El gobierno de la Generalitat decretó el estado de preemergencia por la sequía extrema en la zona del sistema Ter-Llobregat. La decisión implica restricciones severas en el servicio de agua a cerca de 6 millones de catalanes. Un episodio sin precedentes.
La inusual declaración se hizo efectiva el jueves y alcanza 202 municipios de 14 comarcas, entre ellos Castellbisbal y toda la comarca del Vallès Occidental. Otros territorios afectados por la preemergencia son la ciudad de Barcelona y el área metropolitana y Girona. En la zona restringida viven más personas y es mayor la concentración de comercios e industrias.
Se trata de un nuevo estadio de transición entre el estado de excepcionalidad y la emergencia. La decisión pretende intensificar algunas medidas para reducir el consumo de agua frente a la falta de lluvias en el territorio por más de 36 meses. La más larga desde que se tienen registros.
A partir de ahora, estos municipios no podrán consumir más de 210 litros por persona y día, incluidos domicilios y actividades económicas y comerciales. Además, estará prohibido llenar piscinas o regar con agua potable jardines, calles o vehículos. Se permitirá el riego de supervivencia para el arbolado, con la mínima cantidad de agua indispensable, de 20 a 8 horas. La prealerta tiene como fin alargar lo más posible las escasas reservas de agua que quedan. Asimismo, preparar a la población para la declaración de emergencia prevista para finales de diciembre.
Poca agua en Cataluña, 36 meses sin lluvias
La profunda sequía sitúa en apenas 19%, las reservas de agua de las cuencas internas de Cataluña. Es el resultado de 36 meses seguidos sin lluvias en la comunidad. En los últimos tres años apenas han caído 1.400 litros por metro cuadrado, 500 menos de lo habitual, una baja de 26%. La situación es mucho más grave en las cuencas internas, en donde están los ríos que abastecen la región de Barcelona y Girona. El déficit llega al 32%.
Las alteraciones del clima enfilan la región a un escenario de carencias hídricas más o menos permanente para las cuales las infraestructuras no están preparadas. Estas condiciones nunca vistas se han podido soportar debido a las obras construidas, como las desalinizadoras del Tordera y del Llobregat, y los sistemas de reaprovechamiento del agua utilizada.
Cataluña vive la sequía más grave desde 1916. La magnitud de los déficits de precipitación, la extensión de las zonas afectadas y la duración del fenómeno hacen que el índice acumulado de gravedad sea mayor que el del período 2005-2008. «Es la sequía más dura por persistencia e intensidad. Lo peor es que no vemos ninguna ventana de oportunidad que pueda revertir la situación», señaló la directora del Servei Meteorològic de Catalunya (SMC), Sarai Sarroca.
Llevar agua con barcos
El conseller de Acción Climática, David Mascort, confió que de seguir la escasez de agua en regiones de Cataluña y de llegarse a la declaración de emergencia, tiene sobre la mesa «un amplio abanico» de posibilidades para sacar a flote la situación. Entre ellas la de contratar barcos que traigan agua de otras partes de Europa.
«Estamos preparados por si hay que llevar agua con barcos», adelantó. «Estamos trabajando con el Puerto de Barcelona para hacer las obras de adecuación y prepararnos para esa posibilidad».
Entretanto, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès y Garcia, inauguró la Asamblea Ciudadana por el Clima. Dijo que es un proyecto pionero en democracia deliberativa y será un proceso participativo que servirá para que la ciudadanía debata los retos a los que se enfrenta Cataluña ante el cambio climático.
«Hoy afrontamos un proceso de deliberación y decisión ciudadana inédito en nuestro país, porque estamos frente a una emergencia inédita», refirió. «Desde Cataluña tenemos que hacer nuestra contribución», señaló, porque «o cambiamos nuestra manera de vivir -cómo producimos, distribuimos y consumimos los bienes y servicios de nuestro país- o nos vendrá cambiada y no estaremos preparados».
Mascort añadió que “ya no se cuestiona el modelo energético renovable, sino los criterios para priorizar los tipos de energías y sus infraestructuras, su ubicación, teniendo en cuenta tanto sus beneficios como sus impactos y costes en el territorio”. También sugirió “la necesidad de plantearnos el modelo agroalimentario. La manera de producir y consumir nuestros productos puede marcar la diferencia entre ser parte de la solución para mitigar el cambio climático o agravar sus efectos».
Sequía no vista con anterioridad
Esta sequía empezó en otoño de 2020 y aflora como sequía a corto y largo plazo en la primavera de 2021 en la zona litoral y prelitoral central. Durante los años 2022 y 2023, ha ido ensanchándose, intensificándose y mostrando una persistencia inaudita.
En un contexto histórico de clima mediterráneo, las sequías se han ido sucediendo como fenómeno intrínseco. A partir de la década de los 80 son más predominantes. Pero el actual episodio es el que muestra mayor gravedad de toda la serie climática.
La racha seca acumula 36 meses consecutivos con valores sostenidos negativos y abarca el 50% del territorio. Hasta ahora, Cataluña sólo había llegado a los 19 meses en el episodio 2005-2008, cuando los niveles de escasez de agua fueron elevados.
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