Recientes están los récords de temperaturas altas en uno de los veranos más sofocantes de la década, con olas de calor y lluvias excepcionalmente bajas en todo el hemisferio norte. “El cambio climático hizo veinte veces más probable que ocurrieran estos fenómenos naturales extremos”, según investigadores del World Weather Attribution.
La intensidad y permanencia de estas temperaturas, incluso en rangos superiores a los 40 º C, derivó en escasez de agua, incendios extensos, grandes pérdidas de cultivos y altos precios de los alimentos.
Además, estas condiciones climáticas atípicas dieron lugar a suelos muy secos, particularmente en Francia, Alemania y otros países de Europa centro-occidental. También China experimentó temperaturas inusualmente altas y sequías. Así como en otras regiones del planeta.
Científicos de Suiza, India, los Países Bajos, Francia, EE UU y el Reino Unido colaboraron para evaluar en qué medida el cambio climático alteró la probabilidad y la intensidad de la baja humedad del suelo.
El grupo de científicos del World Weather Attribution llegó a la conclusión que el cambio climático hizo 20 veces más probable que ocurrieran las sequías extremas. Las altas temperaturas impulsadas por el cambio climático secaron los suelos en gran parte del hemisferio norte este verano.
El estudio se enfocó en los suelos secos que causaron impactos económicos y ecológicos severos en el hemisferio norte. Y, particularmente en el centro-oeste de Europa durante el período de junio a agosto de 2022.
Cambio climático elevó probabilidades de sequías
Los modelos de superficie terrestre basados en la observación muestran que la humedad del suelo en la zona de raíces y en la superficie de verano es muy baja. Tal como se observó en 2022, ocurre aproximadamente una vez cada 20 años en el clima actual en ambas regiones.
“La magnitud de las tendencias históricas varía entre los diferentes productos de humedad del suelo basados en la observación. En este caso”, advierte el informe de World Weather Attribution, “todos están de acuerdo en que las condiciones secas observadas en 2022 en ambas regiones habrían sido menos probables de ocurrir a principios del siglo XX”.
Sólo en Europa se ha producido un incremento en la mortalidad de 24.000 personas relacionadas con las olas de calor, según datos facilitados por Dominik Schumacher. Investigador del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Climáticas de la ETH Zúrich, Suiza. Pero las olas de calor se extendieron por América del Norte y China y agudizaron la sequía en todo el hemisferio.
“Nuestro análisis muestra que las severas condiciones de sequía del verano pasado, en gran parte del hemisferio, fueron impulsados por el cambio climático. Este resultado también nos da una idea de lo que se avecina. Con más calentamiento global, podemos esperar sequías de verano más fuertes y más frecuentes en el futuro. Van a ocurrir más a menudo”, afirma Schumacher según recoge El Independiente.
Los modelos analizados también muestran que la sequía de la humedad del suelo continuará aumentando con el calentamiento global adicional. Esto, asegura, es consistente con las tendencias a largo plazo proyectadas por el IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático).
Vulnerabilidad creciente de olas de calor y sequías
El calor y la sequía en Europa este verano no solo causaron muertes directas, sino también “agravó la crisis del coste de vida y los impactos de la guerra de Ucrania”, afirmó Maarten van Aalst. Director del Centro del Clima de la Cruz y la Media Luna Roja. “Estamos siendo testigos de la huella del cambio climático no solo en peligros específicos, sino también en la cascada de los impactos en todos los sectores y regiones”.
Para cuantificar el efecto del cambio climático causado por el hombre en los déficits de humedad del suelo y las sequías, los científicos analizaron datos meteorológicos. Así como simulaciones por computadora para comparar el clima actual.
El estudio analizó los niveles de humedad del suelo en junio, julio y agosto de 2022, en todo el norte hemisferio, excluyendo los trópicos. También se centró en una región, Europa occidental y central, que experimentó una sequía particularmente severa con rendimientos de cultivos sustancialmente reducidos.
“El verano del hemisferio norte de 2022 es un buen ejemplo de cómo los fenómenos extremos causados por el cambio climático pueden desarrollarse también en grandes regiones en períodos más largos. Igualmente muestra cómo la combinación de muchos cambios meteorológicos diferentes puede dañar infraestructuras y sobrecargar nuestros sistemas sociales”, explica Friederike Otto. Profesora de Ciencias del Clima en el Instituto Grantham del Imperial College de Londres.
“En Europa, las condiciones de sequía provocaron una reducción de las cosechas. Esto es especialmente preocupante. Por cuanto siguió a una ola de calor provocada por el cambio climático en el sur de Asia que también destruyó las cosechas. Y ocurrió en un momento en el que los precios mundiales de los alimentos ya eran extremadamente altos debido a la guerra en Ucrania”, confió Otto.