicas. Por lo que el futuro de la propuesta en el Senado aún es incierto.
Según un reporte de The Guardian en la lucha por la regulación de los PFAS se abrió un nuevo frente: Legisladores estadounidenses y el Departamento de Defensa están presionando para modificar la definición de PFAS. El objetivo es excluir los gases fluorados. Una subclase altamente contaminante y potente de gases de efecto invernadero. El comité de servicios armados del Senado incluyó un texto en el proyecto de ley de defensa que solicita al ejército que detalle su uso. Medida que se interpreta como un primer paso para excluirlos de la definición general de PFAS. Los eximiría de las regulaciones existentes y futuras.
Desregular PFAS lucrativas
La industria química, que considera los gases fluorados uno de sus productos más lucrativos, obtendría enormes beneficios de su exclusión. Al redefinir los PFAS, las empresas podrían evitar las restricciones y la supervisión regulatoria. Pese a las evidencias científicas que demuestran los riesgos para la salud y el medio ambiente asociados a estos compuestos.
La propuesta genera un fuerte rechazo entre los grupos ambientalistas y defensores de la salud pública. Erik Olson, asesor principal del Fondo de Acción NRDC, califica como «cínica» y «completamente acientífica» la propuesta. Para Olson la industria está buscando excluir deliberadamente ciertos tipos de PFAS con el fin de evitar su regulación.
El año pasado, la EPA comenzó a considerar caso por caso qué sustancias químicas deberían clasificarse como PFAS. Enfoque que difiere del de la mayoría de las agencias reguladoras en Estados Unidos y en el mundo. La decisión de evaluarlos caso por caso, en lugar de adoptar una definición más amplia, es vista como una señal de que la agencia está más dispuesta a acomodarse a los intereses de la industria que a proteger la salud pública.
Excepción o puerta trasera
La legislación estadounidense no obliga a regular los PFAS, pero a algunos compuestos le siguen un intenso escrutinio y aplican normativas más rigurosas. No obstante, industria ha incrementado su uso de gases fluorados en refrigeración, aire acondicionado, producción de energía limpia y procesos industriales. El 60% de los PFAS fabricados entre 2019 y 2022 fueron gases fluorados.
La industria afirma que los productos químicos son sustitutos seguros y no tóxicos de gases de efecto invernadero más antiguos utilizados en la refrigeración. Estudios recientes demuestran que los nuevos gases se convierten en TFA (ácido trifluoroacético). Un compuesto que tiene una vida atmosférica similar al dióxido de carbono. También se cree se acumulan en el medio ambiente y en la sangre humana a niveles mucho más altos que cualquier otro PFAS, y son más tóxicas de lo que se pensaba.
Los militares utilizaban estas sustancias químicas para los sistemas de extinción de incendios y elaborar «productos esenciales» para los que no existen alternativas. Las excepciones para esos «usos esenciales» pueden quedar fuera de la normativa. Sin embargo, la industria y el ejército intentan eximir la subclase de productos químicos de la definición de PFAS y de la supervisión, aunque la mayoría de los usos de los PFAS no son esenciales.
«Puede haber usos esenciales en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y puede que necesiten utilizar las sustancias químicas mientras buscamos alternativas más seguras, pero seguros de evitar exenciones masivas de la regulación o basada en criterios no científicos», añadió.
En contravía a la tendencia mundial
A diferencia de la propuesta que se discute en el Senado de los Estados Unidos, en el ámbito global avanzan las iniciativas que establece mayores controles sobre las PFAS:
- Regulación Internacional: Los PFOS y PFOA están incluidos en el anexo A del Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes. Implica que las partes deben “eliminar la producción y el uso” de estas sustancias químicas. En la Unión Europea, los PFOS están restringidos. El PFOA y sus precursores también están restringidos, incluso en productos fabricados o importados en la UE.
- Nuevas Restricciones: Próximamente, se implementará el Reglamento sobre contaminantes orgánicos persistentes, con excepciones más limitadas. Otros PFAS también figuran en la lista de sustancias extremadamente preocupantes. Por ejemplo, GenX, un PFAS de cadena corta utilizado en la producción de fluoropolímeros, debido a sus propiedades persistentes, móviles y tóxicas.
- Acciones Nacionales: Varios países europeos han establecido límites para PFAS en agua, suelo, textiles y materiales en contacto con alimentos. Dinamarca, por ejemplo, prohibió que los materiales con PFAS entren contacto con alimentos.
- Enfoques Futuros: Dada la gran cantidad de PFAS conocidos, evaluar riesgos sustancia por sustancia y realizar un seguimiento exhaustivo sería costoso y largo. Exploran enfoques complementarios, como la regulación de los PFAS basados en toxicidad o similitudes químicas.
Lo que se quiere eludir
El proyecto de ley de defensa aprobado por la Cámara de Representantes no incluía esta estipulación, y el Senado aún negocia su versión. La medida se produce cuando el Pemtágono ha intentado eludir su responsabilidad por la contaminación por PFAS en otros lugares.
El Grupo de Trabajo Ambiental señala que, por décadas, las fuerzas armadas estadounidenses han utilizado espuma contra incendios que contiene PFAS en sus instalaciones. Desarrollada en la década en los años sesenta en colaboración con el Laboratorio de Investigación Naval y 3M, fue una respuesta al devastador incendio en el portaaviones Forrestal. Cubren el fuego y evitan que los vapores se reaviven. Es muy efectiva para extinguir incendios de combustible. El ejército ha utilizado espuma contra incendios en cientos de bases. Los aeropuertos comerciales también solían usarla.
Los químicos se infiltraron en el suelo y el agua subterránea en cientos de bases militares en todo el país. En 2003, la Oficina de Responsabilidad del Gobierno informó que hasta 15 millones de acres de tierra en Estados Unidos estaban contaminados por municiones. La contaminación del agua por PFAS se extiende desde costa a costa en Estados Unidos.
Ambientalistas atentos
El Departamento de Defensa ha identificado 401 sitios militares en Estados Unidos con contaminación química del agua fluorada, y podría haber más. Los niveles de estos tóxicos en el agua subterránea superan las pautas de salud de la EPA. Millones de acres de tierra y numerosos suministros de agua potable están contaminados con los tóxicos y persistentes químicos, y el Pentágono enfrenta decenas de demandas.
En un intento por deshacerse de los excedentes de espuma contra incendios que contienen PFAS, el Pentágono ha recurrido a la incineración. Una práctica que genera preocupaciones. La quema de los químicos puede liberar sustancias tóxicas al aire y contaminar el suelo y el agua circundantes.
En 2020 grupos ambientalistas y comunitarios, representados por Earthjustice, demandaron al Departamento de Defensa por sus contratos para quemar millones de galones de espuma contra incendios no utilizada que contiene PFAS en los incineradores en localidades como Port Arthur, en Texas, y Sauget, eb Illinois, entre otras.
La exposición a los PFAS se asocia con una amplia gama de problemas de salud. El agua potable representa una de las principales vías de exposición para las comunidades que viven cerca de las bases militares y otras instalaciones industriales que utilizan PFAS. Para evitarse más demandas el Pentágono presiona para que el Senado relaje las regulaciones de las PFAS. «Cuanto más se escabullen de los problemas de los PFAS, más nos preocupamos. Estaremos atentos», declaró Olson.