Así como los humanos están interconectados con los ordenadores y los móviles por Interne, el resto de la red biológica del planeta también se interrelaciona. La red biológica del planeta está herida por la explotación de los recursos que hace el ser humano, en particular de las especies exóticas de la vida silvestre.
La organización medioambiental WWF llama al cierre de los mercados ilegales de fauna silvestre. Su impacto en el ambiente es tan brutal, que los señalan como la causa de que un patógeno que afecta a un murciélago saltara de la vida silvestre a un huésped transitorio que investigaciones de enero apuntaban hacia el pangolín. El mamífero peor atacado por el tráfico ilegal de especies silvestres.
El tráfico ilegal de especies es un negocio que, según los datos que aporta en un comunicado desde la tribuna EFE Verde Gema Rodríguez, mueve entre 8.000 millones y 20.000 millones de euros. Lo peor es que al planeta le cuesta la extinción de cientos de especies entre animales y plantas.
Salud pública
Los efectos del tráfico ilegal de animales silvestres no quedan allí. Impactan y colapsan los sistemas sanitarios y generan una emergencia de salud pública en más de 150 países. La pandemia de la COVID-19 es el resultado del tráfico ilegal de vida silvestre. Un mercado que no está regulado, que viola abiertamente las leyes y que afecta sanitaria, económica y socialmente.
Existen convenios como el CITES que prohíben el tráfico de una gran cantidad de especies, como el pangolín que no se puede traficar, comer, enjaular, matar para obtener escamas o mostrar que tienes dinero. Está prohibido cazarlo. Justamente para evitar el riesgo de la zoonósis, enfermedades producto del contacto del ser humano con patógenos (virus, bacterias, microbios, hongos, esporas, etc.) de animales de la vida silvestre, domesticados o de granjas a nivel industrial.
«En WWF hacemos un llamamiento urgente a los líderes mundiales para apoyar el cierre de mercados ilegales y no regulados de fauna silvestre de alto riesgo que impactan no solo a la biodiversidad, sino que constituyen una amenaza para la salud humana», declaró Gema Rodríguez, responsable del Programa de Especies de WWF España.
Tráfico ilegal de especies silvestres
Por supuesto que la pandemia es el enemigo común a la humanidad, que libra una batalla biológica a muerte. La pandemia de 1918 se extendió en tres oleadas desde los Estados Unidos a través de las tropas que viajaron a Francia en la Primera Guerra Mundial. Murieron, según las cifras oficiales, 50 millones de personas. A cuentas de hoy, según las cifras del Ministerio de Sanidad, en el mundo hay más de 4 millones de personas infectadas con el virus SARS-CoV-2.
Sin embargo, la pandemia llegará a su fin y serla otra oportunidad para entender que hay que parar el tráfico ilegal de especies silvestres. La interacción de la red biológica, la interacción de los seres humanos con el planeta está alterada por la pérdida de especies y sus hábitats, de biodiversidad.
La WWF lo viene anunciando año tras año en su informe Planeta Vivo. El tráfico ilegal de especies es una de las principales causas de la pérdida de la diversidad. La captura y transporte de miles de animales para luego, venderlos en mercados locales para el consumo humano debe acabarse. En ese tráfico el ser humano tiene contacto con patógenos que para los cuales no ha generado anticuerpos.
La WWF valora el esfuerzo que han hecho China y Vietnam al prohibir el comercio y consumo de animales silvestres. «Si se ejecuta de manera efectiva y otros países de la región también lo hacen se podría dar un vuelco a la situación», insistió.
Lea también:
Un calor voraz cambiará el nicho climático humano en 50 años
Un calor voraz cambiará el nicho climático humano en 50 años