Por Cambio16
09/02/2018
Explicar por qué nos enamoramos puede resultar una cosa muy esplendorosa. Pero la ciencia, en su afán de explicarnos el mundo, también ha ahondado en esa cuestión para revelarnos que la razón más inherente es también probablemente la menos romántica.
El amor, cuando lo encontramos, nos vuelve ansiosos por disfrutar el botín. Pero, ¿qué hay en los humanos que nos hace anhelar el amor en primer lugar?. «La ‘unión de pares’ humana es un impulso para mantener a la especie en existencia», explica el Dr. Nicki Nance, psicoterapeuta del Beacon College en Florida. Con el tiempo, la tendencia a encontrar una conexión amorosa evolucionó de las relaciones basadas en la necesidad a las del disfrute. Si no tuviéramos historias de amor para establecer la expectativa de enamorarnos, es posible que no lo hagamos. Sin embargo, aún así nos vincularíamos», agrega el especialista.
Por consiguiente, agrega, las relaciones de pareja son más exitosas cuando componentes clave como el compañerismo y el compromiso están presentes.
Pero, ¿Por qué nos enamoramos?
Las respuestas científicas a por qué nos enamoramos y cómo lo hacemos se deben comenzar a buscar en nuestra infancia. Las etapas iniciales del amor, así como la forma en que lo buscamos y lo damos a lo largo de nuestras vidas, depende mucho de nuestros padres. La psicóloga Beverly Palmer autora de «Love Demystified: Strategies for a Successful Love Life». (Amor desmistificado: estrategias para una vida amorosa exitosa) explica. «Nacemos como infantes indefensos, dependientes de nuestros padres para satisfacer nuestras necesidades. El amor se convierte en satisfacción de la necesidad y buscamos este mismo amor como adultos».
El amor de sus padres determina el por qué nos enamoramos y cómo amaremos de adultos, dice la psicóloga. «Si sus padres cumplen su necesidad de ser alimentado emocionalmente, al convertirse en adulto tendrás amor para dar. Pero si sus necesidades emocionales no se nutrieron, podría convertirse en adulto, digamos, exigente y ansioso que sigue buscando el amor que perdió de niño».
Eso no quiere decir que la gente proveniente de familias con alguna disfuncionalidad o carencia no puedan enamorarse. Pero puede ser que tenga que hacer algún trabajo extra para resolver sus problemas y llegar allí.
Cuerpo y corazón… y cerebro
Al pensar en el por qué nos enamoramos «ponemos a prueba cuerpo y corazón» -cual canción de Mecano-. Pero en la química del amor, el cerebro es el que manda. «Nuestro cerebro está configurado para favorecer el vínculo entre pares. Cuando las personas se enamoran, entran en un estado de limerencia. Una forma elegante de decir enamoramiento u obsesión. Esto sucede porque nuestros cerebros y hormonas se vuelven salvajes cuando se enfrentan a un interés amoroso sincero.
«Cuando estamos en compañía del ser querido, el cerebro produce más serotonina. Por lo cual sentimos una una sensación de bienestar. Producimos más endorfinas, que son analgésicos naturales, y más dopamina, lo que aumenta el placer. La buena sensación es una recompensa que nos hace querer más», explica Nance.
Las reacciones hormonales no se limitan al amor romántico. Ver imágenes de belleza, naturaleza, un ser querido o incluso su querida mascota, puede hacernos sentir relajados o producir emociones amorosas, liberando oxitocina en el torrente sanguíne. La oxitocina se considera como la «hormona del amor».
Por qué algunas personas se enamoran más fácilmente
Ocasionalmente, los ojos se cruzan en la habitación y el resto es historia. Pero para muchos, saber por qué nos enamoramos es complicado. «Para encontrar el amor, primero debemos ser capaces de dar amor, y debemos tener este amor para dar dentro de nosotros mismos. Cuando te sientes «en el mercado» lo proyectas y otras personas lo notan», dice Palmer. «La persona que no se siente digna de amor no puede presentarse de esa forma».
Esta falta de confianza se traduce en necesidad, lo que repele posibles intereses amorosos. «Cuanto más busca la persona solitaria el amor, más se le escapa. Cuanto más necesitados aparecen, menos posibilidades hay de que alguien entre en su vida para satisfacer esas necesidades», agrega, señalando que es fundamental «amarse a sí mismos».
Una vez que estás listo para amarte y estás abierto al amor exterior, el resto es el tiempo, la química y el terreno común. Y aunque el viejo dicho «los opuestos se atraen» sigue siendo frecuente, en la mayoría de los casos es falso. «El objetivo es encontrar a alguien que comparta sus mismos valores, desee las mismas cosas para la relación que usted, naturalmente, está de acuerdo con usted en cómo obtener esas cosas» agrega Nance.
¿En qué estaba pensando cuando me enamoré de es@?
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¿Alguna vez evocaste un romance adolescente y te preguntaste qué estabas pensando? No eres el único. «La verdad es que realmente no empezamos a elaborar un ‘proceso de selección de pareja’ o ‘lista de personas que deben tener’ hasta después de haber experimentado un dolor de corazón, traición y desilusión», dicen los expertos. «Lo que pensemos que sea para un compañero ideal a los 17 años no será lo que queremos para un compañero a los 25 o 35 años».