A diez días de la cumbre del G20, las autoridades de Arabia Saudí analizan indultar a varias activistas encarceladas por dirigir una campaña a favor del derecho a conducir coches. Las presiones de varios países y ONG se intensifican para que Riad cese las violaciones de los derechos humanos.
La cumbre se llevará cabo el 21 y 22 de noviembre y será presidida, de manera virtual, por el rey Salmán bin Abdel Aziz al Saud. Reunirá a los líderes de los 19 países que forman el Grupo y de la Unión Europea. España participará como país invitado.
Arabia Saudita se muestra ante el mundo, no solo por ser el principal productor de petróleo del globo, sino por mantener a centenares de presos políticos. Periodistas, activistas y mujeres están encarcelados.
Loujain al-Hathloul, Nassima al-Sada, Samar Badawi, Mayaa al-Zahrani y Nouf Abdulaziz encabezaron campañas por los derechos de las mujeres. Reclamaron el derecho de conducir y el fin del represivo sistema de tutela masculina. Hoy están en prisión.
“Desde que asumió la presidencia del G20, Arabia Saudí ha hecho una gran inversión en renovar su imagen con consignas sobre la igualdad de las mujeres e insistiendo en que está preparado para el cambio. No obstante, las auténticas artífices del cambio de Arabia Saudí están entre rejas”, dijo Lynn Maalouf, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
Adicionalmente, 29 países denunciaron al reino ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, por otras violaciones. Incluido el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Arabia Saudí, el G20 y las mujeres encarceladas
La cumbre se realizará con el lema «Aprovechar las oportunidades del siglo XXI para todos». Se enfocará en «proteger vidas y recuperar el crecimiento, abordando las vulnerabilidades destapadas durante la pandemia y estableciendo los cimientos para un futuro mejor».
«Arabia Saudí viene considerando el indulto para las activistas presas», dijo el embajador árabe en el Reino Unido, Mohammed bin Nawwaf bin Abdulaziz.
Una de las mujeres presas, Loujain al-Hathloul, está en huelga de hambre desde el 26 de octubre. Esta activista por los derechos humanos de la mujer, fue arrestada en mayo de 2018 con otras nueve. Arabia Saudí concedió el derecho a conducir pero quienes lo reclamaron siguen presas.
Amnistía Internacional asegura que las autoridades saudí siguen silenciando sistemáticamente la disidencia y aplastando la libertad de expresión. Usan el Tribunal Penal Especializado para atacar a economistas, profesores, periodistas, clérigos, escritores y activistas que reclaman cambios. Quienes defienden los derechos humanos se enfrentan a detenciones, juicios injustos y torturas.
AI exhorta a los asistentes del G20 a que “no se dejen engañar por la campaña de Arabia Saudí en hacer ver que respeta los derechos humanos. Toda empresa que opere en o con Arabia Saudí tiene la responsabilidad de garantizar que no contribuye con sus actividades a que se cometan violaciones de derechos humanos».
Asimismo, Human Rights Watch, instó al G20 a presionar a las autoridades de Arabia Saudí para que liberen a los activistas saudíes encarcelados “ilegalmente”.
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