Es lunes y son las 6:00 de la mañana. Suena el despertador y tienes dos opciones: levantarte de inmediato de la cama o posponer la alarma «cinco minutos más» ¿cuál eliges? ¿Y el resto de la semana? Si es común que elijas la segunda opción y prefieras posponer la alarma cinco o diez minutos más es probable que estés tomando una decisión perjudicial para tu ciclo natural de sueño. Así lo afirma una reciente investigación que evaluó el comportamiento de un grupo de personas para poder explicar esa fase previa que realizan las personas antes de levantarse de la cama cada día.
Poner varias alarmas o posponer una y otra vez el despertador hasta finalmente despertarse es más común de lo que pensamos. La primera alarma que suena mientras dormimos se considera una interrupción del ciclo natural del sueño. En esos cinco minutos entre alarma y alarma no estamos completamente dormidos pero tampoco estamos despiertos.
Hay un verbo que se refiere a este proceso de sueño en el que entramos, «dormitar», según los expertos en sueño se trata un comportamiento dañino porque disminuye la calidad y la cantidad de sueño. Lo ideal es despertarse de manera natural, sin embargo, no es tan fácil como solo decirlo.
Al dormitar desaprovechas el sueño profundo
Para los expertos despertarse de manera natural significa poner solo una alarma y al oírla despertarse, levantarse de la cama y comenzar con el día. Hacerlo así es fundamental para aprovechar hasta el último momento las opciones de sueño profundo. Y es que, una vez suene el despertador por primera vez entraremos en la fase de dormitar, es decir, en un sueño muy superficial y poco reparador.
El estudio publicado en SLEEP, la revista oficial de la Sociedad de Investigación del Sueño (SRS) de la Universidad de Oxford, encontró que dormitar es un método de reducción de la inercia del sueño que utiliza el sistema de estrés.
Dormitar o usar varias alarmas para despertarse prácticamente no se ha estudiado en el pasado y por ello no tiene una definición acordada. En el estudio los autores definieron «dormitar» como despertarse con una alarma después de que una alarma inicial ya haya generado cierto grado de alerta. Por ejemplo, una persona que configura dos alarmas, una para las 06:45 a. m. y otra para las 07:00 a. m. con la intención de despertarse por completo a las 07:00 a. m. Hacer esto no es lo ideal ya que está cambiando 15 minutos de calidad por otros 15 minutos que realmente no le servirán para descansar.
Expertos del sueño desaconsejan dormitar
Los científicos del sueño y los profesionales médicos desaconsejan dormitar, pero no hay consenso sobre por qué hacerlo es malo, ni con qué frecuencia ocurre. En la investigación de Oxford por primera vez los autores evaluaron esta etapa «entre dormido y despierto» en una gran población. Descubriendo que más del 50 % de los adultos que fueron parte de la muestra dormitaban habitualmente.
El ciclo natural del sueño ocurre cuando despertamos de forma natural sin una alarma que nos despierte. El despertar naturalmente llega cuando ya hemos cumplido todas las fases del sueño, pasando incluso por las fases más ligeras o de sueño menos profundo. Despertando naturalmente podemos estar activos y a pleno rendimiento pocos minutos después de levantarnos de la cama.
Interrumpir el ciclo natural del sueño produce estrés
El uso del despertador se da mayormente cuando debemos ponerle límites a nuestro sueño. Usualmente cuando son pocas las horas que debemos dormir. Dormir poco en muchos casos es dormir mal, y va de la mano con esos «cinco minutos más» que necesitamos para poder levantarnos del todo. Según los científicos una persona tiene esa necesidad de posponer la alarma porque tiene falta de sueño. «A nadie le cuesta despertarse si duerme 8 horas seguidas todos los días.
Dormitar o posponer la alarma una vez cada mañana también provoca una respuesta de estrés, lo que supone un aumento del cortisol y de la frecuencia cardiaca. El estrés promueve el estado de alerta y disminuye la somnolencia y la capacidad de conciliar el sueño. Si, en cambio, son varias las alarmas que posponemos en la mañana podríamos invocar una respuesta de estrés aún mayor, según los expertos.
Aún faltan muchas investigaciones ya que esta es solo la primera que evalúa esta etapa del sueño. Solo así podremos saber con certeza cómo afecta el «dormitar» a nuestra salud y nuestro ciclo natural de sueño. Sin embargo, es habitual sentirse aún más cansado varios minutos después de posponer la alarma, que cuando lo hiciste la primera vez.