La estabilidad política alemana se trastocó en las últimas semanas. La presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer, quien era la potencial sucesora de Angela Merkel como canciller, renunciará a su cargo y a su candidatura como futura jefa de gobierno.
Un portavoz del CDU afirmó al diario El País que una vez el partido haya elegido un nuevo candidato, Kramp-Karrenbauer renunciará también a su puesto como presidenta del partido.
Das Präsidium der @cdu ist einstimmig meiner Linie gefolgt: Keine CDU-Minister in einem «Kabinett Kemmerich», keine Zusammenarbeit mit der AfD.
Am besten sollten die Wählerinnen und Wähler in Thüringen erneut die Wahl haben.— A. Kramp-Karrenbauer (@akk) February 5, 2020
Asimismo, está previsto que este lunes la misma Kramp-Karrenbauer se pronuncie en una rueda de prensa, explicando los motivos de su dimisión.
No obstante, todo indica que la decisión fue tomada luego de que su partido pactara con los sectores de la ultraderecha para elegir a un candidato liberal como presidente del Parlamento regional en la localidad de Turingia, en el este del país.
La línea roja que nunca debió ser cruzada
La estabilidad política de Alemania había sido duradera. Hasta el momento, todos los partidos políticos tenían sus diferencias ideológicas, pero se habían puesto de acuerdo para mantener a raya a los sectores de la ultraderecha.
Sin embargo, ese cordón sanitario se rompió la semana pasada, luego de que el CDU pactara con el partido del extrema derecha para elegir a un candidato liberal, Thomas Kemmerich.
Veto a la ultraderecha
La coalición de gobierno liderada por Angela Merkel reitera que no habrá ningún tipo de cooperación con la Alternativa para Alemania (AfD) a ningún nivel. CDU y SPD llaman además a celebrar pronto elecciones regionales en Turingia. (a)
#Thüringen2020 pic.twitter.com/5W83r1jugm
— DW Español (@dw_espanol) February 8, 2020
Fue la primera vez que un candidato de un parlamento alemán es proclamado con los votos de los «ultras». El CDU de Turingia votó en contra de las directrices del partido en Berlín y de las órdenes de la propia Kramp-Karrenbauer.
La misma Merkel, quien se encontraba en la ciudad de Pretoria, tuvo que intervernir: «es inaceptable, inexcusable y debería revertirse», dijo la canciller.
Angela Merkel: «Un mal día para la democracia»
La elección de Thomas Kemmerich destruye el consenso de postguerra entre los partidos tradicionales de evitar a la extrema derecha.
Muchos miembros de la cámara mostraron su indignación y le lanzaron un ramo de flores a Kemmerich, en vez de entregárselo en las manos.
«Fue un mal día para la democracia”, agregó Merkel durante su viaje a Pretoria.
Es gab kein Angebot an Frau Hennig-Wellsow ein Ministeramt zu übernehmen.
— Thomas L. Kemmerich (@KemmerichThL) February 8, 2020
Por su parte, Kemmerich defendió su posición y aseguró que “no hubo una cooperación con la AFD (ultraderechista Alternativa por Alemania), no la hay y no la habrá”
Se derrumba la continuidad
La renuncia de Kramp-Karrenbauer, actual ministra de defensa y presidenta del partido desde diciembre de 2018, dejará un mar de incertidumbre en el CDU.
Kramp-Karrenbauer representa la continuidad de las políticas centristas de Angela Merkel. Su salida complica la sucesión de la canciller, cuyo cuarto y último mandato está previsto que finalice en 2021.
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