La economía mundial parece estar atrapada en un círculo vicioso de carestías e inflación. La reactivación, en esta etapa aun pandémica, toma por sorpresa a los grandes motores de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. Los altos costos del gas, la electricidad y la gasolina están permeando en la actividad agrícola. Los precios de los alimentos, dijo la FAO, se han disparado hasta máximos de una década.
Los precios mundiales de los productos alimenticios aumentaron en septiembre. Debido a la escasez de la oferta y la fuerte demanda de productos básicos como el trigo y el aceite de palma, señaló la Organización de las Naciones para la Alimentación y la Agricultura.
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en un promedio de 130,0 puntos en septiembre, un aumento del 1,2 % respecto a agosto y del 32,8 % respecto del valor registrado en septiembre de 2020. El índice refleja la variación mensual de los precios internacionales de los productos alimenticios más comercializados. Entre ellos, los cereales, aceites y carne.
Esta convergencia de factores incide con mayor desproporción en los países pobres y, consecuentemente, en la vulnerabilidad de sus poblaciones. A la par de estos índices de precios, el director general de la FAO, Qu Dongyu, alertó sobre los nuevos peligros que se avecinan.
Recordó que ya en 2020, en el mundo pasaron hambre unos 811 millones de personas, mientras que más de 41 millones de personas corren el riesgo de caer en la hambruna. Por “la baja productividad, el cambio climático, la pandemia y los conflictos son las principales razones”. Ahora se unen los actos costos de la energía, de las materias primas y de los alimentos.
La FAO alerta sobre altos precios de los alimentos
Una oferta mayor pero insuficiente para cubrir la demanda, está elevando -entre otras razones- los precios de los alimentos, advierte la FAO.
Se prevé que la producción mundial de cereales de 2021 alcanzará el récord histórico de 2.800 millones de toneladas. Sin embargo, esta cifra es inferior a las necesidades previstas de consumo para la campaña de comercialización de 2021/22, según las previsiones de la organización.
En septiembre, el índice de precios de los cereales aumentó un 2,0 % con respecto al mes anterior. En concreto, los precios mundiales del trigo subieron casi un 4 % y llegaron a ser un 41 % más elevados que en 2020. Consecuencia de la reducción de las disponibilidades exportables en una situación de fuerte demanda.
Los precios mundiales del arroz también aumentaron en septiembre. Mientras que los del maíz experimentaron un crecimiento moderado del 0,3 %, lo que representa un incremento promedio interanual del 38 %. Esto, debido a que las perspectivas sobre las cosechas mejoraron.
“Entre los principales cereales, el trigo será el centro de atención en las próximas semanas, ya que se deberá evaluar la demanda en relación con el rápido aumento de los precios”, afirma el economista superior de la FAO, Abdolreza Abbassian.
Otros renglones importantes en la cadena de alimentos son los aceites y las carnes. El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en el 1,7 % respecto a agosto. Un 60 % más en doce meses hasta su nivel más alto desde el verano de 2008, en pleno auge de las materias primas.
Los precios internacionales del aceite de palma alcanzaron el nivel más alto en los últimos 10 años. Secuela de la fuerte demanda de importaciones y a la preocupación por la escasez de mano de obra migrante que afectaba a la producción en Malasia.
Aceites, carnes y lácteos en alza
Los precios de los alimentos, medidos por la FAO, se han disparado a niveles máximos, lo que influirá en su comercialización y consumo.
El reporte precisa además que el índice de precios de la carne de la agencia, permaneció casi inalterado en septiembre en comparación con el mes anterior. Aunque el aumento interanual fue del 26,3 %.
Las cotizaciones de la carne de ovino y bovino aumentaron debido a la escasez de la oferta. Entretanto, las de la carne de aves de corral y de cerdo descendieron debido al elevado volumen de la oferta mundial y a la disminución de la demanda en China y Europa, respectivamente.
El índice de precios de los productos lácteos aumentó 1,5 % desde agosto. Resultado de la fuerte demanda de importaciones a escala mundial y los factores estacionales de Europa y Oceanía procurando el alza de las cotizaciones internacionales de los lácteos, en especial de la mantequilla.
Por otra parte, los precios del azúcar aumentaron 0,5 % respecto del mes anterior y un 53,5 % respecto del año anterior, debido a las condiciones meteorológicas adversas. Así como al incremento de los precios del etanol en el Brasil, que es el mayor exportador de azúcar del mundo. La desaceleración de la demanda mundial de importaciones y las buenas perspectivas de producción en la India y Tailandia frenaron la presión alcista.
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