Un equipo científico español acaba de desarrollar un procedimiento para recuperar estaño de una mina de la provincia de Orense. De la escoria resultante se extraen dos de los metales que más valora la industria tecnológica: el niobio y el tántalo.
Se trata de los primeros compuestos de esas materias primas sintetizados en España.
Este trabajo fue liderado por el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), en el CENIM (Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas).
Un recurso estratégico
El niobio y tántalo, combinados en una proporción variable, componen lo que se conoce coloquialmente como coltán. Este material, relativamente escaso, «forma parte de los minerales estratégicos para la Unión Europea por sus propiedades para fabricar la mayoría de los dispositivos electrónicos que nos rodean, desde smartphones a consolas de videojuegos”. Así lo explicó Félix Antonio López, investigador del CENIM.
López lidera el proyecto ESTANNIO, en colaboración con las empresas Strategic Mineral y KROWN. Este programa busca diseñar procesos para aprovechar los residuos mineros de la mina de Penouta, en la aldea de Viana do Bolo (Ourense). Se trata de la única mina en Europa en la que se explotan estos minerales estratégicos.
La empresa Rumasa operó este yacimiento hasta su cierre en 1982. Esta actividad generó una gran cantidad de residuos que contienen estos valiosos minerales.
Investigadores del CSIC obtienen por primera vez en España niobio y tántalo, el oro negro de los teléfonos móviles
El @CENIM_CSIC ha desarrollado un proceso que consigue estos dos elementos del coltán a partir de la escoria de la obtención del estaño ➡️https://t.co/TTmNtkh0sF pic.twitter.com/uC8nKnuztR— CSIC (@CSIC) February 4, 2020
Generador de conflictos
La demanda mundial de estos materiales han experimentado un rápido aumento. Pero su obtención está vinculada a zonas con explotación infantil y conflictos bélicos, como el Congo. Por ello, se hace esencial lograr una alternativa que permita obtener estos minerales en zonas libres de confrontaciones, como es el caso de los países europeos.
A partir de los minerales extraídos en la mina, los investigadores del CENIM desarrollaron un proceso que permite obtener estaño de alta pureza. Posteriormente, de la escoria resultante, producen compuestos de niobio y tántalo.
Se estima que la vida útil de la mina será de 35 a 40 años, como mínimo. Además, los trabajos en la mina de Penouta no han producido rechazo social, ya que su reactivación ha generado empleo en el municipio. Asimismo, tampoco existe riesgo medioambiental, pues “el proceso de obtención de los concentrados no lo implica”, informó Francisco Polonio, director de Strategic Minerals.
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