El Gobierno de Portugal declaró otra vez el estado de alerta por el fuerte riesgo de incendios desde el domingo hasta este martes a causa de las altas temperaturas. Sin embargo, para este lunes 27 de julio se había extinguido el incendio rural de la localidad de Oleiros; se creía que este no se iba a poder controlar sino hasta el martes o miércoles. Aún sigue presente la sombra de la tragedia en la que murieron al menos 65 personas calcinadas hace tres años.
Este 26 de julio el Gobierno anunció, por segunda vez en los últimos diez días, el estado de alerta por 48 horas, que empezaría el mismo domingo a la medianoche y terminaría este martes.
La medida se adoptó por el gran riesgo que había de que se agravaran los incendios rurales, debido a las previsiones meteorológicas, en la mayor parte de los municipios continentales.
No obstante, este lunes en la mañana se extinguió el incendio de Oleiros, de la región de Castelo Branco, en el este del país y limítrofe con España.
Las altas temperaturas de las últimas semanas han hecho que muchas zonas de bosque hayan quedado secas. La declaración del estado de alerta les permite a los funcionarios de alta jerarquía alertar a los equipos de bomberos para que se movilicen rápidamente.
“Es la segunda vez en diez días que el Gobierno toma esta medida en un tórrido julio”, señaló la agencia de noticias AP. Se esperaba que la temperatura a la sombra de algunas zonas del interior del país llegara a los 37 °C.
Este domingo más de 850 bomberos estaban combatiendo contra el incendio rural de Oleiros. Se parte del hecho de que el cambio en la dirección del viento y un pequeño descenso en las temperaturas de este domingo en la noche fueron cruciales para el control del fuego.
El incendio, que comenzó el sábado, llegó hasta las localidades vecinas de Sertã y Proencã-a-Nova. Se calcula que ardieron 6.000 hectáreas. Para este lunes en la mañana los funcionarios seguían en la zona a fin de evitar reactivaciones.
“El avance del fuego obligó a evacuar parcialmente tres aldeas cercanas este domingo, aunque no hubo riesgo para nadie”, declaró Luis Belo Costa, comandante de Protección Civil en la zona, de acuerdo con información de La Vanguardia. Belo no contaba con reportes de daños en viviendas.
Funcionarios estaban preocupados porque consideraban que quizás no iban a poder controlar el incendio sino hasta el martes o miércoles. Pensaban que podía avanzar en vista, también, de las condiciones del terreno, que alberga a pequeñas poblaciones.
Este sábado murió un bombero en un accidente de tránsito y siete sufrieron heridas. El funcionario formaba parte del Departamento de Bomberos de Proencã-a-Nova. Para ese día había siete incendios forestales activos en Portugal.
La declaración de alerta prohíbe la realización de trabajos forestales y rurales, incendios, el uso de fuegos artificiales. También, el acceso y la permanencia en áreas forestales. Se exceptúan las labores de alimentación de animales y el combate contra los incendios.
El ministro de Administración Interna, Eduardo Cabrita, indicó que la medida se tomó después de comprobar que una buena parte de los incendios de los últimos días eran evitables. Habían sido causados por actividades como barbacoas o labores agrícolas.
Para el 19 de julio Protección Civil reportó 458 incendios. Ya se había anunciado que estaban en un periodo crítico hasta el 30 de septiembre.
Se espera que esta semana las temperaturas sigan siendo altas después de que algunas zonas del Alentejo llegaran a los 40 °C. Este martes se calcula que en el norte la temperatura va a ser de 35 °C; en el centro, de 36 °C, y en el sur, de 33 °C.
Estado de alerta el fin de semana pasado
Anteriormente, el Gobierno declaró el estado de alerta en todo el territorio continental desde el 17 hasta el 19 de julio. El motivo también fueron las previsiones meteorológicas que hacían suponer un fuerte riesgo de incendios forestales en los días siguientes.
Las altas temperaturas hicieron que el Dispositivo Especial de Combate de Incendios Rurales activara la alerta roja. La medida comprendió diez distritos del norte y el centro de Portugal.
En los ocho distritos restantes se aplicó el alerta naranja. La medida se empleó en ciudades como Lisboa, Évora, Oporto, Braga.
La sombra del incendio de 2017
Entre el 17 y el 24 de junio de 2017 murieron al menos 65 personas y 135 resultaron heridas, entre ellos, bomberos, en un incendio forestal que afectó al centro de Portugal. La mayor parte de las muertes ocurrió en Pedrogão Grande, municipio del centro del país y donde comenzó el incendio.
Una fuerte ola de calor precedió el incendio con zonas de Portugal donde la temperatura pasaba de los 40 °C. Entre el 17 y el 18 de junio en la noche un cordón de fuego, 156 incendios, se extendieron en la nación, pero sobre todo en zonas montañosas del norte y noreste de Lisboa.
La mayor cantidad de muertes ocurrió en una carretera rural de Pedrogão Grande: 47 personas fallecieron cuando el fuego llegó al área. De ellas, 30 murieron en sus vehículos, y otras 17, cuando trataron de huir a pie.
Once personas más murieron en Nordeirinho, pueblo del mismo Pedrogão Grande, cerca de la carretera IC8. Pequeñas comunidades quedaron muy afectadas.
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