El obispo Álvarez es hostigado por las fuerzas policiales desde 2018, cuando varios templos de su Diócesis abrieron las puertas para darles refugio y protección a los manifestantes y heridos que huían de la represión.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo