Debe determinar qué países procurarán los desembolsos, en qué proporción y con qué mecanismos
Arranca la semana decisiva para las negociaciones climáticas con la llegada de los ministros de Finanzas y Medio Ambiente de los casi 200 países reunidos en Bakú. El foco principal de esta COP29 -además de una agenda amplia que incluye las reducciones globales de las emisiones de gases- descansa en la Nueva Meta Cuantificada y Colectiva, sintetizada en las siglas en inglés: NCQG que agita las deliberaciones por la financiación climática a las naciones más pobres y vulnerables a la crisis.
Días en que se deberá esclarecer qué países procurarán los desembolsos, en qué proporción, bajo qué mecanismos. Y cuánto recibirán los países más pobres que en definitiva, son los menos responsables de la crisis climática, pero los más expuestos a sus impactos.
El fin de semana estuvo movido con manifestaciones y protestas de cientos de activistas, en las cercanías de la sede de la cumbre. Exigieron un mayor aporte económico de las naciones desarrolladas y su cumplimiento. En una de ellas, formaron una cadena humana afuera de una de las principales salas plenarias, en lo que llamaron un “día de acción” global por la justicia climática, que se ha convertido en un evento anual.
Los activistas ondearon banderas, chasquearon los dedos, tararearon y murmuraron cánticos. Muchos se taparon la boca con la palabra “silenciados”. Esta cumbre ha restringido este tipo de expresiones. Incluso, en otra manifestación, en los asientos más altos del casi vacío estadio olímpico de Bakú, los activistas utilizaron una enorme pancarta para mostrar las palabras ‘Pay Up’ (‘Paguen’) al mundo.
La financiación climática en la recta final de la COP29
La mayoría de los delegados a la cita anual por el clima, no vieron las pancartas ni la escucharon los mensajes por estar en salas cerradas. Bianca Castro, activista climática de Portugal, afirmó a AP News que es “realmente difícil hacer oir nuestras demandas”. Recordó que en otras conferencias había miles de manifestantes en las calles y se reportaban diversas acciones a lo largo del evento con mayor libertad.
Pero en el estadio, comentó, les indicaron exactamente dónde y cuándo podían pararse. Les explicaron que los cánticos estaban restringidos. Un portavoz de cambio climático de la ONU señaló que la manifestación supuso un largo diálogo entre los participantes, los gerentes de las instalaciones y los funcionarios de salud y seguridad.
“El papel que desempeñamos es aumentar la presión”, dijo en relación a la manifestación Lidy Nacpil, coordinadora del Movimiento de los Pueblos Asiáticos sobre Deuda y Desarrollo. Mientras Tasneem Essop, de esa agrupación, señaló que no es “muy” optimista respecto al resultado en materia de finanzas. Pero sabe que esta semana será crucial. “No podemos terminar con un mal acuerdo para los pueblos del mundo, aquellos que ya están sufriendo los impactos del cambio climático. Luchamos hasta el final”.
Varios expertos han indicado que se necesita un billón de dólares o más al año, tanto para compensar esos daños como para pagar una transición hacia una energía limpia. La mayoría de los países no pueden afrontar por sí solos esos compromisos. Samir Bejanov, negociador principal adjunto de las conversaciones sobre el clima destacó que las conversaciones sobre financiación climática en la COP29 avanzaban “demasiado lentas”.
“Quiero reiterar nuestro firme aliento a todas las partes para que hagan el máximo progreso posible”, afirmó. “Necesitamos que todos aborden la tarea con urgencia y determinación”.
El pesimismo ronda en las deliberaciones
Una investigación de la ONG británica Christian Aid, revela que los diez países más afectados por el cambio climático reciben menos del 2% de toda la financiación climática. Sus 750 millones de habitantes obtienen, en promedio, menos de un dólar por año de los países ricos.
Para la ONU y los mayores expertos en finanzas climáticas, los países en desarrollo necesitan una inyección de 1,3 billones de dólares al año para la década de 2030, según un informe presentado en la cumbre. Sin embargo, en esta primera semana, los representantes de los países desarrollados se han mostrado escépticos y reticentes a desembolsar este monto. El primer borrador del texto -34 páginas- recoge muy pocas de las exigencias de las naciones que menos gases de efectos invernadero emiten.
Sandra Guzmán, fundadora del Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe calificó de “frustrante” la primera ronda de negociaciones. Esta agrupación de la sociedad civil lleva 11 años trabajando por la construcción de una arquitectura financiera en beneficio de esta región. En entrevista con El Salto Diario, celebra los avances alcanzados en las últimas décadas.
Pero reconoce que las respuestas y los acuerdos no van en sintonía con la urgencia de la acción que exige la emergencia climática. “Necesitamos un acuerdo ambicioso en lo cuantitativo y cualitativo de la financiación climática en la COP29. Se habla mucho del monto, pero es fundamental un financiamiento público en forma de donaciones para evitar el aumento de los niveles de deuda de los países”, sugirió.
El debate tiene muchas aristas. El tema de fondos siempre es álgido porque a los líderes les cuesta comprometerse en estos asuntos que impliquen egresos. Aunque el cambio climático avance al igual que sus destrozos, pérdidas humanas y caos económico.
Alternativas sobre la mesa
En la rueda de negociaciones sobre financiación climática en la COP29, están en juego muchas posiciones e intereses. Guzmán sostiene que algunos países desarrollados argumentan que ellos ya no son los principales emisores. Que ahora son otros países, como China o los árabes, los que aparecen en este listado. Pretenden, entonces, que haya una expansión de la contribución también de estos países en desarrollo.
Esta postura cae muy mal a los países más pobres, que no se asumen para nada como responsables, sino como víctimas, indicó la doctora en política de la Universidad de York, el Reino Unido. “Este es uno de los grandes debates de esta COP29 y los montos. El triunfo de Donald Trump deja en el aire la participación de Estados Unidos entre los contribuyentes. Hay temor por un posible vacío que nadie sabe cómo se va a cubrir”.
Desde las inundaciones que han azotado España hasta los tifones que golpean a Filipinas, el clima extremo está afectando duramente al mundo. Pero incluso después de años de advertencias sobre la necesidad de adaptarse a los peligros de un mundo más cálido, es poco probable que los países y comunidades vulnerables obtengan mucha ayuda.
Hay una «gran paradoja» evidente en la cumbre de la ONU entre los discursos de los líderes que llaman urgentemente a mantener a la gente a salvo del cambio climático y la aparente falta de dinero para hacerlo, dijo Mikko Ollikainen, director del Fondo de Adaptación a Climate Home.
Durante la cumbre se han escuchado propuestas para ayudar a los países del Sur Global a financiar la transición climática, como la del secretario general de la ONU. António Guterres pidió nuevos gravámenes para el transporte marítimo y la aviación y, la extracción petrolera y gasística.
IA en el combate del cambio climático
La inteligencia artificial y la tecnología digital fueron abordados en la cumbre climática. Ambas herramientas pueden contribuir a frenar el impacto del cambio climático con nuevas innovaciones. Pero lo más importante ahora es que sean capaces de controlar sus propias emisiones de gases de efecto invernadero. Así como de los desechos electrónicos.
Los líderes en tecnología y medio ambiente de la COP29 de Bakú aprobaron este sábado una declaración en la que se comprometen a utilizar las tecnologías digitales para acelerar la acción por el clima. Reduciendo al mismo tiempo las huellas de carbono y contaminación de la fabricación de tecnología y de los residuos electrónicos.
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones de las Naciones Unidas, las tecnologías digitales pueden ser herramientas clave para acelerar la consecución de la Agenda 2030. Al desempeñar un papel fundamental para la vigilancia del clima, los sistemas de alerta temprana y la adaptación y mitigación climáticas en general.
Por ejemplo, al aprovechar los algoritmos de IA, los centros de datos pueden optimizar la eficiencia energética, racionalizar las operaciones y reducir su huella de carbono, afirma la UIT. Sin embargo, a medida que aumenta el uso de productos y servicios digitales, también lo hace la cantidad de energía y agua y los residuos electrónicos producidos.
Los crecientes niveles de digitalización exigen más energía, lo que aumenta las emisiones de gases. Los programas de IA necesitan servidores que funcionen las 24 horas del día. Estos servidores y los centros de datos que los albergan consumen mucha electricidad. Además, se necesita aún más energía para refrigerar estos centros.
Estas cuestiones se debatieron en una mesa redonda de alto nivel de la COP29 y se espera que arroje conclusiones en los próximos días.