Las minorías raciales en Estados Unidos están más expuestas que los blancos a la contaminación del aire proveniente de la industria, los vehículos, la construcción y muchas otras fuentes, encontró un reciente estudio.
A partir de la década de 1930 y hasta 1960, la línea roja” confinaba a las minorías raciales a zonas poco deseables. Pero transcurridos 50 años sigue afectando la salud de negros, latinos y asiáticos. Hasta que John F. Kennedy llegó a la Casa Blanca, la Corporación Federal de Préstamos para Propietarios de Viviendas marcó como no digna de préstamos a la población nacida en el extranjero, negra o de grado inferior». La política sombreaba en rojo las áreas en las que deseaban que a las minorías raciales se le dificultara obtener préstamos o hipotecas.
La corporación otorgó calificaciones A para áreas sólidamente blancas. Mientras que la calificación D era para áreas en gran parte no blancas que se aconsejó a los prestamistas que evitaran. Como resultado, los sectores calificados como C y D perdieron valor hipotecario y los utilizaron empresas contaminantes para sus operaciones. Así, las plantas industriales, carreteras principales y puertos de embarque se instalaron dentro y alrededor de los vecindarios que el gobierno federal marginaba.
El estudio publicado en la revista Environmental Science and Technology Letters señala que, en comparación con los blancos, las minorías raciales viven con más smog y partículas finas. Provienen de automóviles, camiones, autobuses, plantas de carbón y otras fuentes industriales cercanas. Los contaminantes y las partículas finas inflaman las vías respiratorias y reducen la función pulmonar. Igualmente, causan ataques de asma y accidentes cerebrovasculares, además de dañar el corazón.
Pobreza ambiental para las minorías raciales
Joshua Apte, coautor del estudio y profesor asistente en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley, declaró que los efectos de la discriminación en la salud quedan claros. «Si bien la contaminación del aire es uno de los problemas de salud ambiental más importantes en Estados Unidos, afecta mucho más a las minorías raciales. Si solo se observa la cantidad de personas que mueren a causa de la contaminación del aire, se podría decirque es el problema de salud ambiental más importante del país”, dijo Apte.
Haley Lane, autora principal del estudio, destacó que su objetivo era demostrar que una práctica «generalizada, respaldada por el gobierno federal y bien documentada» como la “línea roja” estaba indeleblemente vinculada a la contaminación del aire. La investigación tomó cerca de dos años. “Estos mapas nos permitieron analizar las condiciones en ciudades, y encontramos los problemas de contaminación que tenemos hoy están vinculados a patrones que presentes en las ciudades hace más de 80 años”, dijo Lane.
Aunque, en general, la calidad del aire ha mejorado en Estados Unidos, diversos estudios muestran que las minorías raciales todavía se ven afectadas de manera desproporcionada por la contaminación. La evidencia científica también determinó que las comunidades marcadas en rojo experimentan otros desafíos ambientales: calor urbano excesivo, árboles escasos y pocas zonas verdes.
La OMS ha advertido que mala calidad del aire podría causar en todo el mundo más de 6,5 millones de muertes al año, ya que el 92% de la población respira aire contaminado. En España, casi el 11% de las muertes totales se deben a la contaminación: en torno a 44.600 personas mayores de 14 años cada año, indica un estudio de la Universidad de Harvard. Las ciudades europeas podrían evitar 114.000 muertes prematuras adicionales cada año si cumplieran con sus propias recomendaciones de calidad del aire.
Detrás de la línea roja
Para el estudio los investigadores analizaron los datos de calidad del aire en 202 ciudades y encontraron una disparidad constante en el nivel de dióxido de nitrógeno y contaminación de PM2.5, las pequeñas partículas que pueden incrustarse en los pulmones y las arterias de las personas.
Los niveles de dióxido de nitrógeno fueron más altos en el 80% de las comunidades clasificadas como C o D, habitadas por minorías raciales y más bajos en el 84% de las comunidades que recibieron calificaciones A. Esa tendencia se mantuvo independientemente de si era una ciudad tan grande como Los Ángeles o Chicago, o tan pequeña como Macon, Georgia o Albany.
Robert D. Bullard, profesor de planificación urbana y política ambiental en Texas Southern University, dijo que el estudio «confirma la sólida evidencia empírica de que el racismo sistémico está matando y enfermando a las personas de color, así de simple».
Bullard, que no participó de la investigación, dijo que “deja en claro que las elevadas disparidades en la contaminación del aire que vemos hoy entre los estadounidenses negros y los estadounidenses blancos tienen sus raíces en el racismo sistémico respaldado, practicado y legitimado por la Corporación Federal de Préstamos para Propietarios de Viviendas».