Por Iñigo Aduriz
04/12/2015
Mientras el resto del mundo occidental debate sobre el cambio climático y aborda la amenaza yihadista, en España arranca una nueva campaña electoral que culminará el próximo día 18. Dos días después, el 20 de diciembre, los ciudadanos están llamados a votar en unas elecciones generales inéditas en la democracia por la situación que atraviesa el país que mantiene una tasa de paro del 21,6%, las mayores cotas de desigualdad de la Unión Europea y afronta una previsible fragmentación del voto inusual en las últimas décadas.
La campaña se inicia oficialmente tras semanas de precampañas y mítines con dos principales novedades. Por un lado, la irrupción con fuerza de dos partidos políticos nuevos, Podemos y Ciudadanos, que podrían revolucionar el mapa electoral del país y la forma de hacer política, al romper los esquemas del bipartidismo que ha caracterizado el parlamentarismo español en los últimos treinta años. Por otro, las ansias de regeneración de la vida pública y de renovación existentes entre la ciudadanía, impulsadas por esas dos fuerzas nuevas y asumidas por las viejas.
Aunque previsibles, los mensajes que han lanzado los principales candidatos en los primeros minutos de la campaña también han sido novedosos. Los aspirantes de los dos principales partidos clásicos, PP y PSOE, apelaban al voto útil frente a la llegada de las inexperimentadas fuerzas de nuevo cuño. Y estas últimas, Podemos y Ciudadanos, llamaban en cambio a romper los esquemas tradicionales y a apostar por la renovación y la regeneración.
«Un partido serio»
El presidente del Gobierno y candidato a la reelección del PP ha optado por iniciar la campaña en la sede nacional de su partido, en la calle de Génova de Madrid. Allí ha asegurado que «han sido cuatro años difíciles» pero que, a su juicio, el PP «ha sabido gobernar». Entre gritos de «presidente, presidente» de los asistentes, Rajoy ha defendido «la unidad de España», ha reivindicado las medidas puestas en marcha por su Ejecutivo en los últimos cuatro años y ha asegurado que el suyo es «un partido y una organización seria».
«No somos un partido con un militante, no somos una coalición de coaliciones cada cual más alejada de la realidad», ha dicho, en clara alusión al que parece ser su principal rival de los comicios, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
En contra de la división de «la mayoría»
Desde Getafe, ciudad del llamado cinturón rojo de Madrid escogida por el candidato del PSOE, Pedro Sánchez ha asegurado que «al final las nuevas fuerzas políticas son viejos conocidos». Por eso ha insistido en que «el único partido de izquierdas que puede ganar a las derechas de Rajoy y de Rivera es el PSOE». Insistiendo en esa idea del voto útil y dirigiéndose especialmente a los potenciales votantes de Podemos o Unidad Popular, Sánchez ha asegurado que «la mayoría de españoles quiere cambio, pero si la mayoría se divide se pone freno al cambio».
El presidente de Ciudadanos y candidato a la presidencia del Gobierno, Albert Rivera, se sentía, por su parte, afortunado de liderar «el único proyecto» político que «genera ilusión en España», y «feliz» por tener «las ideas adecuadas» en el momento y el lugar «adecuado». Rivera, que ha optado por un céntrico hotel madrileño para arrancar su primera campaña electoral en unas generales se ha mostrado orgulloso de que su partido vaya «a competir con los dos viejos partidos».
La «remontada» de Podemos
«La ilusión de la gente nos va a llevar en volandas, huele a remontada», aseguraba, en cambio, el líder y candidato de Podemos a La Moncloa, Pablo Iglesias, único aspirante de un partido de ámbito estatal que no ha iniciado la campaña en Madrid. Lo ha hecho en Villaralbo (Zamora) donde ha afirmado que «en estas elecciones se elige entre pasado y futuro, entre lo viejo y lo nuevo». «Estamos orgullosos de representar el futuro», ha concluido.
También el candidato de Unidad Popular – IU a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, abría la campaña en Madrid dando por seguro un cambio político y advirtiendo de que será «ir a peor» si no se cuenta con Izquierda Unida. El malagueño se ha presentado como representante del movimiento 15M, y ha mostrado su determinación de «mantener viva la llama de los derechos».