El Premio Nobel de Física fue otorgado a Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez por sus descubrimientos que han mejorado la comprensión del universo, incluido el trabajo sobre los agujeros negros.
Penrose, de 89 años, recibió el premio de física «por el descubrimiento de que la formación de agujeros negros es una predicción sólida de la teoría general de la relatividad», dijo el comité de la Real Academia de las Ciencias de Suecia. La segunda mitad del premio se dividió entre Genzel y Ghez «por el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo en el centro de nuestra galaxia». Ahora a los tres les dicen «los cazadores de agujeros negros».
“Los laureados de este año han revelado los secretos de los rincones más oscuros del universo. Pero esto no es solo una antigua aventura llegando a su victorioso final, es también un nuevo comienzo. Nos acercamos cada vez más a los horizontes de los agujeros negros”, destacó la Academia Sueca.
Andrea Ghez se convirtió en la cuarta mujer laureada con el Nobel de Física, la categoría con menos representación femenina en la historia de los premios. Las otras afortunadas son Marie Curie (quien repitió con el Nobel de Química), Maria Goeppert y Donna Strickland.
La existencia de los agujeros negros
En el siglo XVIII, el astrónomo inglés John Michell y el científico francés Pierre-Simon Laplace especularon sobre la existencia de objetos con una gravedad tan fuerte que ni siquiera la luz podría escapar de ellos. Pero no fue hasta 1915, con la formulación de la teoría general de la relatividad de Albert Einstein, cuando se obtuvo un marco matemático lo suficientemente potente para describir esos objetos.
Durante décadas estos físicos cuestionaron la propia idea de los agujeros negros. Fue gracias al laureado matemático Roger Penrose, profesor emérito en la Universidad de Oxford (Inglaterra), que se mostró que estos objetos podían realmente existir.
Penrose publicó en 1965 un extraordinario artículo en el que introdujo nuevas herramientas matemáticas. Esto probó con rigor que la formación de agujeros negros es una consecuencia inevitable de la relatividad general. Sus cálculos demostraron que son una consecuencia directa de la teoría de la relatividad general de Einstein.
Pero si esos objetos existen, ¿cómo encontrarlos? John Michell ya tuvo esta idea. Si hay otros objetos luminosos, como pueden ser las estrellas, moviéndose alrededor del agujero negro entonces uno puede inferir la existencia del agujero negro al seguir los movimientos de las estrellas.
El descubrimiento comenzó a tomar forma
Desde los años noventa, Reinhard Genzel, director del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Alemania y profesor en la Universidad de California (EE UU), y Andrea Ghez, profesora en la Universidad de California Los Ángeles (EE UU), han investigado conjuntamente el centro de la Vía Láctea, donde comprobaron la existencia de un agujero negro supermasivo, bautizado Sagitario A*.
A lo largo de muchos años efectuaron observaciones precisas del centro de la galaxia. Observaron varias estrellas moviéndose alrededor de algo que no podían ver. Los cálculos mostraron que 4 millones de masas solares se escondían ahí. No había otra explicación que no fuera la de un agujero negro supermasivo.
En el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre (MPE), Genzel dijo haber derramado «algunas lágrimas», pensando que debía esperar muchos años para la distinción.
Premio Nobel en tiempos de pandemia
El anuncio de este martes es el segundo de la edición 2020. Ayer se dieron a conocer los ganadores en la categoría de Medicina y Fisiología. Los estadounidenses Harvey J Alter y Charles Rice y el británico Michael Houghton por el descubrimiento del virus de la hepatitis C.
En los próximos días le seguirán el premio de Química (miércoles 7), de Literatura (jueves 8), de la Paz (viernes 9) y de Economía (lunes 12).
La tradicional entrega de diplomas y medallas que se lleva a cabo cada 10 de diciembre no se celebrará debido a la pandemia de la COVID-19. En su lugar, cada galardonado recibirá su diploma y medalla en su país de residencia y se llevará a cabo una versión digital de la ceremonia, algo muy 2020.
El año pasado recibieron el premio los suizos Michel Mayor y Didier Queloz “por el descubrimiento de un exoplaneta orbitando una estrella de tipo solar”, y el canadiense James Peebles por sus investigaciones teóricas sobre la radiación de fondo cósmica.
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