El rey emérito Juan Carlos decidió abandonar España y le comunicó la decisión a Felipe VI, su hijo, en una carta. En un comunicado emitido por la Casa Real se informa que Juan Carlos I partió el domingo. En la misiva expone que tomó la decisión con profundo sentimiento y gran serenidad. Ante la decisión del padre, el rey le expresó su sentido respeto y agradecimiento.
Durante varios meses el ambiente político español ha estado enturbiado por la campaña emprendida por los sectores independentistas y de la izquierda más radicalizada en contra de la monarquía, que encontró municiones en los manejos poco diáfanos de Juan Carlos de fondos en el exterior no declarados a Hacienda. En especial una donación de 65 millones de euros que habría recibido en 2008. Y que regaló a su entonces amiga Corinna Larsen.
El distanciamiento entre padre e hijo
El 15 de marzo, al destaparse los enredos financieros del padre, el rey compareció ante un notario para expresar pública y oficialmente su renuncia a herencias de fondos que no fueran transparentes. En paralelo le retiró a Juan Carlos I su asignación anual de los presupuestos generales de la Casa del Rey de casi 200.000 euros anuales.
Desde junio de 2019 el rey emérito abandonó toda actividad pública, pero los miembros de la coalición que gobierna no les pareció suficiente y acentuaron las presiones para alejarlo más del Palacio de la Zarzuela y se le despojara del título de rey. En la prensa ganada por el filibusterismo arreció la campaña contra la monarquía, pero con Juan Carlos como cabeza de turco.
El comunicado no especifica en qué país se radicará, pero presenta su ida como un paso que dio consensuado con su hijo. Su abogado, Javier Sánchez-Junco, emitió una nota en la que asegura que Juan Carlos I “permanece a disposición a todo momento del Ministerio Fiscal para cualquier trámite o actuación que considere oportuna”. Fue su manera de decir que el traslado al extranjero no supone un intento del rey emérito de eludir la acción de la justicia.
El rey Juan Carlos se traslada fuera de España
En la misiva a su hijo, Juan Carlo I manifiesta que con el mismo afán de servicio a España que inspiró su jefatura de Estado y ante la repercusión publica que están generando acontecimientos de su vida privada, tomó la decisión de trasladarse fuera de España. Asegura que es una manera de contribuir a facilitar el ejercicio de las funciones de jefe del Estado a Felipe VI. “Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen”, asienta.
Asegura que tomó la decisión convencido de que presta así el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y al propio rey. “Fui rey de España durante 40 años y durante todos ellos siempre quise lo mejor para España y para la Corona”, remarcó.
La Casa del Rey informó que Felipe VI, luego de transmitirle su respeto y agradecimiento por la decisión, remarcó “la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política institucional de servicio a España y a la democracia”.
No pierde el título de rey honorario ni su pertenencia a la Familia Real
Aunque esté fuera de España, Juan Carlos I no perderá el título honorífico, de rey, que le concedió un real decreto de junio de 2014, y que no conlleva ningún privilegio asociado. Juan Carlos se ha negado a renunciar al título voluntariamente y su hijo no ha querido despojarlo en contra de su voluntad. Tampoco dejar de ser parte de la familia real (que Felipe VI la redujo a sus padres y sus hijas al excluir a sus hermanas) y como tal está sujeto a la prohibición de recibir regalos de terceros incompatibles con su posición.
Juan Carlos I no está siendo investigado por las autoridades judiciales suizas, aunque no descartan hacerlo en el futuro. Aunque en junio de 2014 perdió el blindaje constitucional, el rey emérito está aforado en el Supremo y la Fiscalía del alto tribunal asumió el caso. Investigan si hay indicios suficientes de que el ex jefe de Estado ha cometido algún delito. Uno sería blanqueo de capitales y delito fiscal ( un fraude a la Hacienda Pública por más de 120.000 euros).
¿Posición salomónica para presionar la ida del rey?
Mientras el PSOE, el PP y Ciudadanos han mostrado un respaldo a la Monarquía, en tonos distintos, Podemos y las demás formaciones de izquierdas y nacionalistas cuestionaron el traslado “fuera de España” y lo relacionaron con un presunto interés de evadir las investigaciones judiciales. El PSOE insistió en su apoyo al trabajo y compromiso de Felipe VI. El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, manifestó su opinión el 8 de julio, cuando los ataques a la Monarquía con la excusa de la conducta de Juan Carlos estaban bien enardecidos. Sánchez intentó una posición salomónica. Calificó de “inquietantes y perturbadoras” las noticias, no la campaña, pero dejó claro que cualquier decisión al respecto correspondía al jefe de la Casa del Rey.
Finalmente, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, comparó en las redes sociales la decisión de Juan Carlos I con la marcha de Alfonso XIII, que abandonó España tras la proclamación de la Segunda República, en 1931. “Felipe VI es a partir de hoy un rey aún más cómplice del legado oscuro de su padre”, publicó en Twitter.
La reina Sofía se queda, Juan Carlos abandona España
La madre de Felipe VI mantendrá su residencia y sus funciones como miembro de la Casa Real, como lo ha venido haciendo desde 2014. Actualmente se encuentra de vacaciones en el Palacio de Marivent de Palma. Ha quedado al margen de la controversia al no tener relación con las finanzas opacas de Juan Carlo I. Ambos están distanciados en el plano sentimental desde hace varios años.
Aunque su actividad social y familiar ha menguado, mantiene activo su lado más solidario apoyando iniciativas como el combate contra los residuos plásticos en el mar.
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