El Premio Nobel de Economía 2020 fue otorgado a dos investigadores estadounidenses de la Universidad de Stanford. La Real Academia Sueca de Ciencias entregará el reconocimiento Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson por las mejoras en la teoría de las subastas y los inventos de nuevos formatos de subastas.
Milgrom y Wilson, profesores de la Universidad de Stanford en California, fueron reconocidos por los diseños de modelos matemáticos que promueven «mejoras en la teoría de las subastas y la invención de nuevos formatos de subastas» para bienes y servicios que son difíciles de vender de manera tradicional, como las frecuencias de radio, dijo Göran K Hansson, secretario general de la Real Academia Sueca de Ciencias.
Agregó que «sus descubrimientos han beneficiado a vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo». Los homenajeados se repartirán equitativamente el premio de 1,1 millones de dólares.
El Premio Nobel de Economía, oficialmente conocido como Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas, no se incluyó en el testamento de Alfred Nobel. Fue creado en 1968 por el Banco Central de Suecia en memoria de Alfred Nobel para conmemorar su 300 aniversario. Se otorgó por primera vez en 1969 y desde entonces ha sido financiado por la institución financiera.
Aplicación a nivel mundial
Los economistas «comenzaron con la teoría fundamental y luego utilizaron sus resultados en aplicaciones prácticas, que se han extendido a nivel mundial«, dijo Peter Fredriksson, presidente del Comité del Premio Sveriges Riksbank, en un comunicado que acompaña al anuncio. «Sus descubrimientos son de gran beneficio para la sociedad«.
Las subastas ayudan a vender una variedad de productos, que incluyen arte, minerales y publicidad en línea. También pueden adoptar varias características. Los objetos pueden tener un valor común compartido para todos los licitadores, tal es el caso de productos básicos como el petróleo. O pueden tener valores privados que varían entre los postores, como sucede en el arte. Es posible que los postores sepan exactamente cuál es el valor del objeto o que tengan información imperfecta. Las ofertas pueden estar abiertas, lo que significa que todos pueden verlas, o cerradas.
Nuevos formatos de subasta
Wilson “fue el primero en crear un marco” para subastas de artículos con un valor común, según el Comité. En su trabajo, explicó que los postores ofrecerán menos de lo que creen que vale el objeto o servicio porque temen pagar de más. Esta es la «maldición del ganador».
Pero en la mayoría de las subastas, los postores tienen valores tanto comunes como privados. En el caso de una casa, por ejemplo, los compradores piensan tanto en lo que les gusta personalmente como en el valor de mercado de la vivienda.
A Milgrom se le ocurrió una teoría para explicar cómo funciona esa combinación de valor común y privado. Examinó la forma en que se desarrolla la «maldición del ganador» en tales casos. Encontró que la gente puja menos en las llamadas subastas inglesas que en las subastas holandesas.
En las primeras, se utiliza la puja a viva voz que va elevando el precio hasta que se adjudica al que ha dado el último precio. En las segundas, el subastador comienza subastando con un alto precio, que es rebajado hasta que algún participante está dispuesto a aceptar el precio del subastador, o hasta que se llega al precio de reserva, que es el precio mínimo aceptado para esa venta.
Pero la «contribución más conocida» de la pareja, según el Comité, es su trabajo en el diseño de nuevos formatos de subasta para situaciones complejas. Este incluye el formato que los gobiernos utilizan ahora para asignar frecuencias de radio a los operadores de telecomunicaciones.
Solución para la asignación de frecuencias
En los Estados Unidos, el ancho de banda de radio era asignado por «concursos de belleza». En ellos, los operadores argumentaban por qué deberían obtenerlo, lo que llevó a una intensa presión. Durante la década de 1990, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) impulsó, y el Congreso lo permitió, un cambio a la asignación de ancho de banda basada en un sistema de lotería. Inicialmente, sin embargo, el nuevo enfoque también funcionó mal. Las loterías se llevaban a cabo localmente, lo que generó redes fracturadas para los operadores nacionales, entre otros problemas.
Milgrom y Wilson idearon un nuevo formato que permitió la subasta simultánea de las muchas áreas geográficas del espectro de radio entre varios postores, comenzando con precios bajos y permitiendo licitaciones repetidas. La FCC adoptó el enfoque en 1994. Descubrió que les permitía distribuir el espacio de la radio y al mismo tiempo recaudar mucho más dinero.
El enfoque de de los ganadores del Premio Nobel de Economía 2020 tuvo tanto éxito que muchos otros países, incluidos Gran Bretaña, Canadá y España, lo adoptaron.
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