Por Cambio16
27/08/2016
«La formación de gobierno hoy es más un deseo que un hecho», ha reconocido este sábado el presidente del Gobierno en funciones y del Partido Popular, Mariano Rajoy. Y es que el dirigente popular ha abierto el curso político en el municipio pontevedrés de Cotobade, en plenas negociaciones para su investidura, cuyo debate está fijado para los días 30 y 31 de agosto.
Mientras tanto, los equipos negociadores del PP y de Ciudadanos siguen conversando en el Congreso apurando el plazo que dio el partido de Albert Rivera y que concluirá esta noche. Desde la formación naranja han explicado en las últimas horas que aún no hay un acuerdo global, mientras el partido que preside Mariano Rajoy lo ve mucho más avanzado y espera cerrarlo en horas.
Según informan este sábado diferentes medios como El País y El Mundo, PP y Ciudadanos ya habrían acordado una reforma del Poder Judicial. Así, ambas formaciones habrían acordado cambiar la elección del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el órgano de gobierno de los jueces, para que 12 de sus 20 miembros sean elegidos por jueces y el resto por las Cortes. También habrían pactado limitaciones temporales para evitar puertas giratorias entre política y judicatura.
Puesta en escena el domingo
En todo caso, los negociadores de ambas formaciones seguirán dialogando, por grupos, e intercambiando papeles a lo largo de la jornada, mientras se acerca esa fecha límite del sábado por la tarde que puso ayer Ciudadanos.
Desde el PP aseguran que apenas quedan flecos, aunque fuentes de este partido aseguran que «siguen trabajando» para lograr el mayor consenso posible en todos los temas. Algunas voces populares admite además que ven en la posición de Ciudadanos cierta puesta en escena para que no parezca que están dispuestos al «sí» a Rajoy sin muchas condiciones.
La idea por parte de ambos partidos en cualquier caso es que, una vez cerrado, Mariano Rajoy y Albert Rivera protagonicen la ‘foto’ de este acuerdo de investidura, previsiblemente el domingo. A pesar del pacto, la unión de ambas formaciones necesitaría al menos 11 abstenciones o siete apoyos de otros grupos políticos para que la investidura salga adelante.