El polvo del Sahara llegó una vez más hasta el Caribe. El lunes en Caracas se observaba nuevamente una atmósfera enrarecida. Parecía calima, pero no era calima. Los incendios desparecieron hace algunas semanas de la capital venezolana, gracias a las lluvias que comienzan en junio. Reportes similares llegaron de San Juan, Santo Domingo y Puerto España, entre otras capitales caribeñas.
La atmósfera color ceniza es consecuencia del polvo del Sahara que viajó 10.000 kilómetros desde África hasta América. La columna de polvo se observó la semana pasada en el oeste de África. NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos) pronosticó que la columna de polvo se seguirá moviendo hacia el oeste a través del Mar Caribe.
Se estimó que el polvo alcance algunas áreas del norte de Suramérica, Centroamérica y la costa del Golfo de los Estados Unidos. Varios países del área del Caribe recomendaron a los ciudadanos el uso de mascarillas y que eviten las actividades al aire libre.
También emitieron advertencias a las embarcaciones, dado que la gran cantidad de partículas en el aire reducen la visibilidad. Se cree que la actual nube de polvo tiene las más altas concentraciones de partículas de los últimos 50 años.
Polvo del Sahara
El polvo del Sahara es una masa de aire seco cargado de partículas de arena. La columna se forma sobre el desierto hacia el final de la primavera, el verano y principios de otoño. Es un polvo muy fino e indetectable para el ojo humano. Por ejemplo, el grosor de la arena equivale al grosor de un cabello. El polvo que atraviesa el Atlántico es 100 veces más pequeño.
La columna de polvo se mueve hacia el oeste sobre el Atlántico tropical cada 3 o 5 días. El fenómeno no dura más de una semana. Sin embargo, la presencia de vientos alisios en algunas épocas del año ayuda a que el polvo del Sahara pueda cruzar el Atlántico llegando a recorrer más de 10.000 kilómetros.
El polvo del Sahara en América no es un fenómeno inusual y ocurre varias veces al año. El detalle esta vez es que se trata de una masa muy densa. Cada año más de 100 millones de toneladas de este material llega hasta América. Puede alcanzar la cuenca del río Amazonas, la Florida, Texas y América central. La masa de aire y polvo ha llegado a cubrir áreas tan grandes como los territorios de los Estados Unidos y Canadá juntos.
Efectos de la columna de polvo
El polvo del Sahara estabiliza la atmósfera cuando el aire cálido de la nube pasa por encima de aire más frío y denso. También es capaz de absorber la luz solar, hecho que ayuda a regular las temperaturas en el planeta.
Está compuesto de roca finamente triturada, compuesto por varios elementos químicos. De manera que mucho de los elementos que trae son útiles para la fertilización de los suelos. El fósforo y el nitrógeno son nutrientes que viajan en el polvo y que caen sobre las plantas por la acción de las lluvias.
Este material podría liberar sus nutrientes al caer hacia el fondo del océano, donde microorganismos como el fitoplancton o bacterias animales lo pueden aprovechar. También podría contener ciertos químicos que sean tóxicos para algunas especies, como los corales.
Temporada de huracanes debilitada
Si siguen llegando densas nubes de polvo del Sahara hacia el Atlático, la temporada de huracanes de 2020 se podría ver debilitada. Los huracanes se alimentan de la evaporación del agua del océano. Para que el océano se caliente es necesario que le llegue la luz solar.
Pero la densa nube de polvo impide que los rayos del sol lleguen a la superficie del océano. Por lo tanto la temperatura de las aguas es menor. Debido a ello, no hay evaporación y disminuye el riesgo de huracanes. La temporada ciclónica 2020 promete -o prometía- ser más intensa de lo habitual.
Otra consecuencia del polvo del Sahara son los efectos nocivos sobre la salud humana. El aire seco y polvoriento contiene 50% menos de humedad de lo que tiene la atmósfera tropical, lo que podría dañar tanto la piel como los pulmones. El alto contenido de partículas puede ser perjudicial para las personas con enfermedades respiratorias. Además, puede provocar alergias o irritación en los ojos y mucosas.
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