Con decenas de viajes espaciales y satélites orbitando alrededor del planeta, todavía hay personas que piensan que la Tierra es plana. No es broma, es una corriente de pensamiento que pretende borrar de un plumazo miles de años de investigación y el avance indetenible del hombre en la ciencia y la astronomía. ¿Qué persiguen? ¿Tienen seguidores? ¿Ignorancia o arrogancia?
Otra corriente, también desechado por expertos en la materia, intentó desconocer o, al menos poner en duda, la llegada del hombre a la Luna. Más o menos estas negaciones llevan rondando unos tres o cuatro años y cada tanto tiempo cobran notoriedad .
Dicen que Kyrie Irving, una estrella del baloncesto de fama mundial con más de 4 millones de seguidores en Twitter, lanzó a través de su cuenta el mensaje: «La Tierra es plana, la Tierra es plana”. Era febrero de 2017, dos días antes del Juego de la NBA. Detrás de su afirmación disertó sobre su idea, sostenida en “una investigación” de la cual no dio detalles. El mensaje derivó en asombro o hilaridad en su abultada audiencia.
Hace más de 2.700 años, el erudito griego Eratóstenes llevó a cabo una demostración muy sencilla. Determinó la forma de la Tierra poniendo un palo en el suelo y haciendo cálculos matemáticos. Contrastó la manera en la que el sol proyectaba sobre diferentes lugares (Asuán y Alejandría) a la misma hora. Si la tierra es plana, la luz debe llegar de la misma manera a lugares con latitudes parecidas. Al no ser así, solo podía ser por una curvatura hasta ahora desconocida. Un hallazgo tal vez incipiente para los entendidos, pero de gran importancia para la época.
En esos pasos también estuvieron con antelación Pitágoras, Heródoto, Platón, Aristóteles. Para abreviar la historia, la NASA consolidó la demostración científica de la redondez de la Tierra. Sin embargo, un grupete cree que es una osadía asegurarlo.
¿La Tierra es tan plana, como que 2+2 son 22?
Las personas que piensan que la Tierra es plana afirman que hemos vivido bajo una gran mentira, la redondez planetaria, y que los poderes mundiales que han sacado provecho.
«Existe el síndrome del impostor, en el que cuanto más sabes, menos seguro te sientes. En el lado contrario está el efecto Dunning-Kruger, en el que personas sin conocimiento en algo creen que dominan la cuestión», dice Hannalore Gerlin-Dunsmore, astrofísica de Caltech en el documental “La Tierra es plana”, por Netflix.
«Siempre he considerado que la ciencia es una cuestión de fe», dicen en la serie Rick y Morty cuando debaten si Plutón es un planeta. Al igual que estos personajes, los terraplanistas rechazan los argumentos científicos. Las ideas las echan al ruedo a ver quien las recoge.
Mientras tanto, Alex Riveiro, divulgador científico que se las ha visto con este movimiento en redes da su opinión a Público. «Los terraplanistas no tienen base científica y la mayoría de ellos saben que mienten. No olvidemos que son gente que vende libros. Cada oportunidad de exposición los beneficias», dijo.
Apuntó que si hay gente que cree que la Tierra es plana es porque el sistema educativo tiene algún problema y muy serio. «Los que divulgan el terraplanismo, en su inmensa mayoría, saben la verdad. Solo están buscando una fuente de financiación. Afirman que es plana y agregan cosas del tipo ‘para saber más acude a mi libro, o a mi canal de YouTube’, no falla», añade.
Los terraplanistas al borde del planeta
¿Será que el talento de aquellos que asumen que la Tierra es plana no le da para crear sino para destruir? En este ardid se tejen intereses de notoriedad, económicos, y también, no podía faltar, los conspirativos. Y cada vez más gran cantidad de personas siguen a pies juntillas esas ideas disparatadas. El volumen crece.
Hay quien entrega incluso su vida por esta creencia, como le ocurrió al mediático Mike Hughes. Murió hace un año cuando le falló el cohete casero con el que pretendía fotografiar la Tierra desde el espacio para demostrar que es plana. Lamentable episodio.
También en 2020, un grupo de terraplanistas tuvo que ser rescatado de alta mar cuanto trataba de encontrar “el fin del mundo”. Algunos juegan fútbol, el esférico de los narradores de los partidos que transmiten por televisión, para reivindicar que la Tierra es plana. El Flat Earth FC, un equipo de fútbol mostoleño de tercera división, no tiene estadio donde entrenar, pero sí convicciones terraplanistas férreas. Su meta es marcarle un gol, una diana, un chutazo, a la ciencia.
“En verdad hay gente que necesita creer que los medios de comunicación mienten para reafirmarse en sus puntos de vista. Además, está internet, las redes y los bulos argumentar y demostrar lo que se quiera y como se quiera. A la medida del usuario», indicó Riveiro.
Más atención a las noticias falsas
Óliver Ibañez, un youtuber y fomentador de que la Tierra es plana, aseguró que «lo hacen para ocultar a Dios, el objetivo final». Confió a Público, que no es católico y que cree que el Vaticano está pringado en la trama que intenta tapar la auténtica forma de la Tierra. «Si estás en el mundo de la conspiración es más fácil de entender», argumentó.
«La manera de ver el mundo que nos ofrece la NASA nos empequeñece. Ahí entra el Big Bang y la evolución. Nos dicen que todo es aleatorio, que no hay un creador. Quieren ocultarnos la existencia de un creador y nos dicen que somos una mota de polvo creada por el azar», dijo. Ibañez se lió en una controversia por Twitter con Pedro Duque, astronauta y ministro de Ciencia.
Esther Peñas, periodista y escritora española, sostiene para Ethic que «el cableado neuronal humano responde mucho mejor a las emociones que a los datos. «Traficar con sospechas y detectar las conspiraciones que rigen la sociedad, nos coloca en un plano (este sí) de cierta superioridad. Al tiempo que segrega endorfinas (somos ‘los elegidos’, los que sabemos aquello que el resto -aborregado, intelectualmente cautivo– es incapaz de observar”.
Llámese narcisismo, si procede, agrega, pero el conocimiento científico requiere cierto nivel de abstracción ya que hay fenómenos, como el que estamos tratando, que no se deducen de nuestra experiencia directa”.
John V. Petrocelli, profesor de psicología en la Universidad de Wake Forest, escribió para Lithub que “ahora vivimos en un mundo que presta cada vez más atención a las noticias falsas, a los artículos de opinión de las redes y las teorías intrigantes, pero sin fundamento, y menos atención a la ciencia, el escepticismo y al buen pensamiento crítico”.