El Instituto Karolinska de Estocolmo indicó que los científicos Katalin Karikó, de Hungría, y Drew Weissman, de Estados Unidos, lograron con sus aportes «sobre modificaciones de bases de nucleósidos» la posibilidad de que se produjeran vacunas eficaces contra la COVID-19. Sus aportes fueron fundamentales para el desarrollo de las vacunas de ARN mensajero, en momentos en que la salud de los seres humanos estuvo amenazada de una manera sin precedentes en la historia contemporánea. La contribución agilizó la lucha contra la pandemia de COVID-19 en 2020.
Subrayó que los innovadores estudios de los científicos ofrecieron una perspectiva fundamental para la comprensión «de cómo interactúa el ARNm con nuestro sistema inmunológico». El jurado del Nobel destacó también la importancia de la revolucionaria tecnología de cara al futuro.
«La impresionante flexibilidad y velocidad con la que se pueden desarrollar vacunas de ARNm allanan el camino para utilizar la nueva plataforma también para vacunas contra otras enfermedades infecciosas». Añadió que «en el futuro, la tecnología también podrá utilizarse para administrar proteínas terapéuticas y tratar algunos tipos de cáncer».
La vida de los galardonados
La bioquímica Katalin Karikó nació en enero de 1955 en Szolnok (Hungría). Se graduó de bióloga en la Universidad de Szeged de su país en 1978, y se doctoró en Bioquímica en 1982. Desde entonces se interesó en el estudio del ARN. En 1985 emigró a Estados Unidos con su familia.
Drew Weissman es estadounidense. Nació en Lexington, Massachusetts y es profesor en la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, donde trabaja sobre el ARN.
Karikó es la décimo tercera mujer que obtiene el Nobel de Medicina. Como vicepresidente de la BioNTech, compañía farmacéutica que desarrolló con Pfizer una de las vacunas utilizadas para luchar contra el SARS-Cov-2, la científica se convirtió en una pionera. Pero Karikó no estuvo sola en este proyecto, en el que venía trabajando desde hacía varios años con el doctor Weissman.
¿Qué es el ARN mensajero?
El ARN mensajero es un tipo de molécula de ácido ribonucleico que participa en la síntesis de proteína del organismo humano. Se le llama mensajero porque transporta la información codificada en el ADN a los ribosomas, donde se produce la síntesis proteica. Una vez en el núcleo de la célula y a través del proceso de transcripción, el ADN se utiliza para generar nuevas moléculas de ARN que complementan de la molécula original.
Los virus de ARN (como el que causó la pandemia de COVID-19) se valen de este mecanismo para infectar las células humanas y producir copias de su propio código genético. Así se replican en el cuerpo. A diferencia de las vacunas tradicionales, elaboradas a partir de virus debilitados o fragmentos del virus, que inducen al sistema inmune a generar anticuerpos, las vacunas de ARN mensajero impulsan al organismo a producir una proteína del virus sin de inyectarlo.
Un método más seguro y simple
Con sus investigaciones, los científicos lograron crear en el laboratorio un ARN mensajero que contiene una copia de parte del código genético viral. Este ARN permite que las células del cuerpo fabriquen la proteína característica del virus, lo que alerta al sistema inmunitario de la persona vacunada.
«Esta técnica tiene algunas ventajas. Como no usa el virus, no hay peligro de que cause infecciones en personas con muy baja inmunidad, algo que puede ocurrir con vacunas como la de la fiebre amarilla o la de poliomielitis», dijo Norbert Pardi, inmunólogo y profesor de la Universidad de Pensilvania. Añadió que es un método más sencillo y seguro que no exige mantener complejos de cultivos celulares ni sistemas de purificación en los laboratorios.
La farmacéutica Pfizer aseguró que el uso de ARN obtenido en el laboratorio acelera la elaboración de vacunas, frente a la producción de las convencionales. «Producir la cepa correcta de un virus puede ser difícil y crear virus suficiente para miles de dosis puede llevar meses», asentó.
«Dado que la producción de una vacuna de ARNm utiliza métodos artificiales, puede ofrecer un enfoque más flexible para patógenos que están evolucionando rápido y dar una respuesta más veloz a grandes brotes o pandemias», añadió.
Los galardonados recibirán un diploma, una medalla de oro y un cheque de un millón de dólares, en una ceremonia oficial que se celebrará en Estocolmo, Suecia, el 10 de diciembre próximo.
Esta semana se conocerán también los ganadores de los nobeles de Física, Química, Literatura y de la Paz.
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