Los últimos años han sido muy duros para el ejercicio del periodismo. Más de 300 periodistas están presos en el mundo por informar. La crisis por la COVID-19 ha acentuado la presión de muchos gobiernos autoritarios. El periodismo en tiempos de coronavirus se ha convertido en un gigantesco desafío.
Hace unos días, al dar a conocer la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020, que evalúa la situación del periodismo en 180 países y territorios, Reporteros Sin Fronteras señaló que hasta ahora la libertad de prensa enfrentaba cinco tipos de crisis: Geopolítica (gobernantes y regímenes dictatoriales, autoritarios o populistas que buscan restringir la información e imponer su visión) y Tecnológica (falta de una regulación adecuada que crea un verdadero caos de información). También Democrática (desapego y hasta odio hacia los medios de comunicación), Confianza (sospecha de que difunden noticias contaminadas) y Económica (caída de las ventas y disminución de los ingresos por publicidad).
Hoy se suma la crisis del coronavirus, una coyuntura que han visto algunos gobiernos para imponer medidas que serían difíciles de adoptar en condiciones normales. Aprovechan la interrupción de la vida política, el confinamiento y el debilitamiento de los movimientos sociales para imponer un mayor control.
#VIDEO ▶️ Muchos países restringen la libertad de prensa bajo el pretexto del #coronavirus, según denuncia Reporteros Sin Fronteras @RSF_ES https://t.co/VnmmRKapJk #COVID19 #COVIDー19 #COVID2019 #YoMeQuedoEnCasa
— EiTB Noticias (@eitbNoticias) May 3, 2020
“Podemos informar que a partir de hoy, al menos 231 periodistas profesionales y 115 llamados periodistas y blogueros ciudadanos, es decir, personas que difunden información sobre gobiernos autoritarios a través de YouTube o Facebook, están actualmente tras las rejas. Otros 14 profesionales de los medios (fotógrafos, camarógrafos, editores, etc.) también están en la cárcel”, dijo el periodista y activista en derechos humanos, Christian Mihr.
China y los Estados Unidos
Considera que la situación en China es la más extrema. Periodistas ciudadanos que informan sobre la situación en los hospitales de Wuhan han desaparecido en forma definitiva o lo han hecho por un largo periodo. Y esto por afirmar que la lucha del gobierno de Xi Jinping contra la pandemia no ha sido la correcta.
En la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 China ocupó la posición 177 entre 180 países, superando solo a Eritrea, Turkemenistán y Corea del Norte.
Pero China no es el único en aprovechar la actual crisis para silenciar. En Armenia, los periodistas solo pueden citar estadísticas oficiales y en Serbia fue arrestado un periodista por informar sobre la situación en los hospitales de la ciudad de Novi Sad. Hungría promulgó recientemente leyes sobre el estado de emergencia que permiten al primer ministro encarcelar a periodistas si muestran informes no balanceados. En Irán establecieron dispositivos masivos de censura y en Irak el gobierno suspendió por tres meses la licencia de Reuters por cuestionar las cifras oficiales de la COVID-19.
“El virus y la represión se han extendido simultáneamente”, dijo.
Mihr se refirió a los Estados Unidos y calificó al presidente Donald Trump como responsable del deterioro de la libertad de prensa en el país. Señaló que esto ha sido preocupante en los últimos tres meses, con periodistas enfrentando cada vez más amenazas y ataques tanto verbales como físicos.
“Hemos visto cómo los periodistas con opiniones epidemiológicas diferentes a las del gobierno, o criticando la respuesta del gobierno a la crisis, enfrentan difamación general, siendo denunciados colectivamente como noticias falsas».
Financiamiento del periodismo en tiempos de coronavirus
Los mensajes intencionalmente engañosos fue otro aspecto abordado por Mihr en una conversación con Deutsche Welle, unas horas después de conmemorarse el domingo el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que posicionó la etiqueta #periodismoconfinado.
.@G_landaburu, director de @Cambio16, presta hoy su voz a los cuatro periodistas condenados a muerte en #Yemen / Este 3 de mayo, Día de #LibertaddePrensa, únete a @RSF_ES: graba tu vídeo y compártelo con el hashtag #periodismoconfinado https://t.co/bzusLEwPN0
— RSF España (@RSF_ES) May 3, 2020
“Las campañas de desinformación rusas promueven historias sobre las cosas que Europa y especialmente Alemania están equivocando en sus respuestas a la pandemia de coronavirus. Estos incluyen historias que afirman que el sistema de salud de Alemania está completamente sobrecargado”.
Rechazó que en EE UU medios privados como Fox News se convierta en un megáfono para la Casa Blanca y sostuvo que la actitud de este medio fue “negligente” con respecto a la reciente sugerencia del presidente Trump de que las personas podrían inyectarse desinfectantes para mantenerse libres de virus SARS-CoV-2.
Uno de los problemas más grave que está dejando la crisis tiene que ver con el financiamiento al periodismo, que ha obligado a que el Estado haya tenido que intervenir en algunos mercados, por la caída de los ingresos en publicidad, lo que abre la puerta para que los gobiernos “ejerzan o incluso abusen de su nueva influencia. Eso es algo completamente diferente de intentar ejercer influencia a través de la publicidad”.
El también director de RFS considera que el tema del financiamiento cada vez se volverá más crítico, por lo que habrá que “repensar la forma en que se financia el periodismo en su conjunto”.
Maduro reprime a la prensa independiente
En el informe de RSF, Venezuela es otro de los países que se encuentra en la parte baja de la clasificación (147 de 180 países), ya que el autoritarismo de Nicolás Maduro no cede. Se ha vuelto cotidiana la represión del gobierno contra la prensa independiente y lo hace de varias formas.
Entre estas menciona las detenciones arbitrarias, violencia de las fuerzas del orden y de los servicios de inteligencia, cortes de la conexión de Internet y bloqueo de las redes sociales, o expulsión de periodistas extranjeros. También las autoridades privan de frecuencia a las radios y televisiones críticas.
Al igual que Reporteros Sin Fronteras, Human Right Watch en su informe mundial 2020 indica que durante más de una década, el gobierno ha ampliado y ejerce en forma cada vez más abusiva su facultad de regular los medios. Los críticos cada vez son menos y la autocensura es muy habitual por temor a represalias.
“El gobierno puede suspender o revocar licencias a medios privados cuando lo juzgue conveniente a los intereses de la Nación”, suspender de manera arbitraria sitios web en el supuesto de “incitación” -una infracción definida de manera muy vaga- y penalizar las expresiones “ofensivas” sobre altos funcionarios gubernamentales”.
Hace referencia a la “Ley contra el odio” que en noviembre de 2017 adoptó la ilegal Asamblea Constituyente, que prohíbe a los partidos políticos promover el fascismo, la intolerancia o el odio. Y que prevé penas de prisión de hasta 20 años contra quienes publiquen “mensajes de intolerancia y odio”.
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