El mandatario fallecido de Venezuela, Hugo Chávez Frías, repetía con frecuencia una frase: “La voz del pueblo es la voz de Dios”. Esa expresión le servía para afirmar que la última palabra la tenía el ciudadano, pese a que en muchas ocasiones como ocurrió con el referéndum que perdió en 2007 para cambiar la Constitución, hizo caso omiso a lo que el “pueblo” había decidido.
En Bolivia, el presidente Evo Morales está reacio a escuchar a lo que la mayoría decidió el 21 de febrero de 2016, cuando perdió un referéndum que lo reelegiría indefinidamente. Este lunes, el tribunal electoral boliviano dio luz verde a una nueva postulación. La cuarta.
«La Sala Plena del Tribunal Supremo Electoral, en virtud de la jurisdicción y competencia que por ley ejerce», aprobó la habilitación de nueve candidaturas a unas primarias en enero, entre las cuales está la del binomio Evo Morales-Alvaro García, según la resolución leída en una declaración de prensa.
La decisión se tomó en medio de protestas y diferentes acciones por parte de los ciudadanos que están contra de la candidatura del mandatario. Hubo una vigilia a las fueras del tribunal y este jueves se prevén tres marchas. Hasta una posible huelga de hambre está sobre la mesa.
Las fuerzas de oposición piden respeto a la Constitución y «a la soberanía del pueblo boliviano que en un referendo del 21 de febrero (de 2016) rechazó la reelección» de Morales.
Cambio a la Carta Magna
Al igual que lo que ocurrió en Venezuela, las palabras se las llevó el viento. El poder hizo que lo que inicialmente sería gobernar por un periodo se convirtiera al final del camino en reelecciones indefinidas. Y todo esto ha ocurrido bajo el supuesto paragua de la legalidad.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, juró en enero de 2006 que estaría al frente de la primera magistratura de ese país por un solo periodo de cinco años. La Constitución de Bolivia tampoco se lo permitía. No obstante convocó a una Asamblea Constituyente y la Carta Magna fue modificada. En 2009 la República de Bolivia desapareció para dar para al Estado Plurinacional.
En esa Constitución, Morales impuso la reelección consecutiva, pero por una sola vez. El “hermano Evo”, como públicamente lo llamaba Hugo Chávez, convocó a elecciones y levantó ese mismo año su mano para jurar como Jefe del Estado Plurinacional.
Al igual que lo ocurrido en Venezuela, la división de Poderes, una de las bases de la democracia en el mundo, se perdió. Tomó el control del legislativo y designó a los miembros del Poder Judicial y Electoral.
Leyes a su medida
Aunque debió entregar el poder en enero de 2011, un manejo legal le permitió comenzar a contar su periodo desde el 2009 para dejarlo en el 2014. No obstante, una sentencia le permitió reelegirse por segunda vez consecutiva para un tercer periodo. ¿La razón?: “Habiéndose creado el Estado plurinacional en 2009, la elección de ese año era la primera, porque la elección de 2005 en la desaparecida República de Bolivia no cuenta”.
Con la experiencia de Venezuela, Evo planteó la necesidad de reelegirse indefinidamente, por lo que convocó a un referéndum el 21 de febrero de 2016… y lo perdió. Sin embargo, ese hecho no fue suficiente. El Tribunal Constitucional de ese país lo habilitó el 28 de noviembre de 2017, con el argumento de que los pactos internacionales están por sobre la Constitución.
Esa decisión fue seguida por movilizaciones para que cesara en su intención de ser otra vez candidato. Asimismo, sondeos de opinión rechazaron casi en un 80% la reelección indefinida de Morales.
Con el anuncio de este lunes del tribunal electoral boliviano sigue tendiéndose la alfombra para el cuarto mandado del líder aymara, el presidente Evo Morales.
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